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El latido de la palabra deja de sonar

Muere el poeta Justo Jorge Padrón

El Premio Canarias de Literatura falleció de Covid en el Hospital La Paz de Madrid a los 77 años | Su obra está traducida a 44 idiomas y fue reconocido con más de 60 premios otorgados en los cinco continentes

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Muere Justo Jorge Padrón, Premio Canarias de Literatura La Provincia

El poeta, ensayista y traductor grancanario Justo Jorge Padrón falleció ayer a los 77 años de edad, en el Hospital La Paz de Madrid donde se encontraba ingresado por coronavirus. Premio Canarias de Literatura en 1977, constituye una de las figuras más destacadas de la lírica canaria contemporánea y un referente de la generación poética del 70 en España. Su extensa obra ha sido traducida a 44 idiomas, y fue presentado en reiteradas ocasiones por numerosas instituciones y universidades de Europa y América como candidato al Premio Nobel de Literatura.

Justo Jorge Padrón nació el 1 de octubre de 1943 en Las Palmas de Gran Canaria, en los años 60 estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, etapa en la que comenzó a relacionarse con jóvenes poetas y con gente apasionada por la escritura. Regresó en 1966 a su ciudad natal, donde ejerció la profesión de abogado durante ocho años. Durante este período publicó sus primeros poemas en diversos suplementos literarios y entró en contacto con autores de la talla de José Agustín Goytisolo, que lo incluyó en su antología Nueva poesía española en 1968. Seis años más tarde, en 1974 abandonó la abogacía para dedicarse por completo a la poesía, y dos años después fue elegido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Instituto de Cultura Hispánica para representar a la nueva poesía española en una gira a través de quince países de Iberoamérica durante siete meses.

“Aleixandre o García Lorca matizaron el impulso y la trascendencia que buscaba para lograr una voz personal”

Justo Jorge Padrón - Poeta

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Entre los libros que influyeron en su formación poética, figuran desde Elegías de Duino de Rainer Maria Rilke, La destrucción o el amor de Vicente Aleixandre, hasta Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, y Romancero gitano de Federico García Lorca. “Ellos matizaron el impulso y la trascendencia que buscaba para ayudarme a conseguir una voz personal”, señaló en más de una ocasión.

Justo Jorge Padrón se esforzó por escribir una poesía sustantiva y de síntesis que concediera igual importancia al lenguaje, la emoción humana, el concepto filosófico y la libertad de la imaginación.

“Estoy convencido que la poesía es la memoria de la luz, un resplandor que canta e ilumina los instantes que hemos vivido y con los que todavía vamos a soñar. Es una emoción que recorre la rosa de los vientos del poema, y surge cuando en la palabra se desborda el misterioso asombro de la vida”, escribió en marzo de 2020.

Distinciones

A lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con más de 60 premios y distinciones en los cinco continentes, entre los que destacan el Premio Internacional de la Academia Sueca (1972), el Premio Boscán (1972), el Premio Fastenrath de la Real Academia Española (1976), la Medalla de Oro de Bruselas (1981); el Premio Internacional de Literatura de Madrás, India (1982); la Medalla de Oro de la Cultura China (1983); o el Premio de la asociación de Escritores Suecos al mejor libro de poesía europea del año por Los círculos del infierno en la versión sueca del poeta y académico Artur Lundkvist, libro que, traducido a 32 idiomas, está considerado por muchos especialistas como el poemario más traducido del mundo hispánico.

“La poesía es la memoria de la luz, un resplandor que canta e ilumina los instantes que hemos vivido”

Justo Jorge Padrón

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También fue reconocido con el Premio Europa de Literatura (1986), siendo finalistas Graham Green, Mario Lutsi, Andrei Voznesensky y Alain Bosquet; así como el Premio Internacional de Literatura de Sofía (1988), y la Corona de Oro del Festival Internacional de Struga, Macedonia, (1990), galardón que ostentan sólo en lengua española Neruda y Alberti. Y en el ámbito local, en 1993 obtuvo el Premio de Cultura del Centenario del Diario de Las Palmas a la obra más distinguida de la Cultura Canaria del siglo XX; además del Premio Internacional Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (1995) por su libro Rumor de la agonía; y el Premio Canarias de Literatura en 1997 por el conjunto de su obra.

Como curiosidad, en 1977 recogió en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura concedido al poeta Vicente Aleixandre, del que fuera su traductor al sueco con la colaboración del Presidente del Comité Nobel, Artur Lundkvist.

