Cuarenta niños, de entre cinco y diez años, exponen sus trabajos en la galería de arte de la Escuela Luján Pérez, desde hoy y hasta el 31 de enero, realizados en su taller infantil. Para su director, Orlando Hernández, las obras transmiten «un sentido de la composición, el color y la espontaneidad sorprendentes».
Alrededor de cuarenta jóvenes artistas, entre cinco y diez años, exponen sus trabajos realizados en el Taller Infantil de la Escuela Luján Pérez, en una muestra que se exhibe desde hoy 16 de diciembre hasta el 31 de enero del 2022 en la galería del propio centro, situado en la calle Roque Morera, nº 1, del barrio de Vegueta. La muestra se podrá visitar de lunes a viernes, de 18.00 a 20.00 horas, en la galería del centro.
Todo un guiño para el futuro de esta Escuela con el compromiso constante de defender el lenguaje universal de la expresión plástica en todas sus manifestaciones. Las obras mantienen la singularidad de la Escuela, que es el respeto a la individualidad y la libertad creadora de todos sus componentes. Peor el director, Orlando Hernández, añade que «es un modo de que los niños recuperen ese lenguaje artístico en una época en la que mandan las maquinitas y en la que el arte está un poco de capa caída». Desde muy pronto los niños utilizan el lenguaje artístico para representar su mundo creativo, convirtiéndose en un medio de expresión y comunicación de sus ideas, sentimientos y emociones.
Los niños no entienden el arte como lo entienden los adultos, muy preocupados en el resultado final. Para ellos, es un juego lúdico donde se expresan libremente. Posiblemente sea la esencia más pura del propio arte. Los niños se sienten libres frente a la obra de arte, poder reinterpretar mediante un dibujo, una pintura o una escultura una creación personal y extraer una lectura que le aporte una emoción, una sensación o un conocimiento contribuye a reforzar su autoestima.
Hernández opina que «estos jóvenes artistas han trabajado sobre temas como La Palma o el Covid con ese universo de fantasía tan particular que les caracteriza». Pero «aparte de la espontaneidad, me ha llamado la atención la fuerza del color y esa intuición que tienen los pequeños para la composición en el modo en el que sitúan las cosas y los objetos a veces de un a manera tan libre que demuestra que tienen asimilado desde muy pequeños un lenguaje propio de libertad».