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Literatura

Cuando Virginia Woolf viajó a España

La editorial canaria Itineraria, de Alba Cantón y Sergio Erro, publica un libro de viajes de la escritora, que hoy protagoniza el Club de Lectura en Ámbito Cultural

Retrato de la escritora británica Virginia Woolf. | | EFE

Cuando Virginia Woolf cruzó los patios y céspedes de Oxbridge una bella mañana de octubre de 1928 con rumbo a la biblioteca, donde un ángel guardián le cortó el paso «con un revoloteo de ropajes negros en lugar de alas blancas, haciéndome señal de retroceder: que no se admite a las señoras en la biblioteca más que acompañadas de un fellow o provistas de una carta de presentación», la escritora británica ya comenzaba a esbozar en el aire las primeras líneas de Una habitación propia.

Y así como este ensayo referente del feminismo abrió tantas puertas y candados al vuelo libre de las mujeres en el transcurso del siglo XX, tras cientos de estudios sobre su obra, incluso los más apasionados de la obra woolfiana en España desconocían hasta la fecha los viajes íntimos de la autora de Mrs. Dalloway al país. «España es, con diferencia, el país más espléndido que he visto en mi vida», manifestó la escritora, que plasmó su lectura de los paisajes de Andalucía o de Extremadura en diarios, cartas y ensayos, que la editorial canaria Itineraria, especializada en literatura de viajes, ha compilado en un libro.

El libro cuenta con un triple prólogo a cargo de Verónica Pacheco, Ángeles Mora y Anita Botwin

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Bajo el título Hacia el sur. Viajes por España de Virginia Woolf, la publicación reconstruye los lugares y periplos de Woolf en España, que publicó en distintos textos que permanecían inéditos en castellano. Sus crónicas describen «los cielos irremediablemente azules» de Madrid y el calor alienante de la Meseta, pero también los olores y colores de Granada, las posadas extremeñas, el entramado de redes ferroviarias de Badajoz y cavilaciones poéticas como «el sombrero del hombre inglés es insignificante para Sierra Nevada».

En total, Woolf (Londres, 1882-Sussex, 1941) viajó a España en tres ocasiones: la primera fue en 1905, con solo 23 años, en compañía de su hermano Adrian, tras una grave depresión por la muerte de su padre; en 1912 volvió a España en su luna de miel con Leonard Woolf, su marido, en un viaje en el que también recalaron en Italia; y regresaron por última vez en 1923, a las Alpujarras, a visitar a su amigo Gerald Brenan.

Publicado el pasado noviembre de 2021, Hacia el sur. Viajes por España de Virginia Woolf es el segundo libro que ve la luz al abrigo del sello independiente Itineraria, fundado en 2018 en la isla de Lanzarote por Alba Cantón y Sergio Erro, con vocación de «prolongar el viaje desde el relato, rescatar aventuras del olvido y proponer nuevas rutas a la imaginación». Su publicación anterior es Lancelot 28º-7º: Guía integral de una isla atlántica, la obra cumbre de Agustín Espinosa (1897-1939), donde crea una mitología para Lanzarote bajo su peculiar mirada surrealista sobre el paisaje.

Ambos editores desgranarán las claves de esta travesía editorial, viajera y woolfiana en el Club de Lectura Dolores Campos-Herrero hoy en el Ámbito Cultural El Corte Inglés, a las 18.00 horas. Y precisamente, ayer, en vísperas de esta convocatoria, se cumplía el 140º aniversario del nacimiento de la escritora.

Esta edición de Hacia el sur. Viajes por España de Virginia Woolf se completa con las ilustraciones de Carmen Bueno, ilustradora y arquitecta radicada enMadrid, que presta forma y color a los lugares que visitó Woolf en sus largos paseos por Andalucía. Además, la edición atesora como antesala los prólogos de tres escritoras e investigadoras especializadas en la obra de Virginia Woolf: Verónica Pacheco Costa, Ángeles Mora y Anita Botwin.

Ayer se cumplía el 140º aniversario del nacimiento de la autora de ‘Mrs. Dalloway’

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La primera apunta en su prefacio que los textos del primer viaje a España de Woolf revelan en la entrelínea la frustración de una joven londinense ante «la ausencia de comodidades a la que está acostumbrada», si bien, tanto en el segundo como, sobre todo, en el tercer viaje, casi 20 años después del primero, la escritora observa España con otros ojos, «maravillada con los paisajes de Granada, con la libertad de la naturaleza salvaje», revela.

Un viaje interior a los caminos de descubrimiento de Woolf en el país, a las puertas que abrió y escribió dentro y fuera de sí misma, porque, como escribió Manuel Vicent, también «viajar es dar vueltas alrededor de uno mismo».

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