Gestionados por el Cabildo a través de la Fundación de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria, el Teatro Cuyás y la Sala Insular de Teatro (SIT) se suman a la celebración hoy, del Día Mundial de la Danza, con la difusión de un vídeo (https://www.youtube.com/watch?v=3Zm23PIKJ6k) en el que han colaborado los bailarines y bailarinas, en su mayoría canarios, que en los últimos meses han pasado por ambos recintos, y con el que pretenden contribuir a la puesta en valor de esta disciplina artística.

El tinerfeño Daniel Abreu, ganador del Premio Nacional de Danza que protagonizó La desnudez en el recinto de Viera y Clavijo, o la bailaora grancanaria María Juncal, que interpretó también en el Cuyás La vida es un romance, exponen en el vídeo su visión de la efeméride y de la danza en su conjunto, mientras que la también isleña Dácil González y el bailarín y coreógrafo catalán Arnau Pérez, quien actuó en la SIT tras ganar el Premio del Jurado en el 24º Festival de Internacional de Danza Contemporánea de Canarias (Masdanza), animan a los más jóvenes a seguir bailando, pese a las exigencias de la profesión y a la difícil situación actual.

Juncal, que no duda en expresar la felicidad que le provoca el baile, afirma que “el Día de la Danza hay que celebrarlo porque es el día de las personas”, algo que comparte Daniel Abreu. “No es una celebración solo para profesionales, sino una celebración de un cuerpo vivo, de tener un ritmo, de tener un corazón que late y que da música, y al que hay que darle vida”, expone el creador tinerfeño, para quien “bailar, estar en movimiento, es algo que nos pertenece, algo que necesitamos para la salud física y mental, es importante y necesario”.

Dácil González reconoce que es una profesión “exigente” que precisa “disciplina”

Una necesidad que, reitera, es común a todos, no solo a los expertos en danza. Por eso, una de las cosas que más interesan y seducen a Daniel Abreu cuando presenta una obra es oír al público decir “yo no entendí nada, pero me encantó. No entendí nada, pero me conectó”, afirmaciones que, a su juicio, indican que “hay algo que se ha despertado en el espectador”. “No es lo que hemos dicho, es lo que hemos hecho”, concluye.

Ya desde un punto de vista más técnico, Dácil González reconoce que la danza es una profesión “exigente” que requiere mucha “disciplina”, lo que no debe frenar a los más jóvenes. “Si algo te interesa, si algo quieres, lucha por ello”, les anima la también Premio Nacional de Danza.

Un llamamiento al que igualmente se suma Arnau Pérez, quien, pese a la “situación difícil” por la que atraviesan el oficio y el sector cultural, se dirige a las nuevas generaciones de bailarines y bailarinas para decirles que “lo más interesante de crear, de estar envueltos de arte, es compartirlo”, no solo en los escenarios de teatros y salas, sino “con la gente cercana”.