Igual que ha iluminado la vida cultural y artística de Gran Canaria durante los últimos 22 años y, en particular, durante la pandemia, el Teatro Cuyás prendió ayer la luz que, en adelante, alumbrará uno de sus emblemas: la obra de la escultora isleña Ana Luisa Benítez Miedo escénico.

La iluminación de la pieza, que supone la culminación del proyecto, coincide con la clausura, este mismo fin de semana, de la temporada 2020/2021 del teatro del Cabildo, marcada por los esfuerzos de la institución insular por contrarrestar los efectos de la Covid-19 en el sector cultural, así como con el anuncio, hace unos días, de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria para ser Capital Europea de la Cultura en 2031.

Realizada en bronce en 2019 por Ana Luisa Benítez para ensalzar la importancia de las artes escénicas con motivo del 20º aniversario del Cuyás, Miedo escénico representa «el pánico del artista ante el público, a entrar en el escenario para interpretar una obra y enfrentarse al juicio de espectadores, directores de escena y críticos», un miedo al que, en los últimos tiempos, se ha sumado el provocado por la pandemia y sus efectos en el sector cultural.

En ese sentido, iluminar al fin Miedo escénico representa para los responsables de este recinto toda una metáfora sobre la que, esperan, sea la salida definitiva de la crisis, tal y como recientemente manifestaba la consejera insular de Cultura, Guacimara Medina.

La obra, que es en realidad un grupo escultórico de 2,5 x 1,34 metros y 200 kilos de peso compuesto por la figura de una joven y dos puertas, trata sobre «las indecisiones que todas las personas tenemos frente a situaciones inesperadas, a la procrastinación de las decisiones, a lo estéril de posponer nuestras acciones, así como al miedo de abrir distintas puertas del destino», según su autora, alumna aventajada del también artista Miró Mainou y que atesora una amplia y reconocida trayectoria dentro y fuera de su isla natal.

No en vano, Benítez es artífice de piezas emblemáticas como El limpiabotas de Telde, El Carnaval de Agüimes o Niños jugando, en la céntrica plaza Farray de Las Palmas de Gran Canaria. Al margen de participar en numerosas exposiciones en galerías y centros españoles y extranjeros –sobre todo en Suiza y Alemania-, la también pintora y pianista tiene en su haber numerosos trabajos sobre personajes ilustres como el botánico Sventenius, el político Bravo Murillo, el artista Néstor Álamo, el músico John Lennon o el escritor Benito Pérez Galdós.

Al margen de su innegable contribución al patrimonio inmaterial como espacio para la exhibición y promoción de estas disciplinas, la Fundación de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria, que gestiona el Cuyás, atesora un valioso patrimonio material, con dos edificios catalogados como bien de interés cultural (BIC): la sede del propio teatro, en la calle Viera y Clavijo, y la de la Sala Insular de Teatro (SIT), en la Avenida de Primero de Mayo.