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Instante de la ópera en concierto ‘Così fan tutte’. | | LP/DLP

37º Festival Internacional de Música de Canarias | Concierto 

El ‘Così’ mozartiano, cima del Festival

El consagrado maestro gantés René Jacobs, intérprete indispensable de los repertorios barroco y clásica, ha marcado la zona candente del 37º FIMC con una lectura magistral de la ópera Così fan tutte, el libreto italiano más cínico y desenfadado de los tres escritos para Mozart por el cura Da Ponte. La obra completa, que dura más de tres horas, sonó gloriosamente en el Auditorio Afredo Kraus (quien fue gran tenor mozartiano bajo las batutas de Karajan y Bohm), servida por colectivos y solistas de la mayor calidad. Entre los primeros, la Orquesta Barroca de Friburgo, vehículo idóneo del virtuosismo, la vivacidad y la alegría que recrean un Mozart crítico y jocoso además de bello y sensible.

Con instrumentos de época (clavicémbalo timbaleta, maderas completas en su material primigenio (madera, off course) y metales sin pistones (con inevitables gallos barrocos), los de Friburgo dieron permanente luz a la muy larga partitura. No menos luminosas fueron las breves intervenciones polifónicas, a cargo de 20 voces grancanarias de la Coral de Cámara Ainur inteligentemente ubicadas en cuatro proscenios a ambos lados de la sala. Las voces solistas actuaron muy bien asimiladas a sus roles por carácter y estilo, en una representación teatral que está muy lejos de la socorrida “versión concierto” con interpretes inmóviles, sino semiescenificada en la plataforma próxima a la vidriera de fondo.

La ausencia de decorados y vestuario fue en este caso la mejor versión de un espectáculo de vigencia intemporal lleno de vida sin necesidad de pseudo-decorados ni cortinones, improvisados para suplir las carencias de un gran equipo en gira. Era evidente la alegría del maestro Jacobs por la respuesta a una versión musicalmente y actoralmente completa, dócil a sus tempi, volúmenes y variantes de situación y carácter. No sería extraña una difusión fonográfica , a juzgar por el detallismo del maestro de sonido, Antonio Miranda, en los detalles de la grabación.

Las seis voces solistas cantaron y actuaron con profesionalidad bien ahormadas al hecho de no tener posibilidades de salida y entrada en camerinos. Todas mostraron valiosa vena representativa, con ventaja evidente de las tres damas: las dos hermanas divertidamente infieles a sus caballeros y la muy experta empleada de ambas, auténtico monumento al canon de la soubrette, pero aún más por la riqueza de su partitura y el elegante descaro de su filosofía amorosa, todo ello expresado con auténtica gracia por la soprano coreana Sunhae Im. Las dos celebérrimas hermanas tienen a su servicio a la célebre soprano sueca Camilla Tiling, siempre admirable por el timbre celeste de su voz lírico-ligera, la flexibilidad expresiva y la pasmosa memoria de todas las arias, arietas y recitativos articulados en la absoluta perfección sin poder repasar el libreto de su deliciosa Fiordiligi; y la mezzo holandesa Olivia Vermeulen, no menos excelente Dorabella en el canto, la presencia , la cambiante tonalidad del amor y la traición,

Los caballeros mantuvieron el tipo, que ya es mucho decir al lado de las tres damas. El tenor ligero alemán Mark Milkhoffer fue el apasionado Ferrando, absolutamente dominador de un canto ligado y fácil en toda la tesitura; el barìtono finlandés Arttu Kataja, más exclamativo y de emisiones acentuadas, cantó el Guglielmo; y el bajo-barítono Marcos Fink bordó el inefable Don Alfonso, autor y prisionero del giocco tramposo junto a la pícara Despina, completó con calidad y nobleza una noche gloriosamente mozartiana, construida en Canarias por el sabio maestro René Jacobs y calurosamente vivida por el público.

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