El año 1963 ilustra bien el movimiento sísmico que se produjo en la música pop a principios de los 60. A lo largo de aquellos doce meses, y justo antes de que los Beatles comenzaran su invasión de EEUU, más de la mitad de las canciones que llegaron al top 20 nortemericano estaban interpretadas por grupos femeninos o mixtos. En una industria dominada por hombres y obsesionada con los adolescentes, a los que el rock and roll había convertido por primera vez en una franja de consumo con todas las de la ley, las jóvenes constituían un público objetivo al que había que dar lo que quería, y aquellas canciones interpretadas por voces femeninas -y a menudo afroamericanas- parecían expresar las inquietudes y anhelos -casi siempre amorosos- de tantas chicas atrapadas en sus aburridos dormitorios de los suburbios.

Ronnie Spector, fallecida el miércoles a causa de un cáncer, fue una de las mejores voces de aquella generación y una de sus más modernas representantes. Como líder de las Ronettes, la cantante, secundada por sus compañeras de grupo -su hermana Estelle y su prima Nedra- se convirtió en un icono que reventó la imagen clásica y domesticada de las adolescentes de entonces a base de vestidos ajustados, peinados colmena tamaño rascacielos, grandes dosis de maquillaje adornando un rostro que reflejaba la diversidad de su orígenes familiares -afroamericanos y cherokees por parte de madre, irlandeses por parte de padre- y un desparpajo que no exhibían sus contemporáneas más modosas y virginales.

The Ronettes en sus años de esplendor. Ronnie es la primera por la izquierda.

Spector, nacida Veronica Yvette Bennett, comenzó cantando y bailando con las que después serían sus escuderas en las Ronettes y con otros miembros de su familia -además de varias mujeres, había un primo- cuando eran adolescentes. Acudían a clases de baile y ensayaban sus armonías con las canciones de Frankie Lymon and the Teenagers. Tras un show amateur en el célebre Apollo Theater de Harlem, el grupo se deshizo de su miembro masculino y de otras dos primas. Ya en su formación definitiva de trío, fueron fichadas por el sello Colpix, y allí grabaron sus primeras canciones bajo el nombre de Ronnie and the Relatives. Descontentas por no conseguir ningún éxito, el grupo se cambió el nombre a The Ronettes y Estelle hizo una llamada, que sería clave, al jovencísimo productor que dominaba la escena neoyorquina del momento, Phil Spector.

Phil Spector introdujo a su nuevo fichaje femenino en la factoría musical que era el Brill Building y su entorno en Broadway, donde se producían de manera industrial casi todos los éxitos del pop del momento. Trabajando con la pareja de compositores y letristas que formaban Jeff Barry y Eliee Greenwich, arropadas por el famoso 'muro de sonido' que era la marca de la casa del productor y aupadas por la voz de Ronnie y su particular vibratolas Ronettes comenzaron a invadir el Top 40 con hits que se convertirían en eternos como Be My BabyBaby I Love You o Walking In the Rain, que se unirían a los de otros autores, pero siempre bajo la supervisión de Spector, como (The Best Part of) Breaking Up o las joyas navideñas que grabaron para A Christmas Gift for You from Phil Spector (1963), quizá el mejor disco en torno a estas fiestas que se ha hecho jamás. Las Ronettes se convirtieron en celebridades, cruzaron el Atlántico para arrasar en Londres, y tuvieron breves idilios con músicos como George Harrison (Estelle) o Keith Richards (Ronnie).

En 1968, Ronnie y Phil Spector se casaron. Ella no podía imaginar el infierno que le esperaba. El productor, un genio en lo musical pero un monstruo en todo lo demás -murió en 2020 cumpliendo todavía condena por asesinar a otra mujer-, la encerró en casa y puso alambre de espino en sus muros. En algún momento le llegó a quitar todos sus zapatos para que no pudiera escapar, y con frecuencia amenazaba con matarla. Ella diría después que durante toda su relación fue su prisionera y que nunca pudo tener el control sobre su carrera. A pesar de todo, siguió haciendo música con él y con algunos de los músicos con los que tenía relación -John LennonGeorge Harrison- hasta que su matrimonio por fin terminó en 1974. El litigio por los royalties de las canciones que hicieron juntos se prolongó hasta los 2000s, y se resolvió con un mal resultado para ella y sus compañeras de grupo.

La cantante intentó reconstruir su carrera a base de colaboraciones con músicos como Billy Idol y Bruce Springsteen and the E Street Band, y acercándose a diferentes sonidos del momento como la música disco o el punk. Solo consiguió regresar puntualmente a lo más alto de las listas en 1986, gracias a un dueto con el cantante Eddie Money. Pero nunca volvió a alcanzar la cúspide que había ocupado a mediados de los 60 en medio de aquella enorme explosión de artistas femeninas en el que acompañaron a las Ronettes grupos como The ShirellesThe CrystalsMartha and the VandellasThe SupremesThe Paris Sisters o The Shangri-las, y que produjo infinitas canciones inolvidables. En los últimos años, Spector se mantuvo activa musicalmente, actuando en directo de manera regular -estuvo de gira en España en 2018- y publicando discos más que dignos, dueña por fin de una música que durante tanto tiempo le había sido arrebatada.