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Música

La Orquesta Comunitaria de Gran Canaria vibra con pasión

La OCGC reúne a intérpretes ‘amateur’ y profesionales alrededor de la música, y afronta el próximo reto en el concierto ‘Pasión sinfónica’ del Auditorio Alfredo Kraus el 27 de marzo

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Reportaje a la Orquesta Comunitaria de Gran Canaria

La Orquesta Comunitaria de Gran Canaria (OCGC) cabalga en un acorde que nunca termina desde que comenzaran su periplo hace ya un año. David Crespo es el director de este conjunto que nace para acoger a los músicos que, al margen de la carrera profesional, desean tocar: «Este es el lugar para quienes quieren reencontrarse con la música de una forma sana y divertida para construir algo tan intangible como emocional». Pasión sinfónica es el próximo concierto que aborda la agrupación el 27 de marzo en el Auditorio Alfredo Kraus a las 12.00 horas en compañía de la soprano Estefanía Perdomo, donde participará la poeta Alba Feo Cabrera. También estarán el sábado 19 de marzo, a las 19.00 horas, en la parroquia de San Bartolomé en Moya y el 23 de marzo, a la misma hora, en el Teatro Víctor Jara.

El «da capo» suena al tiempo que las manos de Crespo se paralizan en el aire. Es profesor de piano en la Escuela de Música de Las Palmas de Gran Canaria y afronta la búsqueda del sonido orquestal. «Lo más complicado es encontrar la empatía emocional y personal para sacar la calidad musical», de ahí que la sociabilización sea tan importante entre sus miembros. Se nota el buen humor, las risas compartidas, el pase rápido de los atriles que los lleva cada sábado a ensayar en la instalación cedida en Tafira Alta. En definitiva, una atmósfera que transmite el compromiso por este proyecto, como les ha pasado a Ilda Saora y Mariola Marrero, a sus 75 y 25 años

Ilda comenzó a los 17 años a tocar el violín en la Sociedad Filarmónica de la capital, pero un accidente en los dedos de su mano le impidieron continuar. Entonces, dedicada a la enseñanza en un instituto de Gáldar y al cuidado de su madre, los años pasaron hasta que llevó al luthier su instrumento. «¡Parecía un Stradivarius! No podía dejar la música, pero cuando lo volví a tocar después de la reparación enloquecí», exclama. Ahora se dedica a estudiar a clásicos como Tchaikovsky y disfruta desde los segundos. «Ya sea la Orquesta de Filadelfia como la de Las Palmas, todas han pasado por el mismo proceso, y lo bonito es el cariño que me dan. No siento el peso de los años en mi alma», comenta observando a las nuevas generaciones que «brillan».

La OCGC, un lugar de encuentro

A su lado, Mariola sufrió una encrucijada. Desde los cinco años tocaba el violín, formó parte de la Agrupación de Cuerda de la Academia de la OFGC, pero tuvo que decidir. «Sabía que no iba a desarrollar una carrera como música, y la educación también me apasiona», recuerda. «Un día empecé a llorar y le dije a mis padres que no podía seguir con todo porque mi cuerpo no me lo permitía». Por ello, cuando su amiga Noelia, al oboe, la invitó a entrar, no lo dudó. «La música es mi forma de dejar atrás todas mis preocupaciones». Ahora es maestra de inglés en el CEIP La Goleta y, por fin, puede disfrutar de ambos mundos. 

La práctica orquestal amateur es novedosa en Gran Canaria, pero ha tejido una amplia red en el centro y norte de Europa. Estefanía Perdomo lo define como la oportunidad de darle un espacio a cualquier instrumentista, además de las bandas en el caso de los vientos. Desvela un momento emocionante: «El aria de La rondine fue la pieza con la que me acompañó David en mi examen final de carrera hace 25 años. Así que, tener la oportunidad de cantarla con él como director hace aún más especial el programa». 

El programa ahonda en las raíces del amor con la ópera de Puccini, atraviesa el atlántico en busca del tango de Astor Piazzolla y estrena una pieza que los atraviesa, Turango, del compositor canario Eduardo Purriños, «un compromiso por parte de la OCGC es con los creadores canarios, al igual que acercar al público la música sinfónica y estar con nuestros músicos, donde hay compositores magníficos», sentencia Crespo. Sin ánimo de lucro, cuentan con el mecenazgo de la compañía Philip Morris para la compra de instrumentos. Toca poner a punto el Coro de la OCGC a la vez que «el reto es hacer una gran familia y una gran orquesta a partir de lo humano», como su lema indica, por y para la comunidad.   

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