Salvador Sobral, el primer portugués que tocó el alma y la gloria de Eurovisión, no tiene dudas de que vino al mundo a cantar. Tanto es así que su nuevo disco, 'bpm', no solo es el "más personal" hasta la fecha, sino que sus canciones, confiesa a Efe, "brotaron" de su "arteria aorta".

"Debido a mi historia -sufrió un trasplante de corazón en 2018- pensé que era interesante llamar al álbum 'bpm' (beats por minuto). Los latidos por minuto de tu corazón es lo que te da vida, y es lo que le da vida a la música, los latidos por minuto que tiene la música", cuenta el cantante sobre su disco que sale a la venta este viernes.

Es su cuarto álbum de estudio y el primero escrito íntegramente por él: "Las canciones son mías, por eso son mis latidos por minuto de mi corazón".

"Decidí escribir mis propias canciones ahora para probar algo nuevo y tener un nuevo desafío. Y para tratar de hablar sobre lo que estoy sintiendo, mis miedos, angustias y las alegrías de la vida y el amor, por supuesto", relata. Sobral (Lisboa, 1989) detalla además que estuvo presente en todo el proceso de composición, "desde que era puras semillas hasta el proceso de hacer los arreglos".

Originalmente el disco iba a tener un concepto totalmente diferente, iba a hablar de la historia de un teatro a punto de cerrar. "Empezamos a pensar en quién estaría ahí: el limpiador, una pareja muy vieja viendo la obra, un cantante, el técnico de iluminación y empezamos a crear nuestros personajes", explica.

Pero conforme iba dando forma al disco, el cantante se vio en la necesidad de volcar todos sus sentimientos. "Necesitaba expulsar todo lo que había vivido y tenía dentro", asegura Sobral, que finalmente decidió hacer un híbrido entre su vida y su alma junto con la historia de los personajes que pasarían su última noche en el teatro.

El álbum fue escrito el año pasado durante el confinamiento, en una casa en el sur de Portugal, con la colaboración de su productor y amigo Leo Aldrey, usando skype, y luego grabado en enero de 2021 en el País Vasco francés. "Necesitaba que nos encerráramos seis días, lejos de cualquier estímulo para hacer un buen disco, y lo conseguimos", afirma.

Para crear este disco de 14 canciones, el músico admite que se arriesgó a "un nuevo color sonoro", ya que buscaba "algo diferente" a lo que había hecho hasta entonces, por lo que reconoce que tiene "muchas influencias entre el pop y el jazz". "Es un disco de música de jazz, pero con mucha curiosidad por el pop, el indie e incluso el rock", precisa.

La mayoría de las canciones están en portugués, aunque también hay algunos temas en español o en inglés, idiomas que domina porque vivió en California (EE.UU.) cuando era adolescente, y también en ciudades españolas como Mallorca, Barcelona y Cádiz, que le ha dejado un español con acento andaluz.

"Diferentes idiomas significan diferentes recursos, diferentes sonidos que puedes hacer con la boca, diferentes rimas que puedes usar. Tengo una personalidad diferente con un idioma diferente, por lo que no me gusta ponerme barreras lingüísticas. La palabra debe ser explorada y explotada en todas sus posibilidades", detalla.

Después de mucho tiempo sin pisar los escenarios, el portugués se muestra emocionado por llevar el álbum de gira por Europa, comenzando en un festival de jazz en Alemania en junio, para después saltar a la península ibérica. Actuará el 27 de junio en Barcelona, el 7 de julio en Madrid y el 18 de julio en Málaga, además de paradas en Lisboa, Braganza y Oporto, y probablemente en Sudamérica.

Sobral es uno de los artistas portugueses más internacionales de la actualidad, gracias a su sonado triunfo en el Festival de Eurovisión de 2017 en Kiev con la canción "Amar pelos dois" compuesta por su hermana Luísa Sobral, que consiguió además la puntuación más alta de la historia del festival.

Cuatro años después de esa victoria, el cantante se muestra "súper agradecido al festival" y se da cuenta de "lo importante que fue participar".

De hecho, confiesa que ahora, ya curado y con "más ganas de vivir" se presentaría de nuevo: "No lo disfruté del todo porque esta muy malito, no tenía noción de lo que estaba viviendo, y creo que en parte eso también me ayudó a ganar. No estaba nada nervioso y disfruté haciendo lo que más me gusta, cantar".

Reconoce no haber podido seguir el festival este año, pero sí tenía una favorita, la francesa Barbara Pravi. "Nos conocimos en París, es mi vecina, y la verdad es que es fantástica. Su música me toca, y cuando algo me toca lo compro", apunta riendo.