«La música es sanadora espiritualmente y transformadora psicológica y socialmente», aseguró ayer el maestro venezolano Gustavo Dudamel. El artista se dirigió así al público entre las dos piezas del programa de apertura de la 37 edición del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC).

El éxito de este primer concierto celebrado en el Auditorio de Tenerife fue tal que el director tuvo que salir hasta cinco veces seguidas a saludar para agradecer los aplausos. Hace once años que Dudamel visitó por primera vez el decano encuentro musical canario.

Ayer repitió al frente de un proyecto muy especial: su Orquesta del Encuentro. «¿Por qué este encuentro? Aquí hay jóvenes de doce países distintos: Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Nicaragua, México, Estados Unidos, Portugal y España», relató el director de la Filarmónica de Los Ángeles que, además y desde el pasado mes de abril, es también director de la histórica Ópera de París.

«El deseo de hacer música y de transformarnos con ella ha superado todas las dificultades que hay hoy para viajar. Este encuentro significa que la música es un ente fundamental de unión. Aunando todas estas culturas se ha logrado esta maravilla», explicó.

El estilo y carisma de Dudamel es inconfundible. Su energía no solo comnquistó al público sino que guió a los 49 jóvenes integrantes de una formación compuesta en exclusiva por instrumentos de cuerda con total maestría.Sin atril, sin partituras, el también compositor tiene la costumbre de dirigir de memoria. La primera pieza del programa fue la Noche transfigurada de Arnold Schoenberg. «Apenas hemos tenido una semana de ensayos y estos chicos y chicas han logrado hacer esto con una pieza tan compleja», destacó. Luego fue el turno de Tchaikowsky y su Serenata de cuerdas. «Es un enorme privilegio estar en Tenerife tocando en este emblemático teatro», concluyó. Dudamel es un director especial. Ha ganado dos Grammy, tiene su propia estrella en el paseo de la fama de Hollywood y es amigo de Steven Spielberg. Su presencia en la Sala Sinfónica también originó imágenes poco comunes como la de dos espectadores que agitaron una bandera venezolana entre las butacas en señal de bienvenida.

El concierto se repetirá esta tarde, a partir las 20.00 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria. La próxima semana, el popular maestro volverá a subirse a las tablas del 37 FIMC al frente de la Mahler Chamber Orchestra para interpretar la Sinfonía Italiana de Mendelssohn y la Pastoral de Beethoven. La primera visita la hará al Alfredo Kraus (3 de julio a las 20.00 horas) y la segunda a Tenerife al día siguiente (4 de julio, también a las 20.00 horas).

Asimismo, el próximo viernes participará en un concierto en los jardines del Hotel Santa Catalina, un proyecto en colaboración con el Grupo Barceló. Los puntos de venta oficiales de entradas para las citas del FIMC en Tenerife están en el Auditorio de Tenerife y en el Teatro Guimerá. En ambos espacios se pueden adquirir también a través de su página web. En Gran Canaria se podrán comprar en las taquillas del Alfredo Kraus y en los canales online del Teatro Guiniguada.