Almudena Grandes siempre estuvo vinculada con Gran Canaria. Especialmente por su admiración hacia la figura de Benito Pérez galdós. De hecho sus dos últimas visitas a la Isla fue para hablar sobre el autor de Fortunata y Jacinta.

La primera tuvo lugar en 2014 con motivo del ciclo de escritores y los 50 años de la casa-museo. Y la segundo en 2018 para el bienio galdosiano. La catedrática de Literatura, Yolanda Arencibia, recuerda que «era una galdosiana número 1», pero también «una mujer viva, con mucho ímpetu y ganas de trabajar, apasionada por las cosas que a ella le gustaba. Arencibia recurda que la escritora madrileña se inpiró, para sus Episodios de una guerra interminable, en los Episodios Nacionales de Galdós. «Ella pensaba que nadie como don Benito había sabido hacer una novela histórica. Y ella quiso hacer un ciclo pensando que eran los Episodios Nacionales de hoy. Usar cosas de la Historia para sus novelas, aunque con el estilo de ella. Pero tenía la imagen de don Benito en la cabeza y decía que nadie había sabido hacer hasta ahora una novela como él.

«Era una mujer viva, con mucho ímpetu y ganas de trabajar», confiesa Yolanda Arencibia

La directora de la casa-museo Pérez Galdós, Victoria Galván, recuerda que vino en dos ocasiones para hablar de autor de Marianela y «le hizo mucha ilusión ya que dio unas charlas muy interesante sobre su relación personal con Galdós donde superamos el aforo». La escritora había ido a dar charlas de forma muy desinteresada porque era «generosa, amable, cercana y sencilla, con una gran conversación». Galván también destaca sus Episodios Nacionales de una guerra interminable, que son 6 novelas que forman «un guiño a él con unos episodios nacionales referidos a la historia contemporánea, con toda la hisotria de la guerra civil y posterior, dándole voz a aqullos que habían sido silenciados». La directora también destaca que Grandes, como licenciada en Historia, «su obsesión era enseñar las cosas que nos concierne desde la ficción» y recuerda que «ella dscubrió a Galdós en casa de su abuelo en los veranos porque tenía toda la colección de sus obras».

Finalmente, el periodista Juan Cruz subraya que «Almudena Grandes significó para la literatura española de la posguerra lo que don Benito, su admirado maestro, supuso para la cultura literaria de finales del siglo XIX».

Del mismo modo que el grancanario, «esta madrileña comprometida con la Historia quiso contar uno a uno los episodios que marcaron la historia de la guerra y de la posguerra». Y subraya que «España vivió un drama que no se hubiera contado de la misma manera si no hubiera estado Almudena Grandes tratando de emular a don Benito y tratando de impedir que la historia quedara en silencio». Cruz destaca, además que Almudena Grandes era «una fiel admiadora y seguidora de Pérez Galdós también cuando don benuito no había alcanzado la notoriedad que ha tenido por las recientes conmemoraciones de su vida».

«El drama de España no se habría contado de la misma manera sin ella», asegura Juan Cruz

Pero añade que «Almudena no le imitó, siemplemente le admiró, convirtió su relación con la literatura también en un homenaje al ilustre canario».