Nadie duda que M-Clan es una de las grandes bandas del rock español de todos los tiempos. En su larga carrera han pasado por distintas etapas y situaciones, aunque siempre han mantenido su sello inconfundible y su insobornable actitud, que les hace ser tan honestos como políticamente incorrectos. ¿No es eso lo que está escrito en el manual del rockero? Tras haber protagonizado el tour 'Viva la vida' durante la pandemia, la banda murciana ha vuelto a reunirse, casi empalmando una gira con otra, para subirse nuevamente a los escenarios. Se presentan sin la compañía de su acompañamiento habitual –somos Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez–, con una selección de canciones de su extenso repertorio en formato acústico, y sin novedades discográficas (aunque el carismático vocalista se encuentra ya preparando su segundo disco). Una ocasión especial, y una situación excepcional, para escuchar sus clásicos reinterpretados desde el corazón.

Hola, Carlos. ¿Disfrutando de este verano recién estrenado?

Sí. Tocando y haciendo conciertos (por suerte) por toda la geografía española. Vamos a pasar por la Región muchas veces durante estos meses, con lo cual bien, contento.

Ya el año pasado protagonizasteis tú y Ricardo solos la gira acústica Viva la vida por recintos de aforo reducido, para cumplir con las exigencias sanitarias, con un repertorio basado en grandes éxitos. ¿Qué tal fue la experiencia?

Fue muy satisfactoria, sobre todo teniendo en cuenta el año pasado cómo estaba la cosa... Finalmente muy pocos tuvimos la suerte de poder trabajar, pero es cierto que nos ofrecieron esa gira a un coste que no permitía más que ir en esas condiciones [solos él y Ruipérez]. Y lo que estamos haciendo este año es un poco la continuación; realmente no hay mucha diferencia. Estamos haciendo nuestras canciones de siempre, pero en formato acústico, un formato que ya hemos trabajado mucho con anterioridad. Y funciona muy bien. 

Lo bueno es que en esta ocasión las condiciones son un poco mejores; ya no económicamente, que también (algunos sitios han podido reabrir), sino en cuestiones de aforo, restricciones, etc. Creo que la cosa se va empezando a abrirse muy lentamente, y ojalá volvamos a la normalidad. Y en cuanto a lo qe corresponde al apartado puramente artístico, muy bien también, porque hay que tener una cosa clara: tocamos las canciones que la gente quiere oír y que nos han puesto en este lugar. Es un concepto muy honesto, porque yo, si voy a ver a un grupo que me encanta, quiero que toquen los temas que yo conozco; no quiero rarezas. Esa es un poco la filosofía de la gira, con un setlist hecho desde la perspectiva del público.

¿Qué nombre le habéis puesto a la gira?

No tiene un nombre especial. Si es que, excepto los años que hemos parado por nuestros proyectos paralelos –porque realmente había que hacer un paréntesis–, siempre hemos estado de gira. ¿Cuántos conciertos puede haber hecho M-Clan en su historia? ¿2.000? A lo mejor es mucho, pero 1.700 … Es que se dice muy pronto... Y estamos supercontentos porque seguimos haciendo ‘sold outs’, incluso vendiendo tickets como bandas que están en primera fila ahora mismo. Ese es el termómetro para pensar en qué momento estás. Eso y ver que estamos traspasando generaciones, conservando a un público de gente mayor que superan los 60 años y atrayendo a chavales de 18 o 20 años. Es increíble eso. Te hace pensar que tu música está trascendiendo el tiempo.

El rock sigue vivo.

Creo que hay una necesidad por parte de la sociedad y de todos de volver a comunicarnos, de sentir por ejemplo la música en directo, que es una de las mejores cosas que hay en la vida. Y el tema de la pandemia ha hecho que la gente lo valore más: lo que era ir a un concierto. Ahora vemos personas entre el público que se emocionan y lloran en directo, y no por el hecho de estar viendo a M-Clan, sino por estar sintiendo otra vez algo que no podían sentir, que se había prohibido por exigencias del guión. Eso está guay, sentir que la gente reconoce la importancia de la cultura, del arte, de la música en directo, de la expresión, de comunicarnos, de poder sentir de nuevo... Todo eso es algo que no debemos perder.

