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In memoriam

María Mérida, una gran señora

En las Fiestas del Pino de 1996 elaboró un pregón en el que hizo lo que más sabía y quería: cantar a Canarias las canciones que más le llegaban

La cantante María Mérida. | | LP/DLP

Ha muerto una gran señora. Era dulce, culta, educada y muy afectuosa. Había aprendido mucho de la vida desde la muerte de familia muy cercana a desastres económicos y de todo había aprendido una enseñanza buena, de esperanza y nuevos caminos.

Era imposible no quedarse prendado de ella sólo con conocerla.

Quede para otros más doctos que yo el escribir lo mucho que María Mérida hizo por la cultura y el folclore de Canarias, donde estará ya como parte inseparable de la misma y de su devenir en el último siglo.

Yo tendré para siempre el honor de ser quien la propusiera como pregonera de las Fiestas del Pino del año 1996; que ella elaboró con la ayuda de muchos amigos un pregón en el que hizo lo que más quería y sabía: cantar a Canarias las canciones que más le llegaban, ligadas a la isla y Teror y que interpretó enhebradas sabia y dulcemente entre las palabras del pregón.

La noche de aquel 30 de agosto la voz de la ilustre herreña ensalzó la historia y grandezas de Nuestra Señora del Pino, sus fiestas y las bellezas de su querida Villa de Teror que inició en el Pórtico de la Casa de la Cultura con las palabras que mejor expresaban su ilusión «emocionada por tan alto honor que me ha brindado el Ilustrísimo Ayuntamiento de esta Villa Mariana de Teror, para pronunciar el Pregón del Pino 1996, en la Fiesta Mayor de la Gran Canaria, en torno a Nuestra Señora la Virgen del Pino. Para esta humilde cantante representa un delicado compromiso tomando en cuenta que lo único que he hecho en la vida y durante más de sesenta años es llevar la Voz de Canarias por medio de la música y las canciones de nuestra bendita tierra…».

La confianza que los creadores de la canción canaria tenían hacia ella se manifiesta con respecto al tema que es considerado como el Himno de la Villa Mariana, en que ya el 12 de enero de 1953 fue María Mérida quien estrenó Ay, Teror qué lindo eres -la canción que cumplirá pronto sus siete décadas de existencia, santo y seña de nuestra fiesta más representativa- en una sala de fiestas de Madrid, cuando habían pasado tan solo cuatro meses desde que se cantara por primera vez el 7 de septiembre del año anterior.

El 28 de julio de 1994, Maria formó parte del extraordinario Memorial con que las Fiestas del Agua de aquel año recordaron a Néstor, fallecido unos meses antes, junto a Los Gofiones, Mary Sánchez, Conchy Vera y Alborada, la Parranda de Teror y la Banda Municipal de la Villa.

Por todo ello Teror la nombró Hija Adoptiva el año 2015, distinción que le fue entregada la noche del 28 de agosto de aquel año tras el pregón que pronunció otra mujer, la terorense Lidia Quintana.

El 24 de julio del año 2010 tuve un momento de especial unión con ella cuando hice la presentación del estreno de la canción Palmarense Divina del compositor Santiago del Rosario, que María Mérida interpretó acompañada de un coro de palmarenses en honor a Nuestra Señora de las Nieves en la iglesia de Las Huertas de mi barrio natal de El Palmar de Teror.

María -señora, educada, sensible, afectuosa siempre- compartió parte de la maravillosa tarde el día anterior con mi madre, cuando ya el cáncer que acabó con ella al año siguiente comenzaba su avance final. Y hablaron como dos amigas de toda la vida con una serenidad en la palabra y una delicadeza en el gesto que demostraban lo que era esta canaria, herreña de nacimiento y universal de trayectoria vital, una gran señora.

Se lo agradeceré toda mi vida.

¡Hasta siempre, María Mérida, desde mi corazón enternecido en el recuerdo!

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