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Natalia Medina Directora del Festival Masdanza

«Mi premio es ver a bailarines canarios en los certámenes»

Natalia Medina durante la entrevista. Álvaro Carrero Puig

Natalia Medina: 25 años de Masdanza

El festival da un salto cualitativo al cambiar su sede a La Palmas de Gran Canaria, donde se inauguró ayer en el Guiniguada, con un solo de Dácil González, y que culminará el 30 de octubre con una noche dedicada a Italia en el Cuyás 

Natalia Medina (Tunte, 1966) celebra el merecido impulso dado a Masdanza, en una edición donde destaca como nunca el talento de los bailarines canarios

En estos días fragorosos, las oficinas de Masdanza se han trasladado, buscando el fresco, a una sala del hotel Iberia. De regreso a casa, Natalia Medina templa los ánimos con una buena rutina. Primero yoga y después a leer en la cama. Ahora está con un libro de Javier Cercas sobre el 23F. Es una lectora ecléctica. Ya ha adquirido mucha experiencia en la gestión cultural, pero el cambio de sede la tiene inquieta. Es un salto cualitativo importante para un festival que ha puesto a Canarias en el mapa global de la danza. Ella también ha hecho cambios en su vida. Despues de unos cuantos años, ha vuelto a bailar.

Esta es la primera edición de Masdanza en la que concursan tantos bailarines canarios. Además, el dúo formado por Paloma Hurtando y Daniel Morales ha sido seleccionado para participar el próximo año en la Yokohama Dance Collection. Lo hacen con una pieza dedicada a “ese foco de luz que nos alimenta y nos hace iguales”. Como diría el poeta cubano José Lezama Lima, ¡Campanas oyen mis oídos!

En INA.0 los programadores japoneses han visto la conexión que existe entre los dos bailarines. Sobre todo, han apreciado la calidad con la que estos cuerpos se mueven al unísono, y el tiempo que existe en la pieza. Es un tiempo pausado y a la vez continuo. INA.0 es un trabajo hipnótico que mantiene al espectador en contacto con los bailarines. Hay un hilo que siempre nos conecta con ellos dos. Yo creo que esto es lo que han valorado los programadores. Daniel y Paloma son dos bailarines que vienen de lugares diferentes, él de las danzas urbanas y ella del conservatorio. Y cada uno ha hecho su camino, ampliando su experiencia. Paloma no sólo ha hecho danza contemporánea y clásico, también escalada libre. Todo ese bagaje ha ido sumándose, y los dos han ido encontrándose en un lugar. INA.0 comenzó como una pieza corta y yo creo que él y ella vieron que tenía que desarrollarse, para mostrar todo lo que querían expresar.

Sé que usted valora el riesgo que asume Cora Panizza al abordar desde la danza cuestiones políticas. Dentro de unos días podremos ver a esta artista grancanaria en el certámen de solos. Volverá a bailar ‘Ojos para no ver’, una pieza que ya disfrutaron quienes asistieron a la primera edición del ciclo Retama, creado por usted misma para dar salida al talento canario.

Ojos para no ver representa para mí un salto cualitativo, en cuanto al lugar donde ella se está colocando como creadora, como intérprete y también como persona. Es un trabajo que a mí me atrapó emocionalmente. Me atrapó su cuerpo y también las palabras. Me gusta cómo utiliza textos de distintas personalidades y los va mezclando para denunciar las injusticias sociales, para hablar de realidades en las que no piensas. Y me gusta cómo lleva las palabras al cuerpo. Cuando sales del teatro ese discurso se te queda grabado. Ella está ahora en un momento de ebullición creativa, está escribiendo un libro y continúa buscando un lenguaje corporal propio, aunque yo creo que ya lo ha encontrado.

Cuando estrenó aquel sólo llamado ‘Burnt’ ella ya bailaba con esa combinación de fiereza y precisión que es tan cautivadora.

Sí, ella tiene una calidad muy personal. Ha sabido empaparse de diferentes creadores y creadoras y ha cogido de todos ellos lo que le ha parecido mejor. Y ha creado un lenguaje muy propio. Cuando la ves bailar sabes que es ella. Es difícil imitar un estilo como el suyo. Hay que trabajar mucho con ella para poder asumir su lenguaje.

«Mi premio es ver a bailarines canarios en los certámenes»

«Mi premio es ver a bailarines canarios en los certámenes» Orlando santana quintana

Y ella sigue siendo muy fiel a ciertos estilos de las danzas urbanas. La energía sigue recorriendo su cuerpo espasmódicamente, con electricidad.

