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Teatro | CRÍTICA

Treinta años después

Escena de la obra teatral ‘7 hombres buenos’ de Juan Mayorga. | | LP/DLP

Accésit del premio Marqués de Brandomín en 1989, fue publicada por el Instituto de la Juventud y posteriormente por Ediciones la Uña Rota junto con otros textos en el volumen Juan Mayorga Teatro 1989-2014; sin embargo, a pesar de una larga trayectoria jalonada de éxitos, esta obra del dramaturgo madrileño no había sido representada hasta que Rafael Rodríguez, fundador y director de 2RC Teatro, la llevó a las tablas del Teatro Cuyás en febrero de 2020. Curiosamente, hace aproximadamente treinta años, Rodríguez impartía un curso de interpretación en la madrileña sala Cuarta Pared en la que estaba inscrito Mayorga y este le regaló un ejemplar de Siete hombres buenos. Desde ese momento, la puesta en escena de ese texto estuvo en el pensamiento del director aruquense hasta que felizmente vio la luz.

Treinta años son los que se marcan en el argumento de la obra durante los cuales los siete miembros del consejo de ministros de un gobierno en el exilio se han estado reuniendo y debatiendo cuestiones de Estado con vistas a un ansiado su regreso. El momento llega cuando cae el tirano y la posibilidad de volver a la vida política se materializa en una opción existencial para cada uno de ellos. Los fantasmas de acciones políticas del pasado no del todo rectas, el desarraigo cronificado de casi todos y la certeza general de que tres décadas han cambiado completamente aquella realidad nacional por la que luchaban en su juventud producen zozobras, dudas, desafecciones y revelaciones que permanecían ocultas bajo la condición de refugiados. Mayorga reflexiona sobre el poder, la política, la nostalgia de un país que ya no es el que se deja ni el que se mitifica en la ausencia, el paso del turno histórico de las generaciones perdidas. Todo ello apuntando a la historia reciente de España sin mencionarla directamente, universalizando la trama de la historia, al modo de Buero Vallejo, ahondando más bien en la intrahistoria de los vencidos por las circunstancias cuyo conflicto máximo es aferrarse a los rescoldos de un poder caduco o dar un triste y doloroso paso a un lado. En esta obra inicial, Juan Mayorga ya apunta cuestiones que serán eje de su dramaturgia como el conflicto primario entre la bondad y la maldad del ser humano o el planteamiento y la construcción de un gobierno ideal frente a la sórdida realidad que nos asalta cotidianamente.

Si en la primera escritura los siete hombres eran varones, en la actualización escénica tanto el dramaturgo como el director decidieron cambiar el sexo de dos personajes que interpretan Blanca Rodríguez y Ruth Sánchez. Y es que treinta años en la vida política de nuestro país no han pasado en balde, por fortuna para la presencia y visibilidad de la mujer. Se dice que nunca es tarde si la dicha es buena; en este caso, lo confirma un estreno de una obra de uno de los dramaturgos de más renombre nacional bajo la dirección de una de las compañías con más trascendencia de nuestras islas, que ha reunido un elenco escogido entre lo más granado de la profesión actoral canaria. La conjunción de lo uno y lo otro es realmente eficaz, talentosa y oportuna.

La obra, recién llegada del Real Coliseo Carlos III (Madrid) donde fue muy ovacionada, se subirá a las tablas del teatro Guiniguada (Gran Canaria) hoy 9 de julio.

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