La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Música

Fábrica La Isleta, bastión de la cultura en la zona alta de Las Palmas de Gran Canaria

La empresa cultural liderada por José Alberto Medina une formación, espectáculo y ocio en El Cardón con el fin de potenciar el talento canario musical y transformar el tejido social

8

Fotos a las nuevas instalaciones de Fábrica La Isleta

En medio de una pandemia dieron el salto y, para sorpresa de quienes siguieron al tanto, cayeron de pie. La fortaleza de Fábrica La Isleta es una de las valías de una propuesta que ha encontrado en estos últimos ocho años su hueco, sus adeptos y su crecimiento en la esfera cultural canaria. Trasladados en 2020 al barrio de El Cardón desde su cuna, las puertas están abiertas en este espacio multidisciplinar independiente que combina formación, espectáculo y ocio a partes iguales dirigido por el músico José Alberto Medina con un equipo que ya alcanza los 13 miembros.  

«La misión de Fábrica, en este caso, ha sido mover la cultura a la zona alta de la ciudad», defiende el pianista, «no puede ser que todo el circuito de la ciudad esté en Vegueta o el Puerto». La inversión hecha en la infraestructura corresponde a lo ganado desde que en 2014 iniciaran esta aventura para consolidar una entidad que promueve festivales como el El mundo en un piano, la jornada Happy Piano Day, LPA International Jazz Day o el Fábrica Fest que conmemora su aniversario. «En este tiempo, hemos intentado consolidar una empresa que mueve cultura, artistas y eventos», resalta. 

La determinación es tan clara que incluirán una guagua propia en marzo con paradas en el Teatro Guiniguada, el intercambiador de Santa Catalina, el Auditorio Alfredo Kraus y rumbo arriba. Además, el director y fundador mantendrá reuniones con el servicio de Guaguas Municipales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para mejorar la conexión con la periferia que, aun teniendo la 47 y la circunvalación, es escasa. El crecimiento poblacional es exponencial en los vecindarios de Siete Palmas, Las Torres, Tamaraceite, Lomo Los Frailes, San Lorenzo o Los Giles, pero languidece si se atiende a la oferta cultural, casi inexistente. Por ello, el fin es confeccionar un tejido social que va en paralelo a los objetivos de esta entidad, los cuales se centran en la transformación del lugar en el que se encuentran

Valorar la cultura

Todo este impulso es un trabajo titánico que, no olvidan, lo han realizado sumidos en la pandemia. «Los dos últimos años han sido bastante duros para la cultura, en general, y un golpe a los espacios que ofrecían programación», adelanta. La transformación de asociación a empresa ha sido un reto, pero el público ha respondido. «La gente se mueve a donde hay cultura y esta es una oferta que necesita nuestra ciudad», exclama, «quién iba a pensar que irían a La Isleta en su momento o a los Nidillos con Isleta Sunset o más allá de La Puntilla». Entre las novedades del proyecto, lanzarán un plan para socios en el mismo mes de marzo para fidelizar a sus usuarios gracias a los descuentos previstos y, sobre todo, al compromiso que sienten. «Cuesta cambiar el chip de los canarios, pero desde el minuto cero Fábrica educa en este sentido porque, además de apoyar y valorar la cultura, que está bien que sea gratis, hay que pagarla», dice José Alberto Medina. «Ofrecemos una calidad y una oportunidad muy buena con precios muy populares que llegan a los 3,5 o 5 euros, ¡10 euros te los gastas en nada!».

El espacio multidisciplinar, ubicado en la calle Matagalpa del Polígono Industrial Díaz Casanova, está dotado de ocho aulas de música, un escenario de 200 metros cuadrados, la sala de streaming dedicada al músico José Víctor González, aparcamientos, una cafetería y una terraza amplia cuyo fin es dar comodidad a los trabajadores y asistentes al edificio. «Estamos en uno de los sitios más privilegiados de la Isla por las vistas que ofrece y El Cardón tiene una historia muy bonita, queremos colaborar con la asociación de vecinos, ya que todas las sinergias son un punto de inflexión del proyecto», subraya.  

El programa Fábrica MAT (Música, Arte y Talento)

En la vertiente musical, la entidad potencia la educación con la denominación Fábrica MAT (Música, Arte y Talento) del que se desprenden tres itinerarios: MAT Infantil, MAT Profesional y MAT Hobby, dirigidos a menores para que se familiaricen con el entorno festivo, a jóvenes estudiantes que deseen profesionalizar su trayectoria y a personas de cualquier edad que quieran aprender y disfrutar, respectivamente. «Tenemos que ser inclusivos, no exclusivos, es decir, no estamos en contra de lo que existe y colaboramos activamente con otras comunidades», esa es la premisa clave. Consciente de la falta de un puente más próximo a la adrenalina del escenario, el músico encontró un hueco entre la oferta que disponen las escuelas de música y el Conservatorio Superior de Música de Canarias. «Nosotros conectamos a estos jóvenes talentos con la práctica y el público de forma constante, hacemos seminarios, audiciones, master class con artistas internacionales e impulsamos el talento canario para sacarlo fuera de las Islas y que pueda volver; es un agujero que existe en Canarias y que no estaba cubierto», advierte. 

Iniciativas como Plataforma 3 o Atlas aspiran el mismo aroma que Fábrica, en donde se pelea por tener una programación diaria cultural en la capital grancanaria al margen de lo institucional. En la semana, los lunes estarán dedicados a la mujer dentro de la industria musical; luego, los martes empezarán a celebrar noches de humor; mientras que los miércoles triunfan las Talents Jam Session; hay Terraza Vermú los sábados; sesiones de barbacoa familiares los domingos; y, dentro de poco, los conciertos de música underground en donde potencian la composición y la autoría. Todo ello, sin olvidar a los artistas emergentes como la cantante de jazz Gabriela Suárez, Joana Cerpa, Luis Sánchez, Nelson Saavedra o la Borondón Big Band. Un aluvión de tonos que contienen un mundo por explorar.     

«Me parece que este es un proyecto sin fin», dice. Como músico, ha grabado en Nueva York y Barcelona, ha girado y tocado con artistas de la talla de Ginesa Ortega, Dick Oatts Zie Francis o Damon Brown y, aunque nunca olvida lo que le brinda su pasión, ha decidido apostar por otra forma de experimentar la cultura. «A pesar de los ocho años que llevamos, todavía nos queda recorrido para dar a Fábrica La Isleta un soporte sólido». Cómo no, un reto por enfrentar. 

Compartir el artículo

stats