Sí, ella es muy fiel a las danzas urbanas, pero al mismo tiempo tiene la capacidad de darle la vuelta a esos estilos y fusionarlos con la danza contemporánea. Y lo hace de una manera que puede ser muy sutil, y al mismo tiempo rompedora, explosiva. Sus creaciones son como una estructura que ella va formando, en la que puede encajar piezas aquí y allá, para luego desencajarlas. Si hablamos del lenguaje del cuerpo, ella tiene para mí una riqueza que es muy poética.

Por cierto, ella también ha regresado a las islas hace no mucho. Ahora me viene al pensamiento otro caso, el de Abián Hernández, a quien vimos bailar con una sensualidad poderosa el solo ¡Prejuicio’, dentro del segundo programa del ciclo Retama, hace un mes, en el Teatro Guiniguada.

Yo veo que se está produciendo un movimiento que no sólo tiene que ver con el mundo de la danza. La situación que todos hemos vivido a nivel global, a causa de la pandemia, influye en esta vuelta a casa. Pero también es cierto que desde hace un tiempo los artistas están pensando qué quieren hacer realmente con sus vidas como creadores. Y están pensando en cómo hacerlo desde sus lugares de origen. Porque hoy en día las nuevas tecnologías nos permiten trabajar desde aquí y luego presentar las creaciones a los programadores, para salir a bailar fuera. A través de las redes sociales pueden estar conectados con artistas a quienes conocieron, conocer a otros y desarrollar proyectos con ellos. Y a la vez, vivir en un lugar más agradable que una gran ciudad.

«Canarias se merecía un festival de danza a la altura de otros festivales culturales del Archipiélago»

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¿Y sentirse más arraigados?

Sí, y también poder vivir en un lugar donde se sienten más arraigados.

¿Ha visto Valle de los 90, el dúo que Richard Mascherín presentó con Lucía Montes en su isla natal? Fue hace dos años, dentro del 18º Festival Canarios dentro y fuera. El momento en que ella aparecía fue fascinante, abriendo de par en par las altas puertas del balcón central, en el teatro Victoria. El juego de luces en la sala de danza, tan blanca, y los movimientos robotizados nos hacían sentirnos dentro de una fantasía amorosa futurista.

Richard Mascherin ha sido un descubrimiento para mí y para los miembros de la comisión que elige a los finalistas de esta edición. Aquí presenta la pieza Caer, caer, caer. Es un solo que nos llamó muchísimo la atención a todos. Él trabaja sobre el concepto de desequilibrio, el del cuerpo y el de la mente. Y es que a veces tienes que dejar caer las cosas, a veces tienes que dejarlas marchar, arriesgarte. Necesitamos entender que caer significa eso, caerse, y que al hacerlo abrimos la puerta a otras cosas. Su creación te mantiene en tensión constante, porque al verla sientes miedo a lo que pueda pasar; porque él arriesga, y arriesga de verdad. Entonces, que dentro de esta edición del festival tengamos tres propuestas canarias, es súper importante. Porque esto nos está indicando cuál es la calidad de nuestros creadores. Si ellos cuatro participan en los certámenes es porque la comisión lo ha decidido así y porque todos han trabajado para estar aquí. Se han ganado ese lugar por méritos propios. Llegar hasta aquí ya es un triunfo, porque los diecinueve trabajos finalistas han sido escogidos de entre 334 propuestas.

Entonces, ¿Ha merecido la pena estar más de un cuarto de siglo al frente de Masdanza? Ha sido un viaje que ha requerido capacidad de adaptación y de renuncia... La gestión cultural acabó apartándola de los escenarios hace ya unos cuantos años.

Tras más de veinticinco al frente de este festival, mi premio es ver a cuatro bailarines canarios en los certámenes de Masdanza. En la pasada edición ya me llevé la alegría de ver al tinerfeño Javier Arozena recibir el premio al mejor intérprete. Al ganar, él tuvo la posibilidad de disfrutar de residencias artísticas en Europa, y en este hecho reside la importancia de Masdanza. Muchas veces he dicho que nosotros somos una plataforma para creadores. El nuestro no es un festival para compañías estables que ya tienen una trayectoria consolidada. Nuestro objetivo es, exclusivamente éste: que Paloma Hurtado y Daniel Morales puedan estar en Japón, que otros programadores puedan ver lo que ellos hacen y que los inviten a otros festivales; que para ellos ese viaje sea una fuente de enriquecimiento. Y que Asia pueda ver lo que se hace en Canarias. Ha costado mucho llegar hasta aquí. Hay que darse cuenta de que ellos han sido seleccionados dos veces, porque los programadores japoneses sólo eligen una de las diecinueve piezas que participan este año, y ésa ha sido INA.0. Estos logros sólo pueden conseguirse paso a paso, con el tiempo.