Precisamente en estos momentos muchos piensan que la música ha pasado a un segundo o tercer plano dentro de los intereses de la gente, paro ahora que todavía no hay festivales, los conciertos están atrayendo a un montón de público. Tanto en los medios, como a nivel de ventas de discos, se dice que la música está perdiendo terreno, pero los conciertos en directo, tal como los estáis viviendo vosotros, están gozando de un esplendor máximo.

Primero, ya sabemos que los medios mienten en general.

Ya lo decíais vosotros en una canción.

Mienten y dicen lo que quieren. A mí se me ocurre decir una cosa, la digo en un medio, y parece que es palabra de Dios. Todos sabemos que los medios responden a intereses de sus clientes, en general, y los medios públicos también. La música evidentemente no es un bien de primera necesidad, pero somos seres –y más los mediterráneos– que necesitamos comunicarnos, y la música, la cultura, forma parte de eso. Tú no puedes vivir encerrado en tu casa sin comunicarte con los demás. Y que quede clara una cosa: cuando se habla de ‘cultura’ parece que estamos hablando de espectáculos, de eventos, y no se trata de eso; se trata de un alimento para el ser humano que hará que dentro de 200 años se recuerde quiénes hemos sido, qué fue este gran país con el que a todos se les llena la boca ahora. A España se la recuerda por sus pintores, por sus músicos..., por su cultura.

¿Estás vacunado ya, por cierto?

Primera dosis. Nosotros no somos trabajadores esenciales, pero tenemos que estar viajando, compartiendo con otra gente y... Pero, bueno, ha funcionado bien y ya dentro de dos semanas estaré fuera de peligro. Bueno, fuera de peligro del todo no, porque con la vacuna puedes seguir contagiando y hay que seguir tomando precauciones, pero sí un poco más relajado con este tema. 

¿No echáis de menos salir con banda y un supermontaje? Muchas otras bandas lo están haciendo ya... Estoy pensando por ejemplo en Los Zigarros, que vinieron a Murcia hace unos días.

Sí, claro. Pero depende también de la idiosincrasia y de cómo funciona cada banda. Nosotros somos un grupo que tiene a sus músicos contratados, y ahora mismo no nos da para pagarles, directamente. Hay otras bandas que tienen otro tipo de acuerdos, que van a pachas, o que han dicho: «Vamos a hacerlo para lo bueno y para lo malo», pero yo no le puedo decir a un músico: «Tú no vas a cobrar porque no hay dinero, porque me dirá: «No voy». Pero bueno, yo creo que ya para finales de año sí que va a empezar a haber festivales que empiecen a pagar cachés un poco más parecidos a lo que había antes (ahora estamos hablando de mucho menos, de la cuarta o quinta parte), y entonces ya nos lo podremos pensar.

En todo caso, parece que vosotros dos os sentís cómodos. ¿Cómo vais de ganas esta gira, habiendo empalmado una con otra?

De ganas muy bien, porque vamos cuatro amigos en la ‘furgo’: un road manager, un técnico (Antonio Casinello, que es de Murcia y os manda saludos), Ricardo y yo. Es una gira cómoda, no hay demasiada parafernalia; todo se hace muy rápido, y los conciertos son, a ver, ‘brillantes’ en el sentido de que todo funciona como un reloj. Pero se echa de menos tocar con banda. Yo el día que oiga una batería y una guitarra eléctrica detrás… Lo necesito.

¿Habéis modificado en algo la gira, el repertorio es distinto? ¿Cómo estáis viviendo los conciertos de esta, digamos, nueva normalidad?

El repertorio es muy parecido, si no el mismo, que hicimos el año pasado en Murcia. Yo toco el cajón flamenco (supliendo la parte rítmica), la armónica, la pandereta, toco la guitarra un poquito..., pero Ricardo sostiene todo el show. 

Hay algunas canciones anteriores a la pandemia que, vistas desde la perspectiva del presente (está ocurriendo también con otros artistas), parece que eran premonitorias. Podría ser el caso de Miedo.

Son canciones metafóricas, muy interpretables. Las calles están ardiendo, cuando pasaban cosas por ejemplo en Cataluña… Hay un montón de canciones que son vigentes. De Miedo, en los momentos álgidos de la pandemia, hicimos un video con los sanitarios porque seguimos queriendo agradecer la labor extrema que está haciendo esta gente: la damos por hecha, y es un sector al que le ha caído todo el peso encima. Muy duro.

