El Museo Castillo de Mata inaugura tres proyectos expositivos, dos colectivos y uno individual: la muestra de quince artistas ‘Palabra expandida’, ‘Mirada extraviada’, de la pareja Tessa Rivarola y Juanjo Ivaldi y ‘Por eso siempre hay una luz tintineando en mi ventana’, de Carlos Rivero, hasta el 8 de mayo.

El Museo Castillo de Mata acoge tres nuevos proyectos expositivos, dos colectivos y uno individual. La exposición colectiva internacional que reúne la obra de quince artistas Palabra expandida, la muestra Mirada extraviada, de la pareja de paraguayos Tessa Rivarola y Juanjo Ivaldi y Por eso siempre hay una luz tintineando en mi ventana, del tinerfeño Carlos Rivero ocuparán las salas 1, 2 y 4, respectivamente, de la fortaleza desde mañana al 8 de mayo. La Fundación Francis Naranjo programa estas exhibiciones cuatro veces al año, en abril, julio, septiembre y noviembre, a través de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

En Palabra expandida exponen los artistas Joseph Beuys (Alemania), Juan Castillo (Chile), María Castrejón (España), Máximo Corvalán-Pincheira (Chile), Laura González (España), Juan Hidalgo (España), Concha Jerez (España), Valcárcel Medina (España), Morquillas (España), Francis Naranjo + Dionisio Cañas (España), M. Nieves Cáceres (España), Osvaldo Salerno (Paraguay), Joaquín Sánchez (Paraguay / Bolivia), ZAJ y Raúl Zurita (Chile). A la muestra Mirada extraviada se presenta la pareja residente en Islandia, en que Juanjo Ivaldi es fotógrafo y chef, mientras que Tessa es poeta y actriz y “aporta unos racimos de textos”, según Francis Naranjo, quien señala que “uno de nuestros proyectos se basa en establecer unos vínculos con el contexto latinoamericano porque consideramos que nuestra situación social y cultural canaria tiene mucha relación con dicho continente”. “Pienso que Gran Canaria tiene un nivel de espacios expositivos importante y nosotros, desde mi fundación, aportamos propuestas que consideramos destacables. Queremos generar alternativas a este abanico de preguntas que nos asaltan desde la cultura, a través de la formalización de exposiciones para entrar en nuevos mundos mentales mediante los detonantes que los artistas nos facilitan”.

“Montamos las tres muestras para entrar en nuevos mundos mentales”, señala Naranjo

En Palabra expandida, por ejemplo, “se plantean unos formularios conceptuales donde la obra aparentemente es más fría y distante puesto que no se materializa en objetos, sino que, en muchos casos, se queda en la formalización conceptual que los visitantes tenemos que completar. Los artistas que aparecen son muy dispares, desde los de formatos más contemporáneos a los más tradicionales”.

“Los hay que están bien consolidados, que son Premios Velázquez o nacionales, como Osvaldo Salerno en Paraguay, Joseph Beuys o Joaquín Sánchez. Cada creador genera un mundo que aglutinamos en el Castillo de Mata para que el visitante, desde sus parámetros y formación entre en ellos”. Las tres exposiciones recogen universos conceptuales y expresivos, bien de la palabra, la fotografía o la memoria. “Algo fundamental para entender el mundo contemporáneo y estas propuestas de arte en este sentido, es adentrarnos en una alternativa de libertad en que el artista se introduce en sus propuestas alejándose de la moral impuesta por la sociedad, libertad que implica un grado de fusión, de descentralización de los formatos al uso.

Los creadores se ubican en muchos lugares de la periferia, lugares por redescubrirse que suponen un riesgo, un concepto muy abstracto al que hay que aportar significado, y es ahí donde, muchas veces, se fusionan. Con la palabra, la memoria, la fotografía y el sentido de la vida se generan un compendio de preguntas importantes. En la periferia aflora, en muchas ocasiones esa otra dimensión de la memoria que nos puede ayudar a entendernos y a que reconsideremos cada uno cuestiones que pensábamos teníamos superadas o aprendidas”.

En la muestra Palabra expandida lo más importante a destacar “es que no es un concepto de palabra de lectura unidireccional. Lo fundamental de esta propuesta es volver a interpretar la palabra y volver a vivir un mundo íntimo de introspección desde una perspectiva que utilizan algunos artistas y poetas para entender el mundo y nos facilita una visión a través del arte”. En Mirada extraviada “destaca la fragmentación de las parcelas de la condición humana. El fotógrafo fragmenta el paisaje como alternativa de apoderamiento. Hay que ver al individuo en relación con el concepto de naturaleza. Tessa, a través de racimos de la palabra, nos introduce en el verdadero significado de la periferia, nuestro territorio por descubrir”. La muestra de Carlos Rivero nos ofrece interpretar “ese mundo oscuro que vive con nosotros, a través de ciertos conceptos oníricos que se nos presentan en formatos de alucinación. Se trata de la reinterpretación del umbral que hay que cruzar para empezar a conocernos, de tratar de ser felices, pero no desde una fórmula romántica sino unipersonal sin pragmatismo para poder acercarnos a nuestro verdadero yo”.

Una alternativa de libertad con la fusión