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Cine | ‘Las 100 mejores películas del rock’
Cine Xavier Valiño Crítico musical

"David Bowie y Tom Waits han dejado las mejores huellas del rock en el cine"

Foto Xavier Valiño Marika de Jong

El rock en el cine es un mundo repleto de sorpresas y anécdotas fascinantes e insólitas que no habían sido tratadas con el rigor y la documentación que se merecían y con unas características específicas que lo convierten en un género en si mismo. Xavier Valiño, uno de los mejores críticos musicales del país, logra cubrir este vacío con ‘Las 100 mejores películas del rock’ (Efe Eme) que tendrá una continuación en mayo.

¿Qué películas de rock tendrían una calidad suficiente para ser consideraras también grandes obras del séptimo arte?

Hay algunas que están entre las películas mejor valoradas por crítica y público de la historia del cine como El ocaso de una estrella, American graffiti, Nashville, Esta tierra es mi tierra, Alrededor de la medianoche, Bird, Control, Treme, Alabama Monroe, Sound of metal, o La madre del blues.

¿Qué músicos se ha revelado también grandes actores?

Hay varios que han obtenido premios y reconocimientos como Dennis Wilson, James Taylor, Iggy Pop, Diana Ross, Eryhak Badu, Eminem, Björk, Kris Kristofferson, Bette Midler, Courtney Love, Queen Latifah, Ice Cube, Steve van Zandt, David Essex, Jennifer Hudson, Ice-T, Lye Lovett, Janelle Monae. Pero, sin duda, las dos presencias que han dejado más huella son las de David Bowie y Tom Waits, especialmente este último, que imprime siempre su marca personal a cualquier personaje que interpreta.

¿Y cuáles como pésimos?

Por citar algunos, Bob Dylan, Vanilla Ice, Neil Diamond, Roy Orbison, Mariah Carey, Gene Simmons, Ringo Starr, Anthony Kiedis. Pero, por encima de todos, Elvis Presley, salvo cuatro o cinco que se salvarían de la quema. Más que él como actor, digamos que las películas eran infumables a excepción de El rock de la cárcel (1957), El barrio contra mí (1958), Estrella de fuego (1960) y Cita en Las Vegas (1964).

«Más que un mal actor, las películas de Elvis fueron infumables excepto en cuatro ocasiones»

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¿Hay alguna película que le toca por motivos personales?

Sería Yesterday (1985), un largometraje polaco que pude ver en unos cines en versión original cuando se estrenó. Aquella historia de unos jóvenes que entraban en el mundo adulto espoleados por las canciones de The Beatles tenía ecos de mi propia vida y me indicaba que el cine podía conjugar de forma conmovedora dos de mis pasiones: música y cine.

¿Qué títulos destacaría por su originalidad?

La primera, Superstar: The Karen Carpenter story (1988), el debut de Todd Haynes, porque cuenta la historia de la cantante del dúo The Carpenters enteramente con muñecas Barbie y Kent. La segunda, Leto (2018), con ciertas transgresiones formales que representan el ansia de los personajes rusos bajo el régimen comunista a través de canciones de Talking Heads, Iggy Pop, Lou Reed o David Bowie, y que el realizador reviste con distintos efectos de posproducción como frases de las letras de las canciones, dibujos o contornos que trazan el perfil de los protagonistas. La tercera, I’m Not There (2007), en la que siete actores interpretan el personaje de Bob Dylan para intentar representar distintos aspectos de su personalidad. La cuarta, Gainsbourg (Vida de un héroe) (2010), por el enfoque surrealista, incorporando ilustraciones y la aparición en muchos momentos de un alter-ego del músico, su Mr. Hyde particular, una criatura llamada La Gueule con un rostro construido en cartón y látex, de nariz prominente y garras enormes. Por último, Pink Floyd: El muro (1982), sin una trama convencional y con escasos diálogos, con unas animaciones especialmente logradas y que resumen todos los traumas sufridos por el protagonista.

¿Cree que el Tommy de la película supera al del grupo?

