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Letras

Muere Antonio Rivero Súarez, toda una vida dedicada al libro

El fundador de la mítica Librería Canaima muere a los 95 años a causa de un ictus

El fundador de la Librería Canaima, Antonio Rivero Suárez. | | LP/DLP

Ayer terminó una vida dedicada al libro. Antonio Rivero Suárez, fundador de la mítica Librería Canaima, situada en la calle Senador Castillo Olivares, 5 y 7, de Las Palmas de Gran Canaria, ha fallecido a los 95 años a causa de un ictus. Su pérdida deja un enorme vacío en el universo del libro en Canarias, pero también un importante legado que sigue vivo en manos de sus hijos, Laura y Antonio, quienes regentan actualmente la librería capitalina.

Antonio Rivero Suárez nace el 10 de marzo de 1926 en Las Palmas de Gran Canaria. A los 14 años comienza a trabajar como aprendiz, como repartidor, en la que entonces era la librería de Paquita Mesa (donde ahora se encuentra el Cicca), origen de la librería Selecciones. Este primer contacto con el mundo del libro será decisivo en el desarrollo de su vida. Su hijo narra que Rivero siempre contaba que “en el sótano de esa librería Pancho Guerra escribía los Cuentos de Pepe Monagas en una máquina en que se redactaba muy rápido. Mi padre los llevaba después a que se publicaran en el periódico por fascículos. Con 19 años ya lo hicieron encargado de la librería”.

En julio de 1951, época de emigración canaria, viaja a Venezuela, al igual que dos hermanos, donde trabaja en una tienda de deportes, comienza a repartir “estampitas, en bicicleta por Caracas y se lleva dos baúles de novelas desde Canarias que empieza a vender en librerías, hasta que crea una, que comienza en un almacén para luego ir creciendo”, señala su hijo, “e inicia así la que años más tarde sería una de las principales distribuidoras de libros de Caracas, Distribuidora Rivero Suárez, que reparte las grandes editoriales españolas, mexicanas y argentinas en Venezuela. Mi hermana y yo nacimos en Caracas. Regresamos en 1976 a Gran Canaria, transcurridos 25 años desde la llegada de mi padre a Venezuela, de donde conservaba muy buenos amigos y recuerdos”.

“Siempre ha sido un hombre muy activo, avanzado e ingenioso”, relata su hijo

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En el año 1977, ya instalado en Las Palmas, decide retomar su vocación de librero abriendo una pequeña librería a la que pone el nombre de Canaima en recuerdo agradecido a un país y a una gente a los que se siente muy unido. “Era un local muy chiquitito en Tomás Morales, cerca de la Clínica del Pino. A los tres años se abrió la segunda y una tercera en donde se ubicaba el Colegio de Medicina cuando se creó la ULPGC, en la avenida Marítima. En 1993 ya se abrió el local que tenemos ahora, el único con que contamos en la actualidad. Mi padre llevaba dos años sin bajar a la librería, pero desde arriba, desde casa, seguía dándonos instrucciones a mi hermana y a mí sobre la venta, la distribución y el manejo de libros. Siempre ha sido un hombre muy activo y avanzado para no tener formación. Solo contaba con la educación general básica porque procedía de una familia del barrio de San Roque con muchos hermanos. Le gustaba mucho inculcar el amor a los libros. Disfrutaba cuando los padres venían con sus hijos a la librería y poder ayudarles a amar la lectura desde pequeños. Fue muy adelantado. Iba siempre con los tiempos. Nuestra librería se informatizó de las primeras en España, obtuvimos enseguida programas avanzados y páginas web con ventas”.

“No sé exactamente de dónde le vino su afición por los libros. Quizá porque algún profesor se lo fomentó o por empezar a trabajar como repartidor e ir pasando por los distintos libreros. Fue un hombre valiente porque dejó todo atrás y se embarcó hacia Venezuela en un viaje de quince días en un buque donde se mareaba muchísimo. Era un hombre muy ingenioso porque en la primera etapa en dicho país, para recorrer las librerías, no llevaba las obras en mano sino que cogía las contraportadas, las metía en fundas de plástico y creaba un muestrario. Comerciales que venían de España de camino a Argentina, Brasil, etc. y hacían escala le copiaban la idea. Era una persona emprendedora, con una capacidad innata de trabajo, con la escuela de la vida”.

“Disfrutaba inculcando el amor por la lectura a los niños que venían a la librería”

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Su hijo señala que “tuvo un ictus hace dos semanas y estaba recuperando bien la movilidad del brazo y de la pierna, pero cogió una bacteria muy resistente que le afectó al pulmón y riñones y la edad le impidió reponerse. Hasta hace unos días se levantaba, se colocaba frente al ordenador, entraba en Internet, enviaba noticias a amigos en Venezuela y de aquí, cuidaba su jardín y sus pájaros”.

Actualmente la librería cuenta con un fondo habitual de 35.000 títulos, de los más de 350.000 de su base de datos clasificados por materias y submaterias. Conforman el negocio quince profesionales. Tiene esta web www.libreriacanaima.com, que facilita el acceso a la información y solicitud de libros suprimiendo las barreras del horario comercial.

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