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Arte

La joyita que ocultaba el retablo de la iglesia de Pontevedra

“Pensamos que iba a ser una policromía más clara, nos sorprende por el colorido”, dicen los técnicos | Estiman que la escena recuperada para este templo es un Calvario

Almudena Salgado y José Luis Ferreira con el retablo; a la izquierda la pintura descubierta.

La restauración del retablo mayor de la iglesia parroquial de Santa María de Liñares (As Neves, Pontevedra) está dando sorpresas. Bajo varias capas ha aparecido una pintura original que los técnicos datan de principios del siglo XVIII. Estos expertos creen que puede ser la escena de un Calvario, aunque quedan partes de la policromía por descubrir.

Destapar obras ocultas en retablos no es algo tan excepcional, pero sí lo es la calidad de lo hallado en esta ocasión, según los técnicos que están restaurando esta pieza. “Pensamos que iba a ser una policromía más clara, nos sorprende por el colorido –indica a FARO José Luis Ferreira, gerente de Acanto, empresa viguesa especializada en restauración de arte sacro–. Tiene un valor estético y artístico muy elevado, con mucho detalle y colorido. El retablo es casi monocromo y el cambio va a ser increíble”, añade.

Ferreira estima que las pinturas datan de 1700 o años posteriores, aunque no descarta que puedan ser del siglo XVII. Para datarlas con exactitud serían necesarios análisis químicos muy costosos.

Frontal del altar original. Pablo Hernández

En la hornacina superior de este retablo policromado y dorado han destapado ya la imagen de la Virgen María y parte de lo que sería la cruz. “Hicimos una cata y aparece una mano más rezando, no sabemos todavía si es de hombre o de mujer”, relata el gerente de Acanto, que lleva trabajando sobre este conjunto barroco un mes y necesitará alrededor de otros dos meses para concluir la restauración.

El trabajo es extremadamente minucioso. Encargado por el párroco de Liñares y con el visto bueno del Obispado de Tui-Vigo, se está realizando tras la aprobación de un completo informe previo que fue revisado por la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta. El retablo estaba en muy malas condiciones, afectado por termita y carcoma, con pérdida de madera y dañado por un conato de incendio. El repinte generalizado fue lo que ocultó las pinturas originales. En total presenta tres capas de policromía, dos de repinte y la pintura original. El equipo técnico, que incluye a la licenciada en Bellas Artes Carmen Arias –socia de Ferreira– y a la técnica en Restauración Almudena Salgado, está eliminando capa a capa el repinte para recuperar el esplendor de la policromía original. “Decapamos, limpiamos la policromía recuperada, la integramos y la protegemos con un barniz especial”, describe Ferreira.

Cristo de Castillo Lastrucci. Pablo Hernández

Para cubrir las “lagunas”, las fallas en la obra pictórica original, se hace un estucado con cola de conejo y carbonato cálcico, que es la preparación previa a la policromía, se cubren esas lagunas y se enrasan a la misma altura que la policromía original. “Las lagunas las reintegramos de forma diferenciada con rigattinos, multitud de rayitas de diversos colores que desaparecen visualmente a una distancia de un metro, y que permiten distinguir el original de la reposición de policromía”, explica el responsable de Acanto, cuya cartera de trabajo se compone en un 90% de obras de la Iglesia Católica.

Otra de las obras de interés que restauran en estos momentos es un Cristo perteneciente a una cofradía de Vigo y que es obra del destacado tallista sevillano Antonio Castillo Lastrucci (1878-1967).

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