Ha sido designado académico por la Academia Mallarmé de Paris (1983); por la Academia Internazionale di Pontzen en Nápoles en 1983; y por la Academia Norteamericana de La Lengua Española de Nueva York en 1986, entre otras. El Presidente del Gobierno canario le concedió en el 2000 la Gran Cruz de Canarias por los destacados aportes y nombradía que ha conseguido para las Islas Canarias.

Ha publicado más de 150 libros, entre los que se encuentra 25 poemarios, 17 antologías de su obra y 27 ensayos.

Entre sus últimas obras cabe destacar Poesía completa, 1965-2000 (2000), Hespérida. Canto universal de las Islas Canarias (2005), Hespérida II. La gesta colombina (2008), El latido del mundo, Antología (2010), así como El arte del poema (2015), que el propio poeta consideraba su mejor obra y que abarca un solo poema de mil trescientos versos y fue publicada por la Editura Universul de Rumanía en cuatro idiomas simultáneamente: español, rumano, inglés y ruso.

“Espero que la salud me acompañe para acabar ‘Hespérida’, al que le he dedicado muchos años y esfuerzo”

Justo Jorge Padrón

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Los más recientes fueron El rostro de la llama (2015-2018) cuyo prólogo fue escrito por Federico Mayor Zaragoza; Y en 2019 publicó, con prólogo del periodista Luis María Ansón, el tercer volumen de la saga Hespérida, conjunto de diez epopeyas de más de 100.000 versos sobre la historia del mundo “a través del Canto Universal de Canarias”, una suerte de crónica épico-lírica “y al mismo tiempo visionaria del extraordinario primer viaje de Magallanes y Elcano alrededor del mundo, en donde se descubrió el paso hasta entonces desconocido, del océano Atlántico al Pacífico, a través de un fabuloso estrecho de 550 kilómetros, que aunque entonces sería bautizado de Todos los Santos, luego se le llamó, en honor de su descubridor y con más justicia de Fernando de Magallanes” señaló el poeta en una de sus últimas entrevistas publicadas en LA PROVINCIA/DLP. En la misma expresó su deseo de realizar una saga de nueve o diez volúmenes que reflejara la historia del mundo a través de la óptica canaria o en su perspectiva más grande desde la Hispanidad, un proyecto inédito en la Historia de la Literatura Universal. “Espero que la salud me acompañe y me permita acabar este proyecto al que le he dedicado ya muchos años y mucho esfuerzo de creación poética”, indicó.

En esta última etapa Justo Jorge Padrón calificó de “asombro analizado” su obra poética. “Yo especializo mi corazón en la contemplación ensimismada del mundo, en poder entender la dialéctica paradójica de la historia, en visualizar el silencioso examen de la vida captando las emociones y los sueños de la humanidad porque para mí es la poesía el latir maravillado de la existencia y se asemeja a un sutil resplandor que canta. No podría vivir sin soñarla ni respirarla”.

“La poesía es el latir maravillado de la existencia. No podría vivir sin soñarla ni respirarla”

Justo Jorge Padrón

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Su último libro Poemas a Cleo, es un canto de amor hacia su mujer, Kelopatra Filipova, cien poemas de una intensa pasión, calificado por los expertos como un solo poema infinito. “El cosmos me despliega la faz de una mujer. / Ella es toda la noche en un beso infinito. / Ojos azules, piel que arde en el cuarzo, melena desatada, bosque de oro / por la sola extensión del universo.// Ríe tu voz y es todo el cielo quien me invoca / con tu risa de niña. La veo en cada estrella / fluyendo hacia mis ojos con un río de luz. // Ella torna las horas en un vértigo diáfano, / en la hirviente ternura que me alcanza / y me entrega la vida que he buscado, / en el brillo de los nombres que sostienen la dicha”.

“Se me fue el amor de mi vida”


Se acabó. Se me fue el amor de mi vida, mi único marido, mi compañero de viaje. Después de 35 años, 24 horas al día juntos, el maldito COVID nos separó para siempre en el Hospital de la Paz en Madrid. Se nos truncó el futuro, se nos quedaron muchos proyectos sin acabar. Pero te prometo, mi amor, que lucharé siempre por defender tus sueños, por expandir tu gran poesía que hizo felices a tantos lectores en el mundo entero. Hasta tus últimos momentos lucharé con tu entusiasmo por tu valiosa obra. Tu nombre estará siempre escrito con letras de oro en el mundo de la literatura internacional. ¡Que las estrellas te acompañen e iluminen tu camino hacia la eternidad, mi amor! Me dejaste con mucha tristeza en el alma para seguir viviendo y padeciendo tu dolorosa ausencia. Te quiero. ¡Hasta siempre, mi amor! Envíame de vez en cuando un poema con todo el amor que me demostraste en vida. Tu niña macedonia que siempre te llavará en el corazón. Tu Kelo.



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