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Fallece congelado en París

¿Quién era René Robert, el fotógrafo que murió congelado en una calle de París?

El fotógrafo suizo falleció por hipotermia tras caer en una calle y ser ignorado por los transeúntes

El fotógrafo Renè Robert.

Es una muerte trágica, reflejo de la indiferencia con la que se convive con la pobreza y la desgracia en las majestuosas calles de París. El fotógrafo suizo René Robert murió por hipotermia el 19 de enero a los 85 años. El Instituto Cervantes de París expresó el jueves su “gran dolor y tristeza” por esta pérdida, desgarradora por las condiciones en que se produjo

Tras una larga carrera en la que retrató a centenares de artistas del flamenco, este fotógrafo falleció tras sufrir un mareo y caer al suelo en una céntrica calle parisina. Todos los que pasaron a su lado lo ignoraron, como suelen hacer con las numerosas personas sintecho que viven en la capital francesa. Pasó toda una noche en la calle, desamparado durante nueve horas en las que no podía levantarse. Hasta que un vagabundo se dio cuenta y llamó a los servicios de emergencia. Pero cuando lo trasladaron a un hospital ya era demasiado tarde. Robert fue “asesinado por la indiferencia (…). Este final de vida trágico e indignante nos enseña muchas cosas de nosotros mismos”, lamentó en Twitter Michel Monpontet, periodista y amigo del fallecido.

Al contrario de su muerte, provocada por el más grisáceo de los sentimientos, la indiferencia, Robert destacó por su atención y sensibilidad para captar la fuerza y los detalles del arte flamenco. Nacido en 1936 en la localidad suiza de Friburgo, se formó como fotógrafo en Lausana y allí empezó a trabajar como reportero gráfico. A partir de la década de 1960, se instaló en París, donde se ganó la vida en los sectores de la moda, publicidad y educación. No hablaba castellano y ningún aspecto en su biografía lo decantaba a interesarse por el flamenco. Pero descubrió el vigor de este arte en Le Catalan, un mítico bar español del Barrio Latino consagrado al flamenco desde mediados del siglo pasado.

“Subyugado por la fuerza” del flamenco

“Quedé subyugado por la fuerza, el descaro, la expresividad de estos artistas, su manera de expresar lo trágico, la pena, el sufrimiento, pero también la vitalidad, el ritmo y la sensualidad”, reconocía Robert en 2015 en un texto escrito para una exposición sobre su trayectoria en el Festival del Flamenco de Nimes. Esta revelación desembocó en la pasión motriz de su trayectoria artística. Primero quedó impresionado por artistas como Manolo Marín y Nieves la Pimienta. También fotografiaría a Merche Esmeralda o José Valencia. Vio crecer a las grandes estrellas de esta música.

En total, delante de su objetivo pasaron 287 artistas. Siempre trabajaba en blanco y negro. “Desarrolló una labor testimonial del arte flamenco del siglo XX irremplazable”, indicaron fuentes del Cervantes, quienes subrayaron “su amor y profunda comprensión de la tradición hispana”. “Le gustaba captar la fragilidad de la persona al mismo tiempo que la exaltación del momento. (…). Cada una de sus instantáneas (…) nos recuerda la intensidad vivida y la fragilidad del ritual de este espectáculo”, dijo al diario 'Le Monde' Corinne Frayssinet Savy, una musicóloga francesa y especialista del flamenco, cercana al fallecido.

Robert mostró su trabajo en numerosas exposiciones, como 'La voz de los flamencos' en 2008. Donó todas las instantáneas de esa muestra a la Biblioteca Nacional de Francia (BNF). Cerca de 600 fotos de 50x60 quedaron en manos de esta institución pública para garantizar su conservación. De esta manera, no solo quería favorecer la pervivencia de la historia del flamenco, sino también de su arte fotográfico. Y así lograr que sobreviviera su legado.

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