¿Los que ya vimos a M-Clan en Las Noches del Malecón, ¿qué motivos tenemos esta vez?

Pues que, ¡me cago en Dios!, hay que ir a vernos. Somos M-Clan, somos de Murcia, y lo vais a pasar de puta madre. Canciones que ya forman parte de nuestra historia, pasar un buen rato con unos amigos, tomarte cuatro cañas al lado del río... y disfrutar.

No es mal plan. Ahora ya casi se pueden hacer planes, pero ¿qué proyectos se os han quedado en el cajón con esto del coronavirus?

Se quedó en el cajón lo de nuestro disco Sin enchufe 2, que era una idea para celebrar el cumpleaños del Sin enchufe (2001), pero yo creo que ya estaría fuera del tiempo... Casi que nos esperamos a cumplir 30 años como banda, que no falta mucho (tres años). Por ahora vamos a terminar estos conciertos que nos llevan hasta enero. Y yo estoy preparando un disco en solitario, de Tarque, que supongo que saldrá el año que viene. Rock muy potente, aviso.

Lo llevabas avanzado ya con Carlos Raya.

Sí, tengo cosas. Y con M-Clan hay cosas para el futuro, ¿eh? Pero sin prisa.

¿Canciones nuevas de M-Clan también hay?

No, pero hemos participado en varios tributos. Tenemos por ejemplo una versión de Barricada en homenaje al Boni; tema que grabamos en Murcia, por cierto, en Arde El Arte, un estudio que está de puta madre, de Raúl de Lara. Y más cosas. Yo siempre estoy haciendo colaboraciones. No obstante, para más adelante sí que habrá cosas para M-Clan, pero dentro de un tiempo.

Estás en mil y una iniciativas, y algunas tienen que ver con tu preocupación por el medio ambiente. Esta misma semana se presenta una iniciativa en defensa del Mar Menor, Sol y sal, en la que has participado.

Sí, pero ¿quién puede no estar a favor de hacer cosas por el medio ambiente? Es una iniciativa de Nunatak, y nos involucraron junto a un montón de artistas: Shinova, Miguel Ríos, Rozalén, Sean de Second… Cantamos una canción reivindicando ese espacio brutal que tenemos en Murcia y que hemos destrozado. Esa es la realidad. Si eso no nos va a importar y los intereses económicos van a estar por encima, dentro de unos años será un charco verde al que no irá nadie. Además, han hecho un videoclip muy bonito con imágenes de recuerdos que tenemos todos de cuando ibas al Mar Menor y cogías berberechos con un cubo.

¿Tú también has veraneado en el Mar Menor?

Sí, claro. Cuando llegué a vivir a Murcia, en el ‘77 tenía 7 años. Venía de Galicia, de Chile previamente, de los periplos de mis padres. Ibamos al Mar Menor, a San Pedro del Pinatar, y me acuerdo muchos años de ir de crío a estar el verano en Lo Pagán, y era increíble. Era curioso porque yo venía de un océano, de conocer el mar de otra manera, y era como un lago peculiar, y eso es lo que hay que conservar.

Y el balneario blanco de Floridablanca, que imagino recordarás, ya no está tampoco.

Tengo recuerdos. Es cierto que hace mucho que no voy al Mar Menor; he ido a tocar alguna vez a Los Alcázares, pero a Lo Pagán… Ese recorrido que hacíamos de pequeños a Santiago de la Ribera hace mucho que no lo hago. Recuerdo haber ido a muchos conciertos de crío a la discoteca Claima, que hacían conciertos de heavy metal; eso era en San Javier, pero bueno, toda aquella zona. Ahí tuvimos muchas vivencias, y eso hay que reivindicarlo.

¿Cómo será el disco en solitario de Tarque? Ya comentaste que tiene raíces clásicas, rockeras.

Es continuación. No vamos a hacer algo tan diferente al primer disco de Tarque, que es el rock clásico de toda la vida (Deep Purple, Black Sabbath, Led Zeppelin...), pero sí queremos darle una vuelta de tuerca, hacerlo un poco más modernizado en cuanto al sonido, fijándonos en bandas como Rival Sons, Queens of the Stone Age, Jack White, los Black Keys... En esas estamos, con muchas ganas también.

¿Tienes ya un título para ese nuevo álbum?

No, pero hay bastantes ideas, y promete ser potente.