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La pureza como la guerra

Dos nuevos textos de la escritora leonesa Ruth Miguel Franco

La pureza como la guerra

La pureza y Guerra son dos textos muy diferentes −a priori− de la misma autora, Ruth Miguel Franco, que han visto la luz a la par. Guerra es un conciso pero denso poemario que edita Huerga y Fierra en su Rayo azul de poesía. La pureza es un texto también breve, en el que la poeta que es Ruth Miguel se explaya en una prosa contenida, justa, descriptiva pero también sorpresiva en la crónica de su viaje a la ciudad austríaca de Innsbruck y que puede quedarse en eso o leerse como introspección hacia una misma o, de forma más general, como la búsqueda de sentido al viaje. Ediciones Menguantes, que acoge La pureza, es la editorial leonesa especializada en libros de viaje que acaba de obtener el premio al libro mejor editado del Ministerio de Cultura por el Breve Atlas de los Faros del Fin del Mundo de González Macías, primor editor que ha puesto también en esta joyita. Si todavía nos quedaran dudas de que se trata de un libro de viajes, este de Ruth Miguel se presenta en atractiva tríada junto a El año que no viajé a Buenos Aires de Saray Encinoso Brito y Tres formas de atravesar un río de Agustina Atrio: Tres viajes - Tres autoras.

«El viaje es la aniquilación de la costumbre y la inauguración de un estupor que debe volvernos pequeños, callados y blancos», nos dice Ruth Miguel en este breviario del viaje a la ciudad de Innsbruck que nos la muestra y recorre como la mejor guía y que nos permite sentirla en su esencia, pero que además nos propone reflexionar sobre el sentido del viaje, del turismo y de esa huida de nosotros mismos en que podemos convertirlo. Que no es el caso, porque Ruth Miguel viaja «para recorrer el camino hacia atrás. Hay quien lo llama pureza». «Los que buscamos la pureza, en cambio, guardamos silencio y apretamos los dientes».

Si es el caso que «la pureza se parece mucho a desaparecer» como concluye Ruth Miguel este libro que −de verdad− merece la pena leer en cualquiera de los estratos que propone, esa pureza nos traslada a Guerra, el poemario lleno de simbolismos y referencias míticas e históricas, donde la autora se enfrenta a la vida −«piensa en el vuelo»− y a sus batallas: «todas las batallas son entre alma y cuerpo», donde «el cuerpo son los otros».

Guerra porque «lo que escriben los vencidos no es historia» en que parece primar la visión pesimista aunque en realidad solo pretende abrirnos los ojos, para que podamos mirar el mundo desde una atalaya como si no fuéramos partícipes, pero donde finalmente prima la luz, el pensamiento, la severidad −en sí y para los otros−, y sobre todo la sabiduría. Las invencibles «volverán en sí. Volverán al mundo / si les das motivo para guerras nuevas», porque −el canto final es de optimismo−, «lo que nos salva es siempre más pequeño que nosotros».

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