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Nach Músico

Nach: "Hoy hay una tendencia a llamar la atención en el rap"

El rapero alicantino Nach.

«No lo digo por nada, pero no hay nadie en este país que coja el rap, la poesía y el slam poetry, lo mezcle todo y lo muestre como lo hago yo. Es un show irrepetible». Así de contundente se muestra Nach (Alicante, 1974) a la hora de hablar del «espectáculo» de su gira. «Quiero unir todas mis dimensiones en un formato muy puro -añade-. La reacción está siendo increíble, la conexión con el público es brutal, y el que crea que no se puede hacer Efectos vocales (una de sus canciones más famosas) solo con un piano y la voz está muy equivocado».

¿Podría haber hecho esto sin, como dice en la última canción que ha publicado, «llevar invicto desde 1995»?

Puede ser que no, porque con este bagaje te dan ganas de hacer muchas cosas y experimentar a ver qué sucede. Como artista hay que ir buscando en otros lugares y otras maneras y mostrar sobre todo la esencia de uno. Al principio de mi carrera ni me plantearía hacer algo así, porque yo solo quería hacer rap, pero a estas alturas de mi película quiero buscar otros lugares y formas de expresarme. Y este concierto tiene más verdad que los que he hecho nunca en mi vida.

¿Por qué necesita a estas alturas reivindicarse ante las nuevas generaciones con canciones como Sigo de pie?

Han pasado muchas cosas en este último año, no es solo reivindicarme ante las nuevas generaciones. Todo va tan rápido que la gente es como que se olvida. Y no, pueden cambiar las tendencias pero yo no me he ido a ningún lado. Sigo de pie, sigo fuerte y eso ya es en sí una declaración de intenciones, tío. Pero además, en este año nos hemos tambaleado todos muchos y quiero que la gente pueda identificarse en ese mensaje de seguir de pie.

¿Es de esos artistas que se han inspirado en la pandemia o de los que lo han pasado mal?

He tenido de todo. Me he inspirado, lo he pasado mal, he pensado que no era artista ya, he cogido el ritmo, he vuelto a querer hacer cosas para no bloquearme, me he bloqueado... Me ha dado tiempo a todo.

Desde esos 25 años de carrera, ¿cómo ve la actual escena española del rap?

Hay tantísimo que ves de todo: gente más afín a las barras, otros que se acercan al pop y a temáticas más fáciles, otros que investigan mucho... Lo que sí noto es que hay una tendencia a intentar destacar, a llamar la atención. Yo vengo de una época en la que lo que importaba era un movimiento y una historia que llevábamos dentro y que intentábamos dignificar. Que alguien se identificara con tu canción era más importante que la fama y el dinero. Quiero reivindicar ese hip hop por el que luchábamos y que sentíamos y que ahora no veo.

¿Cuando canta con Residente que ahora hay «mucha pólvora y poco calibre» es porque detecta más hostilidad que música?

No, creo que esta generación es menos hostil que la mía. La generación de los 90 era más desconfiada, más cerrada. Ahora no hay hostilidad pero sí mucho fuego artificial, se crea mucho con filtros de sonido, se trabaja mucho la imagen y los efectos, pero puede que el talento no esté ahí. En épocas anteriores era «hermano, o vales y te pones a escupir o te vas».

Los artistas hacemos canciones porque nos da miedo el vacío al que nos podemos enfrentar si no las hiciéramos

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¿Sigue haciendo rap por las mismas razones que hace 25 años?

Supongo que sí. Cuando tenía 20 años tenía la necesidad de expresarme de una manera mucho más rabiosa, tenía más furia dentro. Ahora la necesidad es de contar y dar forma a una historia. Transformar algo intangible en algo tangible me parece maravilloso. Los artistas hacemos canciones porque nos da miedo el vacío al que nos podemos enfrentar si no las hiciéramos.

¿A usted le conoce mejor el que le escucha cantando o el que le lee en un libro de poesía?

El que me escuche cantando es como si viniera a un bar conmigo y el que me lea es como si me acompañara en un paseo por la playa. En ambos sitios soy yo, en el bar hablaríamos de cosas de la vida y en la playa supongo que de cosas más íntimas.

¿Con qué Nach me quedo, con el que lamenta «un partido socialista que no practica el socialismo» o con el que defiende que la «Paz es no estar nunca en ningún bando»?

Los bandos hoy confunden mucho. Está claro que hay ideologías, y algunas a mí dan un poco de miedo. Pero yo creo en la empatía que se traduce en amor y que es ponerse en la piel de otros. Y eso va más allá de la ideología. Salvo de algunos hijos de puta y algunos criminales y corruptos, para hablar de alguien hay que tener toda la información. Pero hoy en día si intentas escuchar en vez de atacar te toman por tibio. Y si intentas obtener toda la información de algo y no sueltas lo que piensas a las primeras de cambio es como si estuvieras perdiendo el tiempo. Puedo tener gente de un pensamiento político o de otro, pero no voy a juzgar el pensamiento sino a la persona por sus actos.

¿El rap de derechas es un Caballo de Troya para entrarle a los barrios y a la gente joven?

Se está utilizando para eso, pero son casos muy puntuales a los que hay que darles la importancia que merecen. A estas cosas, si no les das la suficiente importancia pueden crecer. El rap es muy grande y siempre va a caber que se usen determinadas tendencias para que la cabeza de algunos chavales se vaya por ahí. Hay que analizar bien esas cosas y no dejarlas pasar, porque si no te pueden explotar en la cara.

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