«Mi premio es ver a bailarines canarios en los certámenes»

«Mi premio es ver a bailarines canarios en los certámenes» Orlando santana quintana

Hay quienes esperan con ilusión a que cada año se de a conocer el número de países representados. Este año vendrán por primera vez artistas de Cuba y México. Llama la atención que no haya ocurrido antes.

¿Qué puedo decir? Que Masdanza siempre esta deseosa de acoger la mayor diversidad posible. Y para mí, como directora, tener en los certámenes propuestas llegadas de Latinoamérica es muy importante. Allí el nivel es muy alto, pero muchas veces sucede que los bailarines y bailarinas de esos países no tienen los mismos medios y facilidades que los de otras partes del mundo. Entonces, me hace feliz ver un trabajo como el de Niosbel González, el bailarín cubano. Lo primero que pude apreciar fue que su solo, “Continuum”, representa la tradición dancística cubana, cómo está posicionada la danza social, política y culturalmente en ese país. Ya nos tocaba disfrutar de un trabajo hecho en Cuba y tan maduro como el suyo. Y lo mismo ha sucedido con México. Allí, la danza contemporánea tiene una tradición maravillosa. Varias veces he estado en México colaborando con festivales y me he preguntado porqué no recibíamos propuestas de ese país. Danya Guadalupe González, que trae el solo titulado “Mientras el félido duerme”, es una mujer con una fuerza... El modo en que se muestra estando sola, su vulnerabilidad y su fuerza, representa para mí a todas las creadoras mexicanas y también a toda mujer.

Hemos hablado del modo en que la danza se hace eco de las cuestiones candentes de nuestro tiempo, de las batallas políticas, de las reivindicaciones civiles. ¿Podrías contarnos cómo Masdanza, sin pretenderlo, se ha sumado al reconocimiento pleno de la transexualidad?

Cuando vi por primera vez el vídeo de este trabajo, cuyo título prefiero callar, no sabía dónde ubicarlo, dónde colocarme como espectadora. Porque, normalmente, yo intento no leer las sinopsis de las piezas. Sólo lo hago después, si la pieza me atrapa o me interesa. Lo que pasó fue que, cuando empecé a verla bailar no entendía qué quería decir. Y a medida que la pieza iba desarrollándose, comencé a entender que trataba sobre la transexualidad. Y no me lo esperaba. Ese sólo de danza te lleva a comprender de una manera imprevisible cómo es la experiencia del tránsito. Lo hace de una manera inesperada y a la vez natural. Durante la pieza viajas con esa persona y te pones en su lugar. Y es tan importante que el público pueda hacer algo así. Ella logra transmitir, desde la danza, esa realidad y la lucha que está teniendo lugar en nuestra sociedad por la igualdad de las personas transexuales.

A lo mejor, la pieza de esta intérprete es una de esas que no vemos hace tiempo en los certámenes de Masdanza. Me refiero a un trabajo más performativo, sostenido por la presencia del intérprete.

Sí, esta pieza se sostiene gracias al poder de su intérprete: ella es tan creíble, tan honesta. La pieza podría estar situada en el lugar donde uno quiera ponerla. Alguien podría verla como un trabajo performativo. Sin embargo, para mí no lo es. Yo la veo como una creación con un desarrollo claro, con su principio y su final. Es tan contundente lo que ella hace... Sea como sea, después de ver tanta danza, lo que puedo concluir es que para mí, un trabajo es válido si tú te crees lo que cuentas y me lo haces creer a mí. Y quiero añadir algo. Si hace tiempo que no vemos trabajos performativos en Masdanza es porque no se han presentado. Para mí es importante que el público aprecie esta clase de propuestas. Hace años participó en los certámenes una chica que, al comienzo de la pieza, tiraba chuletas contra la pared mientras se escuchaba una grabación en la que ladraban perros. También seleccionamos a una artista que permanecía todo el tiempo sentada en una silla. Con las manos iba agarrando los pliegues de su torso, y aquella acción era tan creíble que su solo tenía que estar en el marco del festival.

Masdanza recibió a los primeros bailarines asiáticos en el año 2006. Conozco de oídas la impresión que produjo la llegada de aquellas y aquellos japoneses, el entusiasmo que desató verlos bailar. ¿Aún lo recuerda bien?

Fue en el XI Masdanza. Santiago Almeida se acercó y me dijo que en todos los años que llevaba trabajando como regidor nunca había visto a nadie calentar de aquella manera. Ellos eran cuatro, dos chicas y dos chicos, y la compañía se llamaba Anna, como una de ellas. Permanecían de pie en las calles [las bambalinas] con los ojos cerrados, moviendo solamente los brazos, para acercar las manos como si estuvieran condensando energía. Santi los miraba y su cuerpo se iba alejando de ellos a medida que sus manos se acercaban, porque la sensación que él tenía era que si las manos llegaban a tocarse, aquello iba...

