Me parece pertinente hacer unas aclaraciones con respecto a la autoría del Hotel Santa Catalina, edificio rehabilitado recientemente, y como consecuencia de ello presente en publicaciones varias en las que se ningunea a Miguel Martín-Fernández en beneficio de Majoribanks Maclaren y la etapa de los años 1889-90. Parece que no existió Luis Acosta ni Laureano Arroyo, y por supuesto mi abuelo pasaba por allí de casualidad.
Es cierto que el hotel primigenio era de madera y fue un proyecto muy british realizado por un joven arquitecto escocés de entonces, allá por 1889-91, llamado James Marjoribanks MacLaren, perteneciente al movimiento ArtsandCrafts (Escuela de Artes y oficios), fiel seguidor de la arquitectura vernácula escocesa. Su obra tuvo gran influencia en el gran CharlesRennieMackintosh, diseñó edificios en Londres, en las Islas Canarias, en Stirling y Fortingall en Perthshire. Hasta aquí la verdad, no tuvo tiempo de más, falleció a los 37 años en 1890. Y aunque estuvo en Las Palmas, para la elaboración de los primeros planos y probablemente para la inauguración no oficial del mismo. Ni siquiera vio el Santa Catalina completamente terminado. Fueron sus colaboradores quienes lo hicieron.
Del proyecto ‘british’ no queda nada, si bien el arquitecto canario, por respeto al escocés, mantuvo dos torres y una planta similar
Parte de la estructura y la decoración exterior e interior es conocido que era de madera traída de Inglaterra, trabajando como principal responsable de la carpintería el ebanista isleño Luis Acosta. La dirección de las obras estuvo a cargo del también arquitecto inglés, contemporáneo de Maclaren, llamado Norman Foster, ¡sí, como el actual! -¿acaso ascendiente del famoso gran arquitecto del mismo nombre?-, La inspección de de las obras corrió a cargo del gran Laureano Arroyo. La fecha de los planos podría situarse a finales del 1887 y el comienzo de las obras poco después, para acabarse parcialmente a finales del año 1889.
Y entonces en las IslasCanarias comienza la leyenda.
El hotel fue todo un hito para Las Palmas de Gran Canaria, durante casi 20 años brilló en todo su esplendor de edificio colonial británico, único fuera de los territorios del imperio. Luego, a partir de los acontecimientos provocados por la Primera Guerra Mundial perdió dicho esplendor, e incluso se cerró como establecimiento hotelero.
Así transcurrieron casi 25 años, y en 1944 se derriba para levantar el actual edificio con proyecto del arquitecto canario Miguel Martín Fernández de la Torre. Este proyecto fue inaugurado en 1951 (y ampliado diez años después) es el que ha llegado a nuestros días, en los que tras una profunda restauración, rehabilitación y ampliación respetando al máximo la obra de Martin-Fernández, bajo la dirección de los arquitectos Ramón Chesa y Javier Mena, se reabrió en todo su lustre el 1 de noviembre de 2019.
Del proyecto de Marjoribanks MacLaren no queda nada, más que la nostalgia, algunas fotografías y unos pocos objetos de decoración. Eso sí, en señal de respeto a su colega escocés, Martín-Fernández contempló mantener una planta similar y realizó dos grandes torres, nada más, ni tan siquiera en las dimensiones, balcones o salones. Pero como siempre digo, en nuestra idiosincrasia, siempre es mejor lo de fuera que lo propio. ¡Ya está bien!
Que el marketing siga contándonos ciencia ficción, (debe vender mejor lo de british, Mclaren y 1890) pero que las informaciones serias, sean veraces.
(*) José Miguel Martín-Fernández Periquet es nieto del arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre y representante de la familia en el patronato del Museo Néstor.
