La realidad se mezcla con la fantasía y el arte con la política y la economía en el universo que el libanés-estadounidense Walid Raad ha creado para la exposición 'Cotton Under my Feet', un recorrido artístico y performativo por la vida y la colección de Hans Heinrich Thyssen- Bornemisza.

Desde el miércoles 5 de octubre y hasta el 23 de enero se podrán visitar las salas que el Museo Thyssen-Bornemisza ha dedicado a esta muestra, en la que también se podrá asistir a las performances de 70 minutos que el propio artista ejecutará en determinadas fechas (del 6 al 16 de octubre, del 14 al 20 de noviembre y del 13 al 22 de enero).

Se trata de un recorrido por las salas titulado 'Two Drops per Heartbeat', diseñado para arrojar una mirada inédita y sorprendente sobre el museo, y que Raad realizará en inglés, aunque habrá traducción disponible al castellano. Tras tres años de investigación en la colección, el autor presenta episodios imaginados y ocultos, intrincadas conexiones entre las obras y protocolos alternativos de conservación en su exploración de diversas realidades históricas que tienen como eje la adquisición de la colección Thyssen-Bornemisza por parte del Estado español en 1993.

Fotografías familiares o de prensa, instalaciones y vídeos se entremezclan con las obras propias del museo, tanto pictóricas como de orfebrería, en este recorrido concebido específicamente para el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en el centenario del nacimiento del barón, sin que se haya impuesto ningún tipo de límite por parte de la familia, según el artista.

La práctica artística de Raad, residente en Nueva York y profesor de arte en The Cooper Union, tiene sus raíces en la ficción histórica y retrata cómo se viven, experimentan, visualizan y narran los hechos violentos.

"Mi padre tenía una relación con el arte muy compleja", ha explicado la hija del barón, Francesca Thyssen, fundadora de TBA21, la fundación que ha encargado el trabajo, en la presentación ante los medios de la exposición, junto a la comisaria, Daniela Zyman, y el director del museo, Guillermo Solana. Según ha dicho Francesca Thyssen, pese a que el perfil de su padre no era académico, "sí tenía una mirada profunda y extraordinaria" que pudo desplegar en Villa Favorita (en Suiza), donde recibía constantes visitas de marchantes y de expertos en arte, muchos de ellos intentando venderle obras.

Algunos recuerdos de su infancia y juventud en aquella mansión han revivido con el proyecto de Raad, cuyo desarrollo ha sido "muy emocionante" para ella, ha asegurado la mecenas. Ha recordado que su padre se casó cinco veces, con lo que generó una enorme familia que de alguna manera está presente en esta exposición. "Hay personas en las familias que tienes en un pedestal y otras a las que no quieres ni ver", ha relatado, y por eso ha habido algunas imágenes que le han retrotraído a momentos incómodos, mientras que otras, ha afirmado, le han provocado una sonrisa.

"Wallid sabe mucho más de mi familia que yo", ha asegurado la hija del barón Thyssen, que en todo momento ha defendido la libertad del creador.

Por su parte, Raad le ha agradecido a ella el "riesgo a nivel personal" que asumió cuando le encargó esta exposición. "La ficción puede ser aterradora o gozosa, y cuando surge me planteo por qué no ha aparecido en la historia", ha recalcado el artista, que estaba disfrazado durante la rueda de prensa, aunque después se ha mostrado sin postizos durante una performance reducida para los medios, a los que ha pedido no revelar demasiado sobre las sorpresas que esconde.