El escritor y crítico de cine madrileño Jesús Palacios, uno de los mayores expertos en cine de género y colaborador de numerosas publicaciones cinematográficas, regresa al Festival de Cine de Las Palmas con una reinvención diurna y fragmentada de su ‘Noche Más Freak’, una de sus secciones más aclamadas.
¿Cuáles son sus perspectivas con respecto a su Noche Más Freak en versión matiné y fragmentaria, pero con la misma esencia de siempre?
Esto es una prueba de fuego para el público freak porque, indudablemente, el formato ideal para este tipo de proyecciones es el maratón de culto, pero también puede ser un principio para que el Festival de Cine apueste en futuras ocasiones por ciclos más largos dedicados a géneros populares como la ciencia ficción, el western o el cine negro, y que mantenga en programación a lo largo de la semana una ventanita abierta a este cine de género más arriesgado y más loco, pero dentro del contexto más normalizado de una serie de proyecciones a la semana.
¿Cree que el modelo de festival híbrido, que combina el formato presencial y el telemático, ha venido para quedarse?
Yo creo que los festivales deben ir engrasando poco a poco esa presencia telemática, porque básicamente todos los festivales, incluido el nuestro, van a tener que elaborar este tipo de programación híbrida que ofrece también la posibilidad de recuperar algunas de las películas a través de plataformas como, en nuestro caso, Filmin, que es la colaboradora del Festival de Las Palmas, pero quizás también con la creación de una web o un canal propio del Festival. Más que decir que es el futuro, creo que este ya es el presente inmediato de la mayor parte de los festivales y es lo que les ha permitido funcionar en la medida de lo posible a lo largo del último año.
“Por el momento, la realidad no ha superado a la ficción que podemos ver en este tipo de cine”
¿Qué nuevos significados o lecturas adquiere el cine de La Noche Más Freak en el contexto de una pandemia mundial?
El cine de género que programo en La Noche Más Freak ya lleva abordando desde el comienzo de la historia del cine esa función de ocuparse precisamente de asuntos apocalípticos y del lado oscuro en el que menos nos gusta pensar y mirarnos en nuestro día a día. El cine, en cierta medida, es una extensión del mundo onírico y, cuando entramos en una sala de cine o vemos una película, es como entrar en reino de lo fantástico, que no se rige por las mismas normas que la vida cotidiana, sino por una lógica soñada. En ese sentido, creo que el cine fantástico, freak, de terror, negro, surrealista o como quieras llamarlo, nos ha preparado de algún modo a todos los que somos fanáticos del género de mucho mejor manera para afrontar este tipo de situaciones donde se suele decir que la realidad supera la ficción. Por el momento, la realidad no ha superado a la ficción que podemos ver en este tipo de cine pero, si eso llegara a ocurrir, estoy convencido de que este público estará mucho mejor preparado para afrontar el Apocalipsis que la mayor parte de la gente aficionada a la comedia romántica o a otro tipo de género.
