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Documental

El homenaje a los Foo Fighters del grupo de rock más grande del mundo

El ciclo Docs del Mes estrena 'Rock per mil', un emocionante documental que relata el nacimiento de Rockin' 1000, una banda con 350 guitarristas y 250 baterías

Una pequeña parte de Rockin'1000, sección guitarras, en una imagen del documental 'Rock per mil'.

Nunca es fácil la convivencia de dos guitarristas dentro de un grupo de rock. Y tres ya son una pesadilla. En la banda Rockin’ 1000 no hay dos ni tres guitarristas, sino 350. También hay 250 baterías, 150 bajistas y 250 cantantes. Y, ocasionalmente, decenas de teclistas, violinistas y hasta gaiteros. Rockin’ 1000 es el mayor grupo de rock que jamás ha pisado un escenario. Y todo surgió del deseo de un biólogo marino de ver a los Foo Fighters actuar en su ciudad, Cesena, en el norte de Italia. La historia, bastante increíble, del nacimiento y consolidación de esta banda mastodóntica se relata en el documental ‘Rock per mil’ (‘We are the Thousand’), que este mes se estrena en el ciclo Docs del Mes (y, a partir del viernes, en la plataforma Filmin).

Fabio Zaffagnini es uno de esos tipos que tienen un particular don para enrolar a otra gente en sus fantasías, por locas que parezcan. Cuando anunció a sus amigos que había ideado un plan delirante para hacer que los Foo Fighters actuaran en Cesena, una localidad de 96.000 habitantes, recibió al principio las previsibles miradas de simpatía y escepticismo, pero su entusiasmo acabó contagiando a todo su entorno y más allá: la idea era reunir a una banda de mil músicos para interpretar en directo una canción de los Foo Fighters (‘Learn to fly’) y grabar un videoclip que llamara la atención de Dave Grohl y los suyos. ¿Mil aficionados al rock (no músicos de la filarmónica, ojo) tocando una canción en perfecta sincronía sin pelearse por el volumen o la afinación? No lo veo, Fabio.

Pero Fabio sí lo vio. Montó una campaña en internet para reclutar músicos y recaudar dinero y convenció a un montón de gente de que aquel disparate era posible. Entre ellos, a su amiga Anita Rivaroli, estudiante de cine, a quien encargó la realización del videoclip que debía conmover a los Foo Fighters. “Fui una de las primeras personas a las que habló de esta idea loca –explica Rivaroli-. Yo no tenía mucha experiencia como directora, así que organizar un equipo de cámaras para filmar a 1.000 músicos en una extensión de terreno equivalente a un campo de fútbol me parecía un desafío demasiado ambicioso. Aun así, como tantos otros, me dejé arrastrar. Pocas semanas antes de la grabación, decidí que no quería simplemente filmar la actuación, sino explicar la historia de toda esa gente que acudió a la llamada de Fabio, a quien ni siquiera conocían, y que se unió para ayudarle a hacer realidad su sueño”.

De 8 a 60 años

Así nació la idea para el documental ‘Rock per mil’. A partir de ahí, ante las cámaras de Rivaroli pasaron muchas cosas: centenares de aficionados a la música de toda Italia, desde niños de ocho años hasta ejecutivos de más de 60, se juntaron en el Parque Ippodromo de Cesena el 26 de julio de 2015 y, bajo la dirección musical del esforzado Marco Sabiu (que hizo instalar un semáforo para que funcionara como una claqueta lumínica), grabaron una titánica versión de ‘Learn to fly’; el vídeo de la canción, colgado en Youtube con el propósito de llegar a un millón de visitas, multiplicó en pocos días esa cifra por 10 (hoy va por los 60 millones); Dave Grohl invitó a Fabio a asistir a un concierto de los Foo Fighters en Walla Walla, una pequeña ciudad del Estado de Washington, y, finalmente, el 3 de noviembre de 2015, la banda estadounidense actuó en el pabellón Carisport de Cesena.

“Veros a todos cantando nuestra canción fue el momento más grande de mi vida. Nos atrapasteis y teníamos que venir”, aseguró aquella noche Dave Grohl antes de empezar el concierto con, no podía ser de otra manera, ‘Learn to fly’, en un momento mágico que hubiera podido ser un maravilloso cierre para el documental. Pero Anita Rivaroli tenía claro que la historia que estaba contando no era la de un grupo muy famoso que visita una modesta población, sino otra cosa algo distinta: “Quería investigar ese superpoder que tiene la música para unir a personas muy diferentes entre sí y hacer que juntas hagan cosas que parecen inimaginables –señala la directora de ‘Rock per mil’-. Eso es lo verdaderamente extraordinario”.

Algo parecido debieron de pensar los componentes de aquella banda milenaria que se juntó un día en el Parque Ippodromo. La emoción, la satisfacción y la felicidad que les reportó aquel logro colectivo iba mucho más allá de poder ver en directo a los Foo Fighters, de manera que buscaron la forma de darle continuidad. Y, con la ayuda de Fabio y su equipo, encontraron un camino: cuando se cumplió el primer aniversario de la grabación del videoclip de ‘Learn to fly’, Rockin’ 1000, la banda de rock más grande del mundo, ofreció su primer concierto en el campo de fútbol del R. C. Cesena (hoy rebautizado como Cesena Football Club).

Comunidad y participación

Es ahí, con las primeras notas de una monumental versión del ‘Bitter Sweet Symphony’ de The Verve, donde Rivaroli decide dar por acabada la película. Pero la historia siguió. Alimentada con la pasión de cada uno de sus muchísimos (y cambiantes) miembros, Rockin’ 1000 ha actuado en los últimos años en ciudades como Florencia, París, Fráncfort y Milán y, tras un paréntesis obligado por la pandemia, se mantiene como una tropa activa a la espera de nuevas conquistas. “Rockin’ 100 es un raro ejemplo de cómo, a partir de una buena idea exenta de ambiciones personales o intereses económicos, se puede generar comunidad y participación”, apunta Rivaroli.

El estreno de ‘Rock per mil’ en España (el jueves 7 de abril, a las 19,30 horas, habrá una proyección en los cines Girona de Barcelona seguida por un coloquio con Anita Rivaroli y Fabio Zaffagnini) se produce poco después de que la repentina muerte de Taylor Hawkins, el batería de los Foo Fighters, haya sumido en la consternación a los fans del grupo. Y también, por supuesto, al personal de Rockin’ 1000. “Todavía estamos sobrecogidos –asegura la directora del documental-. Taylor era un músico con mucho talento y una persona increíblemente enérgica. Lo echaremos mucho de menos, pero su música seguirá con nosotros”. El poder de la música, una vez más.

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