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Arquitectura

La casa que queremos

Tendencias para 2022 en el diseño de nuestros hogares en medio de la pandemia

De izquierda a derecha, en el sentido de las agujas del reloj, un jardín interior de Hirouyki Oki; interior luminoso diseñado por Marin Architects, y un interior para niños propuesto por el estudio con base en Londres Curl la Tourelle Head Architecture. | | LP/DLP

Después de la pandemia (o desde que empezó la misma y mientras continúa), una de las tendencias arquitectónicas que se observa en el comportamiento normal ciudadano es que vamos a seguir invirtiendo en nuestros hogares. Fue muy duro no tener balcón o un pequeño jardín cuando aquel primer confinamiento de marzo de 2020 nos cogió por sorpresa.

Se han realizado en los últimos meses múltiples encuestas en unos y otros países a diversos diseñadores al respecto y la respuesta más común es que, aunque el mercado inmobiliario está muy inflado, aún así, el 79% de las personas del mundo occidentalizado gastan actualmente dinero para renovar las casas.

Se rediseñan todos los aspectos de los hogares, incluidas hasta las despensas (que se quieren más grandes «por lo que pueda pasar»). Estos dos años, con tanto tiempo sin salir con amigos, sin una vida social loca como antes de la pandemia, nos han obligado a mirar en el interior de nuestras casas, a examinar detenidamente cada habitación y a pensar en qué podríamos mejorar para que nuestra vivienda, que es donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo esté preparada para ser un refugio confortable en tiempos peores.

La casa que queremos

Otra de las tendencias entre los que están optando por cambiar de casa es buscar viviendas mayores, donde poder convivir sin que salten chispas. Estos planes se han acelerado; y otra tendencia apunta a personalizar. La incertidumbre provocada por la pandemia nos lleva a intentar cumplir nuestros sueños, al menos sobre la casa que queremos, y, el tiempo que hemos tenido para pensar, parece haber convencido a muchas familias de que este es el «momento perfecto» dentro de una coyuntura histórica que surgió inesperadamente.

Es curioso que, cuando tratamos de diseñar el interior de nuestras casas, pensamos mucho más en una vida indefinida que al comprar la casa en sí, y buscamos el equilibrio en el hogar con espacios designados para el trabajo, el hogar y el juego. Un lugar común en el que diferentes personas puedan convivir y desarrollar sus aficiones o trabajos sin ruidos e interrupciones.

El incremento del teletrabajo y la digitalización, también han influido, porque muchos que antes no lo hacían ahora, aunque no es obligatorio, pasamos más tiempo en nuestras casas teletrabajando, y, claro, queremos una separación entre la vida en común y la vida laboral, por lo que nos hemos puesto a pensar cada espacio cuidadosamente, y a pensar en el futuro, en qué nos falta, en qué podríamos mejorar para que la casa sea un nido que nos acoja y no una cárcel que nos ahogue.

La casa que queremos

Uno de los cambios que se observan es pasar de espacios abiertos multifuncionales a una vuelta a espacios más cerrados pero flexibles. Para poder tener tiempo a solas y un espacio personal. Otra tendencia es invertir en oficinas en casa más elaboradas, y espacios especiales y grandes para las actividades de niños y adolescentes.

Otra tendencia es la búsqueda de la comodidad, empleando materiales y formas suaves para brindar sensación de bienestar. Con más tiempo en casa, las personas son más sensibles a la comodidad, y a sentirse bien.

En Canarias la mayoría tienen niños, mascotas, o simplemente quieren vivir sus vidas con aire, y verde, y sol, y tener espacios para ello. Así, en nuestras islas la gran tendencia es buscar casas con azotea o balcón o terraza, o un patio o una pequeña piscina donde poder pasar tiempo al aire libre, que es lo que nosotros necesitamos casi tanto como el aire para respirar.

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