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Laura Ferrero Escritora

Laura Ferrero: «Escribo porque no tengo respuestas»

Laura Ferrero. | | LP / DLP

¿Qué quiere sugerir con el título La gente no existe?

En parte es una declaración de intenciones pero también una apelación al lector. Hace referencia a esa gran pregunta: ¿Cuánto y cuándo el tiempo que estamos aquí estamos realmente aquí? Todos los relatos tratan el tema de la existencia, de qué manera nos vamos, estamos aparentemente vivos pero a veces nos atascamos y vivimos una especie de sucedáneo de vida. La gente no existe habla de que a pesar de que todos morimos una vez, eso no asegura que todos estemos vivos.

¿Qué hace que una vida lo sea?

No tengo la respuesta. Si lo supiera, no seguiría escribiendo; para mí la literatura es una manera de ir hacia esas preguntas que yo me hago. Estas historias son un intento de responder precisamente a eso, a qué es lo que hace que una vida sea una vida y no un simulacro.

Una mujer que se dedica a visitar pisos con su hija que sabe que nunca podrá comprar, otra que se enamora del vecino por cómo cuida las plantas, un hombre que lleva a su hija adoptiva a conocer a su madre biológica, ¿qué tienen en común los protagonistas de esos relatos aparte de su creadora?

Todos les hacen trampas a las cosas. Son diferentes maneras de no estar aquí. Planteo hasta qué punto vivimos la vida o el relato que nosotros nos hacemos de ella. En el último relato encontramos las claves del resto de historias. Un hombre que está enfermo se plantea al fin de su vida todo lo que he mencionado.

«El relato corto es un género que está poco presente en España y me interesa lo de que menos es más»

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¿Qué tiene el relato corto que no tenga la novela?

Son dos maneras de contar; me gustan ambas. El relato corto es un género poco presente en España y me interesa mucho reivindicarlo porque se cuenta mucho con la elipsis, con la sugerencia. En una novela tienes más espacio para explayarte, mientras que en el relato tienes que conseguir ese puñetazo a lo largo de pocas páginas. Lo de menos es más cobra sentido; para mí es complicado, es un ejercicio de no irme por las ramas y tener todo más medido.

Lo dedica «a lo que fuimos», ¿esto es nostalgia del pasado?

Me gusta pensar que todos cuando echamos la vista atrás vemos a ese niño o a ese adolescente que fuimos, a esas personas de las que no siempre estamos orgullosos e incluso escondemos, y me parece que es importante abrazarlas e integrarlas en lo que somos hoy, en el presente.

Hay quien prefiere celebrar el hoy y quien vive de expectativas, ¿cuál es su caso?

Una manera de no existir es estar pensando siempre en lo que va a venir. Las expectativas tienen tanta entidad como las ilusiones, son cosas que podrían estar. Obviamente mentiría si dijera que no tengo deseos, pero lo importante es ponerlos en su lugar, que sean una especie de guía hacia donde queremos ir sin desvirtuarnos el presente.

Habla de los momentos fundacionales de una vida, ¿cuáles son y cómo reconocerlos?

Los momentos fundacionales los ve uno después de que ocurran. La pena de la vida es que no es un borrador, la vivimos en directo y a veces uno se da cuenta de lo importante cuando ya ha pasado

«Me resulta más atractivo que una historia acabe en interrogante a contar que fueron felices»

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¿Qué le inspira a escribir?

Lo cotidiano, no necesito irme muy lejos para encontrar la inspiración, me puedo dar una vuelta por el barrio o ir a tomarme un café y encontraré algo que me llame la atención. A veces es difícil fijarnos en estas cosas que tenemos tan cerca porque están como pixeladas como consecuencia de la proximidad.

¿Deja los finales abiertos porque no tiene respuestas o para que el lector acabe el relato?

Para mí el arte no tiene por qué dar respuestas, es búsqueda. Me resulta más atractivo que una historia termine en un interrogante a que me digan que fueron felices y comieron perdices.

Le interesa aquello que no se puede expresar con palabras y también se vale de ellas para abordarlo.

La escritura es un intento por acercarse, pero las palabras no dejan de ser constructos que no igualan la fuerza de sentimientos y emociones. Continuamente estamos intentando atrapar la vida, pero la vida casi siempre va por otro lado.

¿Comenzó a publicar en Amazon para ahorrarse llamar a puertas de editoriales?

Los relatos en España no son un género estrella y yo trabajaba además en una editorial, ya sabía que había un largo camino. Por una parte, quise ahorrarme todos estos noes de las editoriales. La primera semana de estar en la plataforma digital mi primer libro ya se puso entre los más vendidos de Amazon, me llamaron de la editorial Alfaguara y desde entonces estoy con ella. Prefiero tener un equipo detrás que me asesore.

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