El Cementerio de Vegueta de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria acoge, a partir de hoy, la escultura Jano, que se erige en el monumento funerario que albergará las cenizas del escultor Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925 - Madrid, 2019), en cumplimiento de los últimos deseos del artista grancanario.

Según ha informado la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, dirigida por Jesús Castaño, el escultor describió, durante la inauguración de dicha institución en el Castillo de la Luz, estos últimos años de su vida como «su regreso a Ítaca»: esa vuelta al origen que cierra la espiral de su creación, en ese viaje último que es reflexión y silencio.

Por ello, Jano, la escultura que corona el monumento, es un diseño del propio Chirino que simboliza el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Precisamente, el artista creó esta pieza con la intención de que se convirtiese en su lugar de reposo.

La pieza pertenece a la serie Crónicas del Siglo XX, realizada en el año 2000 en bronce patinado oscuro, y materializa el resultado maduro de una obra artística que ha girado en torno al hombre, sin apenas rozarlo. La unión de la severidad del metal y la precisión de las líneas con la atribución de una identidad propia en cada una de ellas convierte esta serie escultórica en la expresión de la madurez creativa de Chirino.

Así, la escultura descansará sobre un pedestal de cantería de Arucas, con un epitafio que reza lo siguiente: «Aquí descansa el gran herrero fabulador, forjador de símbolos. Desde el origen al universo», para unir de nuevo comienzo y final en el monumento, que estará situado junto a la tumba del tenor grancanario Alfredo Kraus (Las Palmas de Gran Canaria, 1927 - Madrid, 1999).