Después de conversar sobre la situación de la producción cinematográfica en su país natal, Ruanda, el cineasta Kivu Ruhorahoza y la actriz y productora Dida Nibagwire se propusieron el reto de hacer una película con sello 100% ruandés. Así nació la película Father’s Day, que ahonda en el pasado que sigue marcando el presente del país africano, y que inauguró ayer la Sección Oficial de largometrajes de la 21º edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.

El montaje cuenta tres historias cuyo nexo común es la crisis de la figura paterna en Ruanda derivada, sobre todo, del genocidio de 1994 que afectó, principalmente, a la etnia tutsi. Y es que según ha explicado Nibagwire en la rueda de prensa de presentación del filme, una de las muchas secuelas que dejó este suceso fue la ausencia de la figura masculina en toda una generación, bien porque los hombres habían sido asesinados o bien porque habían acabado en la cárcel por haber sido los asesinos. Esto ha hecho que la presencia femenina en el país «sea clave», ha destacado, ya que fueron ellas las que tuvieron que sacar adelante a sus familias e incluso a las de algún vecino.

Father's Day, un reflejo social

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Todo ello queda reflejado en Father’s Day a través de tres personajes que tienen que lidiar con momentos y decisiones importantes en sus vidas: una madre que se enfrenta a la pérdida de su hijo, mientras se siente alejada de su marido; una hija que, pese a su relación distante, se prepara para la donación de órganos que salvará la vida de su padre, quien tuvo un papel importante en la masacre de los años 90; y, por último, un niño que es iniciado en la vida adulta, obligado a delinquir por su progenitor.

De este modo, la película muestra «cómo viven en la actualidad los hombres del país y cómo lidian con el pasado» en un presente en el que muchos, como es el caso de los protagonistas, no encuentran una figura paterna como referente. Pero también analiza la vida de las mujeres que, como sus personajes femeninos, se enfrentan a las diferencias generacionales y a las dificultades de crecer bajo un patriarcado que las más jóvenes, especialmente, buscan dejar atrás. «A pesar de que Kivu escribió el guion, yo me siento muy identificada con la historia, porque es la historia de Ruanda y también me identifico con los aspectos sociales de la película», declaró Nibagwire, que también presentará el último pase de la película, esta tarde, a las 17.15 horas, en Cinesa El Muelle.