Queda poco para la 36º edición de los Premios Goya, la gran gala del cine español, y Maykol Hernández y Ruth Armas ya están nerviosos. Los dos actores son la representación canaria entre las 48 producciones que están nominadas en diferentes categorías, en concreto, Canción sin nombre, largometraje nominado a mejor película iberoamericana. Dice la actriz que, de ganar, gritará sin pudor ¡Melinda! en vez del tan sonado ¡Pedro! de Penélope Cruz en los Oscar. Pero todo está por ver hasta el 12 de febrero en Valencia, donde la Academia del cine pondrá el broche de oro al centenario de Luis García Berlanga.
El milagro ocurrió gracias a la tecnología. Rafa Álvarez y Patrick Bencomo, dueños de la productora canaria MGC, lograron que pudieran hacer las audiciones a distancia y formaran parte de la ópera prima de Melina León, un drama que retrata el caos político del Perú de los años 80 a través de la historia de Georgina Condori, una mujer cuyo bebé desaparece y a quien la ayuda Pedro Campos, un joven periodista limeño. Era un desafío trabajar en el continente vecino, y más cuando era la primera experiencia fuera de España para los dos intérpretes. Hernández se puso en la piel de Isa, un artista cubano que mantiene una relación íntima con el coprotagonista, a quien lo une esa sensibilidad, aunque reconoce «que es más lanzado que yo»; y Armas defendió el papel Marta, la secretaria, un personaje clave para la historia. Allí, fueron parte de esta trama que se va desenvolviendo en múltiples capas donde el misterio y la tragedia transpiran.
Maykol Hernández, popular gracias a su papel de guardia civil en la serie Hierro y su intervención en 1898: Los últimos de Filipinas, comenta que es bastante optimista con esta candidatura. «Es un orgullo representar a Canarias, aquí hay grandes talentos y profesionales, tanto delante como detrás de las cámaras», dice tras una reunión, «hace no mucho éramos grandes desconocidos, pero, por suerte, eso está cambiando y esperamos a que siga así: hay que aprovechar cualquier ventana para que confíen en nosotros. Esta es una película hermosa».
A lo que alude el actor isleño es a las coproducciones fomentadas entre las Islas y Sudamérica. Por ejemplo, el Informe del Sector Audiovisual en las Islas Canarias de noviembre de 2020, publicado por la Canary Islands Film, notifica que de los 265 largometrajes producidos en territorio nacional, solo 51 fueron hechos en régimen de coproducción con otros países, en especial, Argentina y Francia. Esta es una fórmula que el texto recoge «como medio básico para la salida de nuestro cine al mercado exterior, y para rentabilizar las grandes inversiones iniciales necesarias». En este sentido, el mercado latinoamericano es una ventana abierta llena de posibilidades para ampliar al público de habla hispana, como ocurre con la oriunda La piel del volcán, de la que adelanta el actor que estará disponible en varias plataformas.
En este punto coincide Ruth Armas, también directora del Festival Internacional de Cine de Gáldar, que pronto cumplirá su décimo aniversario: «Cuesta mucho llegar tan lejos, así que tiene que haber más colaboraciones para ayudarnos mutuamente». Por su parte, Hernández subraya que «a pesar de que en Perú tengan equipos más modestos, el lenguaje y la forma de hacer es prácticamente la misma. El cine es universal y, al fin y al cabo, somos personas que, estemos donde estemos, trabajamos con sensibilidad, cariño y respeto hacia nuestro trabajo».
Admiradores de Melina León, merecedora del Colón de Oro al Mejor Largometraje del 45 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, la actriz resalta el diálogo que establecía la directora y la libertad expresiva durante el rodaje. «Melinda me hizo ver que, aun siendo un personaje pequeñito, el recorrido que tenía era enorme, su cambio de actitud refleja lo que está pasando, y va adecuando la acción a los momentos, no hay una cosa cerrada», resalta.
A razón del aforo limitado, ninguno de ellos podrá estar en el patio de butacas, pero permanecerán expectantes al otro lado de la pantalla. Tal vez Ruth cumpla su deseo «de besar al cabezón».
