¿Qué supone que exista una gala como los Feroz?

Los premios son muy importantes porque hacen de filtro, de prescriptor, ponen en contacto a las películas con sus espectadores y los premios de las academias como los Goya dan una visión del sector de esa industria pero los periodistas y críticos tenemos otras opiniones diferentes. En los Feroz nuestra intención es reconocer las buenas películas y series de la temporada y nuestro afán es hacer un poco de búsqueda de nuevos artistas. Y, además, en estos tiempos en los que hay un océano de productos culturales, de series y de cines, los premios tienen mucho más sentido porque significa que un grupo de 230 profesionales ha visto todas las películas y series que se han estrenado y hace una selección que no es definitiva, pero sí está autorizada.

Los prescriptores, precisamente en este siglo XXI con sobredosis de información, son más importantes que nunca.

Las plataformas se encuentran con el problema de que sus algoritmos no funcionan, están teniendo problemas porque la gente se queda en el carrusel de entrada y por eso es importante que haya especialistas que hagan de correa de transmisión entre las películas y la gente. Hay que reivindicar los profesionales responsables que son los periodistas que piensan que algo se tiene que recomendar por los valores artísticos y políticos que tengan.

Los premios Feroz y la asociación de informadores no hace mucho que nacieron pero ya están plenamente consolidados. ¿Qué balance hacen?

La asociación y los premios cumplen con esta ceremonia nueve ediciones y la verdad es que nacíamos con la vocación de ser los segundones. No tenemos ninguna vocación de prescribir por encima de los Goya ni mucho menos. Los Goya es la propia industria reunida y nuestro afán era tener otra mirada, un ángulo crítico y de descubridor. Y luego también, por supuesto, ser más irreverentes, no ser tan institucionales. Somos segundones por naturaleza, copiamos lo bueno de los Globos de Oro. Ahora están en entredicho por ser una sociedad muy cerrada pero la nuestra ya tiene el triple de lo que son ellos y está abierta. Lo que les pedimos es que estén trabajando y lo puedan demostrar. Somos profesionales, no somos amateurs y nuestro afán es aportar una mirada más crítica, con el colmillo más retorcido y hacer una gala más libre y descarada. Tampoco estamos vinculados a ningún poder porque no tenemos un canal que nos emita, vamos en Youtube. Lo que puede parecer una debilidad es una fortaleza porque tiene mucha más difusión y está encontrando el lugar que buscábamos, un lugar desde la libertad.

"Zaragoza nos ha elegido a nosotros. Y es normal porque es una tierra muy cinéfila, con una vinculación con el séptimo arte brutal, no hace falta nombrar a Buñuel o Saura"

En los Feroz tienen cabida, además, producciones que en los Goya no tienen hueco.

Como Espíritu sagrado. De hecho, tenemos dos categorías Arrebato que son de películas con un lenguaje artístico singular, producciones pequeñas pero que nos parecen muy importantes y relevantes. Los nuevos creadores tienen unos problemas tremendos para estrenar sus películas y que lleguen al público. Nosotros no tenemos muchos premios, sin embargo nos gustan esos premios especiales en honor a Zulueta con el afán descubridor de poner en el escaparate a nuevos creadores. Por ejemplo, Paula Ortiz ganó muchos premios Feroz no así Goyas pero es una de las grandes cineastas o también Los Javis con La llamada. Intentamos que haya temáticas diversas, más transgresoras, no tenemos miedo porque no dependemos de la industria. Somos pequeños pero eso nos da libertad e independencia que es lo que debe ser la prensa. También tiene su contra, que es que no tenemos un duro pero para eso ha estado el Ayuntamiento de Zaragoza que nos arropa porque hacer una gala es carísimo y muy complicado y, para eso, se necesitan patrocinadores. Las ciudades son las que se están comprometiendo con la cultura de verdad.

¿Por qué eligieron a Zaragoza?

Zaragoza nos ha elegido a nosotros. Y es normal porque es una tierra muy cinéfila, con una vinculación con el séptimo arte brutal, no hace falta nombrar a Buñuel o Saura. El ayuntamiento tiene esa sensibilidad y nos pidieron que no fuera solo una gala, lo que querían era tener actos a lo largo del año de tal manera que se alimentara ese apetito cinéfilo de los zaragozanos. Eso ha sido maravilloso para nosotros porque hemos podido traer a nominados, hemos hecho retrospectivas en la Filmoteca,  ¡que es municipal! Zaragoza es una ciudad singular en ese sentido y, para nosotros, es como si nos hubiera tocado la lotería.

Y encima el público ha respondido.

Ha sido maravilloso. Ha sido como ir a Canadá, cuando vas a una ciudad canadiense hay un ambiente cultural que muchas veces no pasa en las ciudades españolas. Ha sido muy acertado crear ese barullo en el que había gente de la industria y muchos estudiantes. A la gente joven hay que ponerle en contacto con la realidad y el cine es un arte que también es industrial. De hecho, Berlanga decía que tenía que depender del Ministerio de Industria. Entonces, se han hecho estos encuentros desde un punto de vista muy pragmático e idealista como es el cine.

Ya sé que no debe pero… ¿Alguna favorita para la gala?

No debo, no debo, pero estoy contenta porque siempre miro los temas de las películas y series y me parece que un año más vuelve la gran cosecha del cine español que lo ha pasado muy mal en la taquilla y en las series. Se está reflexionando muy bien y haciendo espejo de lo que es nuestra sociedad y sus dolores y alegrías. No puedo decir más.