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Música

Ana Curra, la reina del punk español: «En la década de los 80 sí hubo brillantez, y no es nostalgia»

La artista e integrante de Parálisis Permanente presenta este jueves el documental ‘Autosuficientes’ en el Castillo de Mata, un recorrido por la movida madrileña dentro del ciclo ‘Cinezín’

Ana Curra.

Ana Curra no necesita presentación. Las manos y voz de la cantante y compositora han hecho historia en el punk de este país al ser, junto a Eduardo Benavente, la fundadora de Parálisis Permanente. Antes estuvo en Alaska y los Pegamoides y después en Los Seres Vacíos. Tres etapas que concentradas en los 80 durante la movida madrileña viviendo las revueltas culturales al fin de la dictadura, rabiosa y ufana, tan irrepetible como inencontrable. 

La excusa para su llegada a Gran Canaria este jueves y el viernes a Tenerife está en la presentación del documental Autosuficientes (2016), de Danny García, en el Castillo de Mata dentro del ciclo Cinezín a las 19.00 horas. Esta obra es un repaso a la historia de Parálisis Permanente y la gira de El Acto, el primer y único disco de la mítica banda. Es, en definitiva, un cierre de ciclo. «Cada generación tiene unos nudos gordianos que te hacen brillar y moverte con prepotencia y falta de prejuicios, por lo que es una parte de la vida muy importante donde uno se refleja a nivel artístico», comenta sobre un período tan vanagloriado y exultante que cuesta acertar dónde está la leyenda. «En los 80 sí que hubo brillantez, y no es nostalgia, fue un movimiento eléctrico y muy vivo. Viendo ahora el documental, no hubiera cambiado nada por mi parte. Asumo mi historia». 

Con Olvido, la cantante de Alaska, ha mantenido distancias y respeto desde que se separaron en 1982. «Las cosas podrían haber sucedido de otra manera, pero Alaska y los Pegamoides fue una etapa muy divertida de muchísimo descubrimiento y en Parálisis Permanente dimos un paso adelante, descubrimos el sexo, la muerte, y lo fuimos manifestando de forma certera y veraz», subraya. Más allá de las polémicas posteriores, propias de las rivalidades y los egos de sus brillantes creadores, se siente «muy reconciliada». «No hubo objetivo de gestionar el proyecto y transformarlo en dinero. Éramos puros en ese sentido». 

Ana y Parálisis Cerebral

Ana Curra hizo estallar las listas del punk rock español junto a Benavente con la publicación El Acto, un tour por 13 temas que consolidó ese espíritu oscuro que marcaba el estilo y las sonoridades de la banda de culto. Es imposible saber qué hubiera sucedido, pero el músico se convirtió en mito al fallecer en un accidente de coche cuando venía con su compañera y pareja de la Sala Tropicana de León. Tenía solo 20 años. Hasta hace poco la autora no hablaba del tema. «De haber sobrevivido, no sé qué hubiera sido de él. Lo que sí puedo decir es que era una persona muy inquieta, musicalmente muy voraz, con mucha cercanía, muy divertido, pero no le dio tiempo. Su apego a la música le habría salvado de muchas cosas y sí quiero imaginarlo siendo un productor relevante, tirando de otras generaciones y siempre en el cambio», dice la artista. 

Durante la tarde, estará acompañada de la periodista Sara Morales, con quien compartirá la mesa redonda posterior a la proyección y donde presentará el libro Conversaciones con Ana Curra. «Me dio un latido de que lo tenía que hacer. Ingenuamente, pensé que no tendría que hacer más entrevistas», se ríe. «Tenía que cerrar un círculo con el libro y, si me ponía a hablar, no iba a tener ningún tipo de censura sobre mí misma. No me tengo que arrepentir ni avergonzar de nada. Unas cosas están bien, otras regular y otras mal, así es la vida». Fue adicta a la heroína y se desenganchó. «He visto algunos capítulos de Euphoria y creo que refleja una situación normal en el mundo adolescente, te estás buscando y, por la razón que sea, ese camino incluye el consumo de drogas. Lo interesante es remontar, así tienes una perspectiva de esa pérdida de ti mismo y encuentras la forma de resurgir». Como en la serie, declama sin ritmo y de memoria los versos de Rilke, «buscando tu oscuridad en el campanario, deja de dolerte, muévete, aprovecha esa inercia y que el golpe, la sonoridad, te ayude a encontrar tu sonido primordial».  

Las próximas generaciones

Combina esta faceta más aguerrida con las clases de piano en el Conservatorio de Música de San Lorenzo de El Escorial, su ciudad natal. Se niega a caer en el tópico de que lo anterior fue mejor: «Las generaciones actuales lo tienen muy complicado en este momento que nos toca vivir de absoluta confusión y yo lo veo en ellos; son excelentes, críticos y me encanta su actitud». Esa osadía la ve en los grupos que cita de corrillo a La Élite, Desterrados, Mueran Humanos, La URSS o Antifan y, si se le pregunta por el trap o el reguetón, es tajante: «Son estilos que no me interesan, pero respeto absolutamente. En concreto, en el trap han revolucionado la manera de producir desde sus estudios y casas, de decir lo que sienten, y hay cosas interesantes como el último disco de C. Tangana o la Rosalía, que es una artista del copón».    

A raíz de la pandemia, publicó con orgullo Hiel. «Es un réquiem por todos los muertos, sobre todo por quienes fallecieron en una incomprensión absoluta», y su última incursión ha sido Aphrodita la Monarca con un toque irónico donde «vuelvo a posicionarme en la rebelión». En esta etapa, retrospectiva pero aun intensa, reflexiona: «Todas las vidas tienen luces y sombras, necesito seguir viviendo. Sí es cierto que soy más silenciosa al opinar sobre estos ciclos históricos que ya he vivido, pero sí mantengo intensamente el diálogo conmigo misma». Ana Curra se reinventa una y otra vez. 

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