Entiendo el disco y la película como dos entes distintos, y ambos válidos, aunque partan del mismo material. Como musical, sin una sola palabra hablada y siempre con música de fondo, había sido concebido por Pete Townshend para su grupo, The Who, y tuvo que rehacerlo para la pantalla. Lo asumió Ken Russell, un director siempre excesivo, y por eso salió una película desenfrenada, irreverente, desmelenada y un tanto megalomaníaca, todo un espectáculo visual apabullante de ritmo vertiginoso. Hubiera sido interesante saber qué hubiera hecho George Lucas con la historia, ya que él fue el primero a quien se le ofreció dirigirla.

¿Cuáles son las joyas más desconocidas para el público?

Además de la película Superstar: The Karen Carpenter story (1988), ya mencionada, citaré otras dos. Por un lado, Hard Core Logo (1996), un falso documental sobre un grupo de punk canadiense que se reúne años después para tener una nueva oportunidad y al que le suceden muchas cosas que cualquier banda real seguro que ha vivido en algún momento. Por otro lado, ¡Somos lo mejor! (2013), la historia de tres niñas de entre 12 y 13 años que montan un grupo de punk en Estocolmo para encontrar refugio mutuo frente al mundo, y que es una adaptación del cómic de la mujer del realizador que se basa en su experiencia a esa edad.

En la primera década hay solo cuatro títulos y en la última 25. ¿Cuál es el motivo?

La razón es clara: cuanto más tiempo pasa, más fácil es poner distancia con la época que retratan muchas películas, hay más documentación gracias a libros y documentales que se han ido publicando y estrenado, hay más testimonios de gente que vivió la época y los directores asumen esos temas como suyos porque los vivieron de alguna forma. Sin embargo, hay casi tantas películas en el libro de la década pasada como de los años 70. Tal vez tuvo que ver la irrupción de nuevos directores que cambiaron el cine que se hacía hasta entonces, y que habían mamado el rock en su adolescencia, como George Lucas, Robert Altman, John Landis, Hal Ashby, Brian de Palma, John Carpenter, Milos Forman, Robert Zemeckis.

¿Qué género, dentro del rock, se ha adaptado mejor a la gran pantalla?

El libro incluye películas de varios géneros, como soul, pop, jazz, heavy metal, country, jazz, hip hop, blues, folk e incluso reggae, con la primera película producida en Jamaica en toda su historia, para cubrir una amplia variedad de géneros y, también, de latitudes. Sin embargo, no encuentro que uno de ellos haya quedado mejor reflejado que los otros. Eso sí, las dos películas de jazz que incluyo, Bird (Clint Eastwood, 1988) y Alrededor de la medianoche (Bertrand Travernier, 1986), son incontestables.

«En ‘Lovers Rock’ aparecen las dos escenas de baile más conseguidas en todo el séptimo arte»

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¿Hay alguna escena en especial que le haya impactado?

Por hablar de una película reciente, y que es la que cierra el libro, mencionaré Lovers Rock (2020). Tiene las dos escenas de baile probablemente más conseguidas del cine. En la primera, los bailarines se rozan entre ellos, embelesados ​​por su vaivén y la escena se va convirtiendo en un puro trance hipnótico de cuerpos seduciéndose en movimiento durante cinco minutos. La cámara se desliza y los acaricia, derritiéndose con el baile y con el sudor de la pared. El DJ corta la música y durante otros cinco minutos siguen cantando a capella, con sus cuerpos balanceándose. Fue totalmente improvisada por los actores, y el director consiguió en esta escena un momento de puro regocijo sin que parezca que haya una cámara por el medio. Poco después nos regala otra escena de prodigiosa exaltación del ritmo a través del movimiento, un pogo dub de pura catarsis masculina, llevando de nuevo al espectador a sentirse parte del momento.

¿Cómo valoraría un título que no incluye?: La gran estafa del rock and roll de los Sex Pistols

He dejado los documentales y los conciertos filmados para un segundo volumen que se publicará en mayo con el título de Los 100 mejores documentales rock. Ahí estará esta película como recomendada, aunque de Sex Pistols he preferido darle más extensión a La mugre y la furia (The Filth and The Fury) que entiendo que es superior a la anterior. De hecho, ambas son del mismo director, Julien Temple, y él decidió hacer una segunda porque le parecía que la primera estaba muy escorada hacia la versión del mánager, Malcom McLaren, y había que enmendar eso.

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