La Provincia - Diario de Las Palmas

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El latido de la palabra deja de sonar

El poeta preparaba su última obra, que iba a presentar en los próximos meses

Representantes de la política y la cultura canaria repasan su figura, y el legado en la escritura

Justo Jorge Padrón

Representantes de la política y la cultura canaria hacen un repaso del legado de Justo Jorge Padrón, que ultimaba su última obra. El presidente canario y el alcalde lo hicieron en la redes sociales.

Ángel Víctor Torres

Presidente de Canarias

“Ha fallecido Jorge Justo Padrón, poeta y escritor grancanario galardonado con el Premio Canarias en 1997. Su reconocimiento se extendió mucho más allá de nuestras fronteras. Gran pérdida para las Islas y la literatura. Nos queda un valioso legado a través de sus palabras. DEP.”.

Augusto Hidalgo

Alcalde Las Palmas de G. C.

“Mi más sincero pésame por el fallecimiento de Justo Jorge Padrón. Atrás queda su prolífico legado como ensayista, traductor y especialmente como reconocido poeta de la Generación española de los 70. Hijo predilecto de Las Palmas de Gran Canaria desde 1995. Padrón nos deja un importante abanico poético con obras como El Latido del Mundo, Hespérida y El arte del poema. DEP.”.

Juan Cruz

Periodista

“Justo Jorge fue la potencia de la ambición. Convirtió la poesía en un instrumento de repercusión social. Muy pronto quiso explorar otros mundos desde la Península a Suecia; e hizo notorio su apoyo a Alexaindre -recogió en Estocolmo el Nobel del poeta español Vicente Aleixandre- y lo significó entre los poetas españoles con mayor proyección internacional. Mostraba sus traducciones a muchas lenguas, como parte de la capacidad que tenía y su interés en trascender universos. En los últimos años abordó la poesía de raíz histórica canaria, como si regresara a los orígenes. Tenía una enorme confianza en su propia literatura y lo convirtió en una Isla en sí mismo. Se hizo un nombre propio, que cultivó con ahínco, que a veces era enternecedor. Era un escritor con una inmensa confianza en su poesía. Y no siempre fue saludado con el mismo entusiasmo con que él planteó su vida literaria”.

Maximiano Trapero

Catedrático de Filología

“Voy a hablar de su poesía no publicada, que sí escrita, la serie ‘Hespérida’, que es el canto universal de las islas Canarias en tres volúmenes: uno a la prehistoria; el segundo, al descubrimiento de América; el tercero, a la circunnavegación de Magallanes y Elcano; y, el cuarto, a la figura de Carlos V. Este no está publicado, pero me encargó el prólogo. Me resistí a la oferta, porque no creía que fuera el autor más adecuado, pero me gustó tanto, que accedí. Lo tenía terminado, pero no llegó a saberlo. En mi opinión, ha sido muy injustamente tratado en Canarias y España en cuanto a la calificación de la poesía. Es el poeta más importante e internacional de Canarias y de España. Quizás el poeta más conocido en el mundo entero. La pérdida que siento es enorme. Fuimos grandes amigos, y confidentes en muchos aspectos. En dos o tres meses iba a publicar este nuevo volumen”.

Antonio Puente

Crítico literario

“Tal vez el principal personaje de su poesía, teñida por el drama existencial, haya sido el propio poeta. En cierto modo, fue víctima de sus ambiciones, con un egotismo desmesurado, aunque desde luego será siempre el memorable poeta de libros como Los círculos del infierno o El abedul en llamas. Su figura se asemeja al mito de Ícaro, en el que un joven se sintió dueño del mundo, hasta que se acercó demasiado al sol y el calor derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que acabó precipitándose al mar. En ese sentido, tuvo una especie de biografía del revés, porque con apenas 30 o 40 años alcanzó éxitos inusuales, con importantes galardones y habiendo sido traducido a casi 30 idiomas. Es algo que no ocurre ni entre los poetas más reconocidos o consagrados. Su proximidad a centros de poder internacional por razones familiares, que propició, por ejemplo, que Vicente Aleixandre delegara en él para que recogiera su galardón, terminó siendo un arma de doble filo. Y también jugó en su contra el ir a contracorriente en los posicionamiento poéticos de su generación, criticando, por ejemplo, con suma valentía, que la tendencia dominante entre sus colegas españoles de los Novísimos, en cuyas nóminas oficiales llegó a figurar, era “una nada vestida de fiesta”, dominada por el esnobismo y la frivolidad. Ajeno a los cánones de renovación culturalista y anticultural que dominaron los 70, persistió en un clasicismo cósmico y adánico. Pero ha sido su temperamento individualista y antegragario lo que le generó muchos apartamientos entre sus colegas generacionales, donde destacadas figuras apostaron por una renovación del lenguaje. Su clasicismo de corte existencial, con voluntad de atemporalidad, contribuyó a ese distanciamiento.

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