Una de las voces femeninas indiscutibles de la historia del folclore de Canarias, la herreña María Mérida Pérez, recibirá el próximo día 5 de junio, el premio de honor en la tercera edición de la gala que se desarrollará en el edificio Miller de la capital grancanaria, en el transcurso de la que se entregarán los Premios Canarios de la Música. A sus 95 años, su estado de salud le impedirá estar físicamente sobre el escenario, por lo que recogerá el citado galardón su hija.

Nacida hace 95 años en el municipio de Valverde, la artista, Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación en el 2000, que recibió su primer galardón en 1937 con solo doce años en un festival de folías, confiesa la vida le ha proporcionado instantes de gran felicidad, pero también de intenso dolor. «Perdí a cuatro de mis seis hijos, pero el cariño del público siempre ha compensado la tristeza y el duro esfuerzo de mi carrera artística», subraya la cantante que se ha instalado en la Villa de Candelaria, «porque echaba de menos el mar», dice.

Ochenta de esos más de noventa años que la contemplan los ha dedicado a cantar los aires populares del folclore de Canarias por escenarios de los cinco continentes. Señala que este premio para ella simboliza el afecto de su gente y confiesa que es todo un honor «recibirlo de un gremio que ha sabido valorar a lo largo de distintas generaciones el legado que deja. Nunca pensé que a esta edad me sintiera orgullosa y tan considerada. Todo lo que venga de mi gente lo agradezco».

El Hierro sigue estando presente en sus recuerdos y en su ADN. «El árbol sagrado del Garoé amamantó a toda la isla con su agua. Es un símbolo. Nunca pensé que saliendo de mi islita querida de El Hierro fuese a llegar y conseguir todo lo que la vida me ha proporcionado», señala la solista que perteneció a tres importantes compañías distintas españolas, la de Roberto Iglesias, José Greco y Tamayo, en la que estuvo trabajando toda una década participando en los elencos de la Antología de la Zarzuela.