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Juan Eslava Galán Escritor / Autor de 'Enciclopedia Nazi contada para escépticos'

«Hitler no era el más listo de la clase, pero se llevó a Alemania al huerto»

Juan Eslava Galán (1948, Arjona) es el autor de ‘Enciclopedia nazi contada para escépticos’ (Planeta)

En su última escaramuza literaria se entrelazan la buena pluma de un escritor de prestigio con el conocimiento de la historia. Esa es la fórmula que el jienense Juan Eslava Galán (1948, Arjona) exalta en las páginas de ‘Enciclopedia nazi contada para escéptico’, un manual del holocausto que llevó a Europa al «suicidio» en las dos guerras mundiales del siglo XX.  

¿Después de tantos años en el oficio de escribir sigue sintiendo cierta paternidad antes de presentar uno de sus libros o este es un «hijo» más?

No es uno más... Este tiene 900 páginas, es decir, que vale por tres.

¿Dónde están los orígenes de esta Enciclopedia nazi contada para escépticos?

Como historiador no puedo renunciar a temas que ocurrieron en los siglo XX y XXI que me interesa contar. El nazismo me fascina desde un punto de vista lógico que tiene que ver con el hecho de analizar cómo el pueblo más culto de la Tierra se dejó embaucar por una pandilla de indocumentados... Sin perder el tono irónico al que suelo recurrir en mis textos, pensé que este era el momento adecuado para ir a por un proyecto de esta magnitud. Ha sido largo, pero interesante.

¿Se puede ser irónico y entrar en esta cámara de los horrores?

Hay entradas en este diccionario que no se prestan al humor y, por lo tanto, soy respetuoso al tratarlas... Cuando uno se percata de lo ridículo que eran y de la ideología desfasada y estúpida sobre la que sustentaban sus movimientos los nazis sí que existe ese margen para la ironía.

¿A pesar del halo de grandeza que destilaba Adolf Hitler, y no me refiero a su físico, no parece que fuera el más listo de la clase?

No lo era... Hitler era un hombre poliédrico pero su gran virtud, que usó para llevarse al huerto al pueblo alemán, fue la de ser un buen actor y un orador arrebatador. Una especie de charlatán con estilo. Tenía unas brechas culturales notables, era un tipo perezoso, no se enfrentaba a lo problemas y era un ser bastante obcecado.

¿Algún defecto más?

Todos los que usted le quiera sumar... El gran misterio que le persigue aún después de muerto es no saber cómo generales y hombres con más cabeza que él y de conocimientos más brillantes no fueron capaces de imponerse.

¿No resulta sorprendente esa sumisión por parte de altos mandos que eran más inteligentes y ruines que el Führer?

Logró llevarse a Alemania de calle y había que acatar las decisiones del Führer con una obediencia ciega. El carácter alemán es obediente. Sobre todo, muy obediente con los que visten un uniforme.

Lo de «escépticos» va con segundas, ¿no?

Siempre va con segundas... Ser escéptico quiere decir poner un poco en cuestión las cosas que se tienen como verdades absolutas. El libro no lo he escrito para enseñar a los lectores que los nazis eran unos malvados, sino como una especie de herramienta útil para que ellos se den cuenta de todo lo que envolvía al nazismo.

¿Cree que aún hay alguna duda sobre lo que sucedió?

Es posible... Sobre todo, porque los archivos no han sido completamente declarados. Hay que tener en cuenta que en el momento en el que los aliados entran en Alemania estos se apoderaron de mucha documentación (agendas, libros, películas, fotografías...) que no terminó en los lugares en los que debía acabar. Esto es como mirar la parte mínima de un iceberg que asoma por encima del agua, es decir, que debajo hay mucho hielo oculto: dentro de este libro hay más nazismo.

¿Varios de esos misterios han dejado de ser un secreto?

Muchos, algunos de ellos tan determinantes como la activa participación de los grandes banqueros de Wall Street (Nueva York) en el resurgir de los nazis.

¿Es necesario explicar a las generaciones más recientes que no hace mucho tiempo la ambición y la maldad de un trastornado dejó a Europa al borde de la apocalipsis?

Europa se suicidó un par de veces en el siglo XX a través de las dos guerras mundiales. Pasamos de ser el conglomerado socioeconómico y político que dominaba el mundo al lugar en el que hoy seguimos: en el tercer o cuarto puesto mundial.

¿Es un problema que haya jóvenes que no tengan ni idea de la existencia de Adolf Hitler?

Sí que lo es, pero si tenemos en cuenta que algunos no saben absolutamente nada de Franco el mal es algo menor. Nuestro sistema educativo tiene lagunas que nos hace pensar que estamos formando a analfabetos virtuales. Con esto no estoy diciendo que no haya jóvenes que sientan curiosidad por conocer a estos personajes, pero la norma general apunta a que la gente que no piensa es más maleable.

¿También están los que se hacen fascistas sin conocer dónde se están metiendo?

Sí, muchos de los que llaman a otra persona facha no tienen ni la menor idea de lo que es el fascismo. Eso se da mucho en este país...

¿Qué hubiera pasado si Franco da un paso más, es decir, si no se llega a quedar en el terreno en el que habitan los que quieren quedar bien con todos?

Se mantuvo al margen de la guerra, pero mandó a la División Azul... Si hubiera ido de frente al conflicto bélico se habría quedado en el bando de los perdedores, nos habrían invadido como muy tarde en el año 1945 y se lo hubieran quitado del medio. Después de eso solo quedaban dos vías posibles: república o monarquía. La historia no es reversible y pasó lo que pasó.

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