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Música | I Festival El Contemporáneo 1

El grupo vasco Kea, en la niñez de las revoluciones

El grupo vasco Kea, en la niñez de las revoluciones La Provincia

Muy buena idea la de concentrar la música y los estrenos canarios en un apéndice dedicado a la contemporaneidad, porque concentra al público que se interesa por los sistemas o lenguajes más próximos a la cultura de su propio tiempo histórico y estético. El primero de los seis programas de este especializado Festival Internacional de Música de Canarias, todos en el Teatro Guiniguada, estuvo a cargo del Grupo Coral Kea, colectivo vasco de 14 voces dirigido por Enrique Azurza, que también ofreció comentarios previos a la interpretación de cada una de las obras en programa. En la sala, numerosos compositores canarios.

Prolijo programa de quince piezas breves, característico de los coros semiamateurs que tanto abundan en el País Vasco. Todos sus miembros cantaron con mascarilla en cumplimiento de normas antipandemia. El color, el timbre y el cuerpo de las voces sufre con ello un ligero menoscabo y tal vez sea esto lo que me mueve a pensar que el Kea no se distingue por la belleza de sus voces, todas agradables y bien entonadas, a excepción e algún desliz entre las sopranos.

La contemporaneidad no es un criterio bien delimitado en el tiempo que corre. Hay en este campo tan plural un clasicismo que describe lealmente al arranque de una evolución de más de un siglo, o los periodos juveniles de compositores que en su trayectoria llegaron a ser revolucionaros, o epígonos de los creadores de lenguaje y de vocalidades inéditas que sí representan y lideran los movimientos de la contemporaneidad.

En las estéticas pre se mueve el repertorio de Kea, y resulta muy chocante que en todas las piezas de su programa con grandes nombres rupturistas, Messiaen, Takemitsu, Ligeti y Elliot Carter, por citar a los más grandes, siga sonando por momentos la coralidad del sistema armónico y se haga evidente la timidez con que asumen las grandes disonancias, los recursos no vocálicos, los gestos teatrales, etc. La presencia del P.Donostia estaba justificada por su condición vascuence (si bien Luis de Pablo o Bernaola, entre otros, no estuvieron); pero Ravel, Poulenc, Lesur, Sandström, Pizetti, Barber y Bernstein perdieron hace mucho tiempo su aura innovadora.

El programa incluyó el estreno de una “Endecha” de Gustavo Trujillo, compositor canario residente en Holanda. Inspirada en temas y mitos y paisajes insulares tratados con prudente distancia, marcó uno de los momentos más imaginativos del programa. Y habrá más estrenos en los cinco conciertos restantes.

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