«Nuestro objetivo es crear una plataforma y lograr que Paloma Hurtado y Daniel Morales puedan estar en Japón»

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¿A explotar?

Sí. Y luego, lo que vimos sentados como público fue... Recuerdo que había un foco cenital sobre el centro del escenario y que ellos cruzaban el haz de luz corriendo. No los veíamos. Eran como estelas que pasaban de un lado a otro. Su trabajo corporal era tan diferente a los códigos conocidos por la danza contemporánea europea, que supimos que ahí había mucho más que danza: había artes marciales, había meditación. Antes de que la pieza terminara sentí que se hacía un silencio distinto, y entonces el público se levantó y empezó a aplaudirles. En ese momento decidí que teníamos que ser una de las primeras comunidades que trajeran artistas asiáticos. Y a partir de aquella edición comencé a viajar a otros países y a establecer acuerdos con festivales de Corea, Singapur, China, Taiwán. Aquello fue el inicio de algo hermoso, y todo empezó con una colaboración con el señor Makoto, el fundador de la Yokohama Dance Collection.

Emociona saber que los palmeros verán bailar dentro de unos días a Yang Byung Hyun. En el programa cuenta que su solo, titulado ‘Flower Heart’, se inspira en un período difícil de su vida. Y explica que el corazón, a diferencia del cuerpo, puede volver a florecer en cualquier momento de la vida.

Deberías incluir esta pregunta en la entrevista, porque la verdad es que he seleccionado las cuatro piezas que recorren las islas pensando en la comunidad. Son trabajos tan diversos: el de la chica mexicana, que es la primera persona que viene de ese país a Masdanza; el trabajo de las españolas, que es precioso, y el de los coreanos, cuya cultura me cautiva. La gente, lo que necesita es conectarse con el alma, y la danza lo hace, te conecta contigo. Hay que buscar esos silencios, esos momentos que son tan necesarios. Por eso valoro con delicadeza cuáles serán los cuatro trabajos que se verán en toda la comunidad. Me pregunto qué es lo que quiero llevarles y qué puedo hacer para que quieran volver. Esperamos poder ir también a La Palma y de hecho, tenemos el plan B, que es el viaje por barco. Además, el cabildo palmero quiere que estemos allí.

El cambio de sede, de su San Bartolomé de Tirajana natal a Las Palmas de Gran Canaria, ha dado un gran impulso al festival. Este año participan más artistas en los certámenes, el Teatro Cuyás acoge la noche dedicada a Italia, el país invitado; el proyecto de danza comunitaria, ‘El espacio del cuerpo’, también cuenta con más recursos y...

Todo ha crecido de una manera exponencial. Y con este cambio ha ganado la danza, la gente que se dedica a ello. Canarias se merecía un Masdanza como éste. Nos merecíamos disponer de un buen presupuesto dentro del que se destina a las artes escénicas. Es la verdad. Hay un festival de música, hay uno de ópera, se programa bastante teatro... pero, ¿uno específico para la danza? No lo había. En esta edición estamos trabajando con el Teatro Cuyás, con el Pérez Galdós, con el Guiniguada, con un montón de espacios.

... Y el aumento del presupuesto también ha permitido recuperar el certámen de Break Dance. En otra ocasión me dijo que un día tendremos a un Premio Nacional de Danza que haya comenzado bailando en las calles. ¿Podemos nombrar a Chey Jurado? Lo vi quedarse subcampeón en un Breaking Masdanza y sólo un par de años después nos maravillamos viéndolo bailar Agua en el certámen de solos.

Claro que sí. Yo se lo he dicho a él. Se lo merece porque tiene la madurez necesaria, porque ha evolucionado, como bailarín. Masdanza produce un efecto rebote, como cuando lanzas una piedrita a un charco de la playa. Sólo que al principio no sabes si van a formarse ondas expansivas. Chey llegó a Masdanza siendo un bailarín de Break y le dijimos que fuera a ver el certámen. Es lo que suelo decir. Si tú quieres que la gente venga a ver lo que haces, ofréceles aquello que les apasiona. Es la única manera. A Chey le gustó Masdanza y luego, en Madrid, fue a ver bailar a Daniel Abreu, y se dijo: yo tengo que empezar a abrirme a otros campos. A partir de entonces, él ha ido creando un lenguaje muy propio, que a lo mejor no saben valorar los puristas del Break Dance ni los puristas de la danza contemporánea.

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