«He llevado bien la denuncia porque la orquesta siempre ha estado conmigo. Ellos han creído en mí y yo he creído en ellos, hasta el punto de que siempre he sentido su apoyo, otra cosa es como ha afectado todo esto a los miembros de mi familia». Son las palabras de Karel Mark Chichon al ser preguntado sobre la polémica surgida el año pasado tras ser denunciado por presunto acoso laboral. Todo empezó cuando el portavoz de Ciudadanos en el Cabildo de Gran Canaria, Ruymán Santana, exigió a la comisión ejecutiva de la orquesta que controlase determinadas contrataciones detrás de las cuales se podía intuir favoritismo en alusión a la contratación de la mezzosoprano Elina Garanca, esposa del director, al tiempo que se investigaba si la contratación del propio Chichón podría no haberse ajustado a derecho.
Paralelamente, la jefa de producción de la orquesta, Isabel Turienzo, y el que por entonces era gerente de la misma, Christian Roig, presentaron sendas denuncias contra Chichon por presunto acoso laboral.
Sin embargo, una investigación interna encomendada a un prestigioso equipo de abogados no encontró el menor indicio que confirmara ninguna de estas acusaciones. Antonio Morales quiso dar por zanjado el tema al subrayar que el director cuenta con el apoyo del Cabildo Insular, del que depende la formación. «Ahora lo que tiene que sonar es buena música», puesto que «se acabaron los debates externos a la orquesta», Ocasión que quiso aprovechar para expresar su «agradecimiento, por su profesionalidad y entrega a la orquesta» a Chichon, incluso pese a que «ha tenido que enfrentarse a dificultades» a cuenta de las acusaciones en su contra.