La Casa-Museo Pérez Galdós acoge este jueves 27 de mayo, a las 19.00 horas, la charla Exploradores de novela: Oulipo, en la que la escritora grancanaria Carmen Nieto aborda la restricción formal en la escritura, ya sea de vocabulario o de sintaxis, como un mecanismo para la creación literaria. En su intervención, enmarcada en el ciclo Escritoras en la Casa-Museo, con entrada gratuita hasta completar el aforo, Nieto expondrá y explorará distintos aspectos de la novela, tanto desde el punto de vista del lector como desde la perspectiva del escritor.

La escritora abordará este tipo de novela que se escribe con una restricción formal, denominada oulipiana, a la que considera que no se le ha dado el reconocimiento que debería. Esta denominación parte del grupo del Oulipo (acrónimo de Ouvroir de littérature potentielle, taller de literatura potencial en castellano). Se trata de un grupo de experimentación literaria creado en 1960 y formado principalmente por escritores y matemáticos de habla francesa, que buscan crear obras utilizando técnicas de escritura limitada.

Estos escritores buscan estructuras para la creación literaria, ya sean poemas, novelas o ensayos, aunque en esta ocasión Nieto se centrará en la novela. Este selecto grupo fue fundado por el escritor Raymond Queneau y el matemático François Le Lionnais, al que se unieron posteriormente Italo Calvino y George Perec, entre otros. Perec, por ejemplo, escribió El secuestro, una novela que prescinde de la letra ‘e’, una de las vocales más utilizadas en el francés. Aunque la escritora reconoce que también tuvieron mérito los traductores que la tradujeron al español sin la letra ‘a’. Se trata del lipograma, un texto en el que se omite sistemáticamente alguna o varias letras del alfabeto. Nieto destaca que para los lectores resulta también interesante, ya que, en ocasiones, como hizo Perec con El secuestro, los autores no desvelan de antemano que existen restricciones.

Esta escritora ha utilizado una restricción formal en su última novela negra, 9 corto, publicada el pasado año, ya que toda la obra está escrita con frases de 9 palabras, de ahí su título, y además tiene 9 capítulos y contiene exactamente 30.000 palabras, una extensión que considera que debe tener como mínimo una novela corta. Reconoce que una restricción lleva normalmente a más restricciones, pero que le ayuda a mejorar una novela. “El lector a veces no aprecia esos matices, pero es un trabajo que está detrás para ofrecerle algo diferente”, explica.

Detalla también que escribió su primera novela Las truchas sin freír, publicada en 2016, y que no utilizó a conciencia las restricciones, pero se dio cuenta más tarde que había utilizado algunas. “Cuando empecé a escribir tenía muchos personajes y para armar la historia me liaba, así que decidí que todos los personajes que empezaban por una letra en concreto, se morían. Eso me ayudó a organizarme, hice una restricción formal sin saberlo, sin ser consciente. Me ayudó a armar la novela y a ponerle nombre a los personajes”, agrega. Nieto ha escrito otra novela, aún sin publicar, en la que utiliza palíndromos, una restricción en el lenguaje, y está escribiendo otra, las más restrictiva que ha hecho hasta ahora, aunque no quiere desvelar todavía cuál es la que está usando. “Eso me estimula para escribir, me limita el campo, pero ayuda a centrarme”, concluye.