El busto de Felo Monzón parece mantener a raya con su vista pétrea la lluvia y los vientos en la avenida a la que le da nombre en Siete Palmas. A sus pies, las flores se arremolinan para rendirle tributo en el que hoy sería su 112 cumpleaños con una ofrenda en la que ha estado presente su familia, amistades y representantes políticos como punto de partida al programa Felo Monzón/48. Dos jornadas que vuelven a poner en el centro del panorama cultural isleño el nombre de un artista que decidió permanecer en las Islas para contribuir a su desarrollo y despliegue creativo. Miguel Monzón, su hijo, no solo lo recuerda como un buen padre y una persona generosa, sino que recogió las palabras escritas por él mismo: "Para él sería un orgullo que se le recuerde después de 33 años de su fallecimiento. Allá donde esté pensará que ha valido la pena haber permanecido en Canarias, haber sufrido las penurias de la soledad artística e intelectual de los años de posguerra, cuidando y potenciando a los artistas de la época, porque, como él escribió: 'Soy canario, permanezco en Canarias y trabajo para Canarias".
Rafael Monzón Grau-Bassas estuvo íntimamente ligado a los movimientos rocosos de los interiores de su sociedad con el fin de resignificar la "canariedad". Recuerdo imborrable de la Escuela Luján Pérez, allí creció y permaneció como director. En aquellos pasillos coincidió con quien ahora es su directivo, Orlando Hernández, que recuerda que "su aportación tanto ética como plástica fue siempre transmitida a todos los alumnos convirtiendo su paso en algo fundamental para la Escuela". Influenciado por el indigenismo, corriente surgida y traída a Canarias a principios del siglo XX, revalorizó los elementos autóctonos tanto en el detalle como en el conjunto alejándose de la visión paradisíaca que se exportaba. "En la actualidad la cultura se universaliza, pero al fijarnos en nuestro entorno indagamos en las raíces y nos proyectamos al exterior", puntualiza Hernández.
Actividades por el Felo Monzón/48
Con sus contemporáneos fundó el grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo) y el Grupo Espacio, una década de diferencia donde indagó en el surrealismo, las propuestas abstractas y el movimiento del arte cinético, retomando una y otra vez la investigación en consonancia a las necesidades de su sociedad. En aquellos años mantuvo relación con Agustín Millares, Martín Chirino, Plácido Fleitas, Juan Ismael, Elvireta Escobio, Lola Massieu, Alberto Manrique o Pino Ojeda, y su ímpetu lo llevaron a la cárcel en plena dictadura franquista. En la militancia socialista y republicana conocería a su amigo Antonio Aguado, exsecretario de la Fundación Juan Negrín, con quien, vuelto de Londres, correría por la libertad que lo llevaron a los campos de concentración insulares hasta convertirse en consejero del Cabildo en 1978 y recibir el primer Premio Canarias de Bellas Artes en 1984.
El compromiso por mantener vivo su legado está en el quehacer diario, como los murales que hoy por la tarde estuvieron en las manos de Julio Ojeda, asesor cultural de la consejería y coordinador del encuentro, donde alumnado, profesorado y público en general plasmaron en dos tablones de gran tamaño los elementos identificativos de la imaginería de Felo Monzón, especialmente en su etapa indigenista, a cuya dinámica se sumará mañana con otras acciones el IES Felo Monzón. Las jornadas nacen con el deseo de convertirse en una cita anual que acoja a las generaciones venideras a las que siempre escuchó el artista. Como dice su hijo Miguel, "cuando Chirino y Millares le escribían diciéndole que aquí no había nada que hacer y fuera con ellos, él les replicaba, si todos se van, ¿quién quedará aquí? ¿Quién se hará cargo de las nuevas generaciones? Así que nos queda este orgullo al ver que la gente, a pesar del aislamiento, lo sigue recordando".
Felo Monzón y el CAAM
En palabras de Orlando Britto, director del Centro Atlántico de Arte Moderno, este "gran e imprescindible artista, diseñador, docente, teórico y crítico del arte" fue un ejemplo para la sociedad canaria debido a su "compromiso social y político". La relación entre el artista y la entidad es estrecha puesto que la colección alberga 17 obras, entre pinturas y dibujos: 11 obras de su etapa indigenista, cuatro de su etapa lávica y una obra cinética. Asimismo, custodian el archivo Felo Monzón, donado por la familia en el año 1996, y que contiene 4.500 documentos donde se incluyen los archivos de sus trabajos de diseño de 1955 a 1978, junto a catálogos, revistas y publicaciones que van desde 1932 a 1988, explicó Britto.
En estas últimas décadas, las acciones del CAAM se han centrado en realizar una exposición retrospectiva en 1999, además de editar el libro Felo Monzón, escritos de arte en 2001 y exhibiciones de sus obras tanto en Canarias como en Europa o América Latina dado que es figura fundamental de las vanguardias del siglo XX. Con ocasión del 50 aniversario del fallecimiento de Manolo Millares, Britto anunció que este año hay previsto editar y presentar una publicación recopilación de la relación epistolar que mantuvieron los "dos grandes amigos". "Un recopilatorio a cargo del profesor Sebastián de la Nuez que aportará nuevas luces sobre estos dos imprescindibles artistas y pensadores".
