La grancanaria Gloria Oliva Martín, con la obra Cazadores de hadas, ha sido por unanimidad del jurado la ganadora de la 26ª edición del Premio Internacional de Poesía Tomás Morales convocado por Cabildo de Gran Canaria y dotado con un premio de 8.000 euros y la publicación del trabajo. Por su parte, el accésit, sin dotación económica, ha recaído en el asturiano Antonio Pilar García, con la obra Bajo palabra, por la singularidad de su propuesta.

En esta convocatoria, a la que se presentaron 152 obras, se seleccionaron como miembros del jurado a tres poetas que han obtenido el Premio Tomás Morales en anteriores ediciones. Verónica García (Premio en 1986) ha sido la presidenta, mientras que Pedro Flores y Tina Suárez (Premio Ex aequo 1996) han actuado como vocales, y el director de la Casa-Museo, Guillermo Perdomo, secretario con voz y sin voto.

Verónica García explica que Cazadores de hadas rescata los siglos a través de fotografías esenciales, extrae de la imagen vida y emoción que intensifica el tiempo. Gloria Oliva Martín «crea un cuerpo fascinante de luz y palabras que resignifica nuestra historia reciente», agrega. En cuanto a Bajo Palabra, considera «que hace posar a la palabra ante nuestros ojos y aunque a veces la coloque dentro de ‘vetustas tarimas’ se aferra a ella como a un ‘verbo ardiendo’. Construye un mapa de trayectorias posibles para el lector y para el poeta; finalmente se abandona en la escritura y sus versos discurren ajenos a su autor con gloria propia», sostiene.

Para Pedro Flores, Cazadores de hadas es un libro de una frescura e imaginación poética destacable. La autora, a partir de imágenes fotográficas icónicas, establece un diálogo con la historia y la creación. El miembro del jurado destaca que «es un libro sobre la poesía, sobre el papel del poeta, y lo que es lo importante, es una colección de poemas con un lenguaje que logra seducir al lector más allá de toda excusa argumental». En relación a Bajo palabra, destaca que merecía su mención y publicación por su indagación en el poder del lenguaje y por su rigor a la hora de abordar un tema tan complejo.

Por su parte, Tina Suárez asegura que Cazadores de hadas es un libro de destacable audacia que ofrece una correspondencia interdisciplinar entre fotografía y poesía, y en el que se trasciende la mirada del fotógrafo o la mera anécdota de la instantánea para brindar al lenguaje el juego de la ficción poética, sin por ello menoscabar el elemento lírico. Sobre el accésit, explica que representa un corpus poemático en el que la palabra no es sólo un concepto propiamente gramático, semántico, sino que se convierte en correlato de otras realidades poéticas, enriquecido además por constantes guiños de naturaleza metapoética.

Además del primer premio y el accésit, los miembros del jurado han seleccionado como finalistas a Dársena, Heredar la lluvia, No hace falta que entiendas lo que pone en mi camiseta, Más allá de la luz, Alteridades, Dejarte de amar, El paso vacío, Con la puerta entornada, Hembralgia, Los versos de un acomodador en paro, Poiesis de un plato roto sobre mantel de hule, Aquellar de la lluvia, Ciudad palabra y Pólvora de invierno.

Gloria Oliva Martín nació en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 1964. Estudió Técnico de Empresas y Actividades Turísticas y durante 10 años combinó su trabajo como agente de viajes «con la actividad de alto riesgo que supone ser madre», explica. Antes de experimentar lo que era el síndrome del «nido vacío» se animó a explorar la disciplina del pincel y, más tarde, el arte de la pluma.