La Provincia - Diario de Las Palmas

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Victoria Yarovaya | Mezzosoprano

“Mi gran maestro rossiniano cree que he nacido para interpretar ‘La Cenerentola”

“Adoro a Alfredo Kraus, que tenía una voz espectacular, de gran calidad; para mí fue el número uno”

La mezzosoprano rusa Victoria Yarovaya, que actúa en el Teatro Pérez Galdós con ‘La Cenerentola’ a partir del domingo. | | LP/DLP

La joven mezzosoprano Victoria Yarovaya (Moscú, Rusia, 1985) es la protagonista de la ópera bufa de Gioachino Rossini ‘La Cenerentola’ que acogerá el Teatro Pérez Galdós a partir de este domingo, repartida en cuatro funciones, y que está basada en el cuento de hadas ‘La cenicienta’ de Charles Perrault.

Está cantando muchas de las óperas de Rossini en casi todos los teatros de Europa y Rusia. ¿Es la base de su repertorio?

Soy belcantista. Sí es la base de mi repertorio, pero canto Donizetti, un poco de Verdi y repertorio ruso. Es cierto que he hecho 15 óperas de Rossini. También me dedico un poco al barroco, como Vivaldi y Händel, -del que he realizado dos producciones-, pero solo en concierto. He interpretado el repertorio rossiniano en todo el mundo, en Francia, Italia, Inglaterra, en el Teatro Colón o en Santiago de Chile, entre otros lugares. He participado cinco veces en el Festival Rossini de Pésaro en Italia, así que puede decir que soy especialista en el repertorio rossiniano. Hace diez años estuve en la Academia Rossiniana con el gran maestro Alberto Zedda.

¿Qué le atrae más del lenguaje rossiniano: el humor, las bellas melodías o el endiablado virtuosismo?

Adoro las tres cosas. Ciertamente las melodías son muy bellas y sencillas, para el público también. El virtuosismo tiene bastante que ver con la técnica, la escuela adquirida, que ayuda mucho a mi voz como cantante.

La Cenerentola tiene fama de ser la más difícil para mezzosoprano. ¿Le ha costado dominar todas sus vocalizaciones?

No, para mí no ha sido difícil porque lo he estudiado mucho junto al maestro Zedda. Él mismo me decía: “Tú has nacido Cenerentola, es tu rol”, así que es mi papel estrella. Tiene cierta dificultad, pero al mismo nivel que otros papeles de Rossini, tales como Rosina de El barbero de Sevilla, Isabel y otros personajes. Cierto es que hay partes en La Cenerentola complicadas, tales como el rondo final. En comparación con otros roles de Rossini, como sucede en Rosina o en Isabel, reina de Inglaterra, donde hay un aria, dueto en el primer acto y luego lo mismo en el segundo acto, La Cenerentola, en cambio, tiene su aria, pequeñas canciones y el rondo final más difícil. Para el público, al principio, no destaca tanto aunque sea bonito. Donde sí hay espectacularidad es al final. Hay otros papeles en que durante la obra se puede sobresalir más.

¿En qué escenas principales de esta legendaria cenicienta recibe las mayores ovaciones de los públicos?

Hay muchos momentos importantes, pero, para mí, sobre todo, dos: el aria del tenor Si ritrovarla y la parte final de cenicienta de la que ya hablé.

Defíname su voz: ¿mezzo ligera, lírico-spinto, dramática, de coloratura…?

Es una voz particular. Cuando comencé la carrera tenía una voz muy blanca, más ligera, pero después fue cogiendo mayor autoridad con la madurez. No puedo definirla porque hago roles más dramáticos, como en La Favorita de Donizetti, y repertorio ruso, también muy dramático y oscuro, pero, asimismo, otros. Oficialmente, definen mi voz como mezzosoprano de coloratura, no obstante, yo no la encasillo.

¿Cree que las cantantes de su cuerda quieren cantar enseguida todo el repertorio o dosifican las tesituras a lo largo de la maduración de la voz?

Seguro que en cinco o diez años cantaré el repertorio verdiano cuando la voz sea lo suficientemente grande para el color y la emisión verdiana. Eso me han dicho los maestros desde Italia. Supongo que ocurre en las demás mezzosopranos, que necesitan madurar la voz y hacer las cosas paso a paso. Hay que ir eligiendo los roles adecuados al momento según la cuerda de cada una.

También vemos en su biografía una gran presencia de la música rusa de ópera y oratorio. ¿En cuál de los idiomas que frecuenta, ruso e italiano, se siente más cómoda su voz?

En italiano. Aunque adoro el ruso mi timbre, pienso, que se acomoda más al italiano y a su repertorio.

Hasta ahora ha desarrollado un enorme repertorio de belcanto y muy pequeño de ópera romántica y verista. ¿Se reserva para ir saltando a los diversos estilos?

Esperemos que sí. Tal vez pronto podré hacer el rol de Santuzza en Cavalleria rusticana y seguir evolucionando.

Las cantantes rusas están en un momento esplendoroso y encabezan el cartel de los teatros más exclusivos del mundo. ¿Cree que e casual o se debe a una escuela especial?

Pienso que no tenemos una escuela especial. La escuela de belcanto procede de Italia. En Rusia hay muy buenas voces de escuela también, pero se trata de un país muy grande donde cabe de todo. No se puede destacar que ocurra solo allí, en España y otros lugares, también hay muy buenas voces, como Montserrat Caballé. De todas formas, no me considero rusa completamente porque mi madre es georgiana, igual que el barítono de La Cenerentola, Misha Kiria, y mi padre moscovita-alemán. Hay que tener en cuenta que mi país estuvo cerrado durante 30 años y cuando ya se desbloqueó la situación, resultó una sorpresa para el mundo que por fin pudiéramos viajar y mostrar nuestro talento. Es cierto que hemos tenido cantantes muy famosos ya desde hace 120 años, como Fiódor Chaliapin.

¿Qué noticia tenía de las temporadas de ópera de Las Palmas de Gran Canaria?

Son muy famosas estas temporadas de ópera en todo el mundo. Además, adoro a Alfredo Kraus que tenía una voz espectacular, de gran calidad a nivel internacional. Para mí fue el número uno.

¿Ha cantado antes con el maestro de esta versión de La ceninicenta, Lorenzo Passerini?

No, es la primera vez.

¿Cuándo piensa saltar al circuito de los grandes teatros americanos?

Sí que es algo que tengo en mente en el futuro.

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