La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino reconstruye la «primera memoria» del escultor universal que abrió sus puertas en el Castillo de la Luz en 2015 con la primera exposición dedicada a su legado desde su muerte en marzo de 2019: Martín Chirino: Reinas Negras ve la luz de la mano de la primera monografía de su ambiciosa Enciclopedia Martín Chirino, que descubre los principios fundacionales del artista grancanario a través de la exhibición de sus primeras forjas, pero también con la recreación de las relaciones e influencias primigenias que configuraron los mimbres formales de su mundo.
Bajo el comisariado del teórico y crítico de arte Alfonso de la Torre, las piezas de su serie Reinas Negras (1952-1953), «tempranas esculturas abstractas, concebidas con piedra volcánica tallada o hierro forjado, en el nuevo arte español que asomaba», hilan este proyecto expositivo que revive el entorno artístico preliminar de la trayectoria de Chirino en el contexto de los años 50 del siglo XX.
Sus primeros pasos en el arte de doblegar el hierro se representan mediante la exposición de más de un centenar de piezas que engloban esculturas, dibujos, pinturas, fotografías y documentos relativos a sus primeros trabajos, que además se recontextualizan con la exhibición de obras originales de sus maestros, como Ángel Ferrant y Julio González, así como de artistas insignes que cimentaron su imaginario plástico, como Paul Klee o Picasso.
«Esta exposición es el intento de reconstrucción de un tiempo que había quedado desvanecido», manifestó ayer Alfonso de la Torre durante la apertura de la muestra, que también contó con la presencia de Jesús Castaño, director de la Fundación Martín Chirino; y de Marta Chirino, presidenta de la Fundación e hija del artista.
El motor de la muestra se incardina en el marco de un proyecto mayor, impulsado por el propio artista en 2016, y que consiste en la publicación de una enciclopedia iconográfica, con un total de 16 volúmenes, dedicados a la investigación, análisis crítico y catalogación del conjunto de la obra del «herrero fabulador».
Así, tanto la exposición como el monográfico Reinas Negras, que firma De la Torre y que compendia su etapa artística inaugural, cristalizan el resultado de una serie de conversaciones entre Chirino y De la Torre, desde 2016 hasta el fallecimiento del artista, si bien este último continuó en solitario este sendero imbuido por la hermosa reflexión del filósofo y escritor francés Jean Grenier, que corona el preámbulo de la publicación en su dedicatoria: «Yo, a esa hora que conozco, en ese lugar que puedo mencionar, gané de repente todo lo que podía ganarse».
En cuanto a la muestra, De la Torre destaca que «esta exposición habla de su creación pero, sobre todo, de su pensamiento». A partir de las Reinas Negras, que conforman el ground work que acuñara Paul Auster para referirse a «la pista de despegue», desde la que Chirino despuntara para llegar a «las herramientas poéticas e inútiles donde, incluso, se puede vislumbrar el surgimiento de algunas espirales». «Para Chirino, las Reinas Negras ocupaban un lugar capital, porque aseguraba que estas piezas eran el punto esencial de su trabajo, el origen de todo», subraya De la Torre. «Eduardo Westerdahl las denominó ‘La partida’ y Manolo Millares escribió en sus memorias que Martín realizó, con mucho, la mejor escultura en madera y piedra de todas las que hizo por aquella época», añade.
Recorrido
Alrededor de las joyas de la corona desfilan las múltiples improntas iniciáticas literarias, geográficas, plásticas y matéricas en la obra de Chirino, desde sus lecturas esenciales -Así hablo Zaratrusta, de Friedrich Nietzsche; y El espectador I y II, de Ortega y Gasset-; recortes de las revistas La Rosa de los Vientos o Gaceta de Arte o fotografías inéditas que inmortalizan episodios históricos en el relato del arte universal en las islas, como el viaje a bordo del mítico trasatlántico Alcántara (1955), junto a Manolo Millares, Alejandro Reino y Manuel Padorno. Además el recorrido está arropado por una partitura musical compuesta ex profeso por Tomás Marco, Jon Bandrés y Joan Gómez Alemany, que evoca los sonidos de Blandy Brothers, los astilleros en los que trabajó con su padre, y que emula las sonoridades de martillos, sierras y golpes de los metales.
En su vertiente artística, el itinerario de la muestra aloja esculturas, dibujos y bocetos de Chirino, que dialogan con las obras La orilla construida (1930), de Paul Klee, y Mesa con ofrenda (1933); dos bronces de Pablo Picasso y Julio González; una obra de Manuel Millares; dos piezas de Apel-les Fenosa; y esculturas y dibujos de Ángel Ferrant; así como cerámicas, máscaras y esculturas de origen africano que rubricaron su impronta en las espirales del artista. En la nómina local conviven obras de Óscar Domínguez, Apel·les Fenosa, Plácido Fleitas, Eduardo Gregorio, Manolo Millares o Eduardo Westerdahl, entre otros, toda vez que el conjunto artístico procede de los fondos de la propia Fundación, así como de obras cedidas por más de 20 colecciones nacionales.
Con todo, Martín Chirino: Reinas Negras nace de una coproducción entre la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino con la Fundación Antonio Antonio Pérez de Cuenca, y viajará a esta última tras su clausura en el Castillo de la Luz, el próximo 19 de septiembre. Este es también el «principio» de la investigación enciclopédica más pormenorizada y completa sobre la trayectoria del escultor grancanario, que completarán otras 17 monografías a cargo de críticos y especialistas en su obra, para abarcar el conjunto de la vida y obra del maestro de la forja.
