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Música Jorge Rossy Percusionista

Jorge Rossy: «No hago jazz para eruditos, para mí es fundamental llegar a todo el público»

El artista toca en el V LPA International Jazz Day el 2 de mayo en la ciudad

El percusionista catalán Jorge Rossy durante un concierto. LP / DLP

Jorge Rossy es el artista más destacado del V LPA International Jazz Day que se celebra hasta el 2 de mayo en la ciudad. El músico, que antes del concierto recibirá una medalla como reconocimiento a su trayectoria, actuará en formato de trío hoy, a las 20.30 horas, en la sala Jerónimo Saavedra del Auditorio donde presentará su último disco ‘Puerta’ y donde también dará una masterclass el próximo lunes a las 18.00 horas.

Usted ha tocado muchos instrumentos a lo largo de su carrera, pero en esta ocasión actuará con vibráfono y marimba.

Sí, porque han sido los instrumentos con los que he tocado con más frecuencia en los últimos diez años, pero mucha gente me conoce más por la batería y pasé diez años también con el piano. Actuaré como Jorge Rossy Vibes Trio acompañado por dos músicos con bastante experiencia también en el jazz: Borja Barrueta a la batería y percusión y Robert Landfermann al contrabajo.

Usted tiene una amplia discografía tanto como líder que como colaborador, ¿se va a centrar exclusivamente en presentar su último disco Puertas?

Como el disco se grabó hace dos años igual tenemos algún tema nuevo que añadimos y cambiamos alguna cosita. Habré grabado más o menos unos 200 discos, pero en muchos de ellos estoy como acompañante no soy el artista principal. Pero tendré entre 20 o 30 en el que soy semilíder o colíder. Pero en realidad a veces grabo una cosa y como no tengo concierto hasta dentro de seis meses o tengo conciertos con otros grupos u otros proyectos, a veces, para recordar la música tengo que escucharla nuevamente porque ya han pasado diez años. Y a veces pienso 'esto mola', qué bien'. Pero cuantificar cuál es mejor o peor se me hace una montaña.

Pero su último disco Puertas es muy introspectivo.

Cada vez tiendo más hacia eso. Cuando era joven intentaba compensarlo porque intentaba que hubiera un poquito de todo. Hacía lo que te sale fácilmente y lo que te gusta más y me iba quedando más en ese territorio intentando conseguir la máxima variedad, pero ya te vas conociendo a ti mismo y que un músico de jazz que tenga temas rápidos o lentos no es trascendente porque escuchas un disco de Joao Gilberto que son bossanova y es una maravilla y no te cansas aunque sean todo baladas. Pero es verdad que tiendo cada vez más a buscar más detalles y a contar una historia. Los últimos años lo que intento es que no sobre ni falte una nota más. Si hay muchas o pocas ya es malo.

"Las superventas van por un lado y la música por el otro"

Usted destaca por practicar un jazz accesible a pesar de su complejidad.

No me gustaría tener un público especializado o erudito de los que están metidos en el jazz porque es un mundo que, desgraciadamente, es bonito, pero muy pequeño. Y en definitiva los estilos es algo que nos inventamos para clasificar la música. Cada uno toca la música que toca y cada uno va evolucionando. Pero para mí es fundamental llegar a todo tipo de público. No que tengo que tocar lo que le guste el público, sino explicar mi historia y conseguir que sea de la forma más elocuente posible para que la pueda disfrutar o entender el oyente, pero tampoco al máximo de público porque si quieres contentar al público ponte a hacer reguetón.

Un estilo que lo está invadiendo todo cada vez más.

Parece que en vez de ir para adelante se va para atrás. Pero es como si se pregunta cuál es el restaurante más famoso del mundo. Pues McDonald. Pero ¿en realidad es un restaurante? Si el éxito es la franquicia no me preocupa. Las superventas van por un lado y la música por el otro y a veces se encuentran gente como Nat King Cole que canta diferente y es un gran músico. Pero si comparas el disco de jazz más vendido de la historia como es The kind of blues de Davis y lo comparas con cualquier artista de pop conocido ves que solo en su país vende tanto como Davis en todo el mundo.

¿Hay músicos que le hayan marcado especialmente?

Hay muchos, pero sería muy difícil dar un referente. Pero sí que hay algunos temas que, después de haberlos escrito, digo, «ah, vale, esto me recuerda a algo». Pero cuando me pongo a escribir es la primera idea que salga por la cabeza y casi ni me identifico con eso hasta que ya estoy familiarizándome con el material.

¿Le resulta interesante la época actual en el jazz?

Es un momento muy interesante para la humanidad en general. El hecho de que nuestra supervivencia esté amenazada supone una oportunidad para que la gente comience a cuestionarse las prioridades y es bueno porque si no sería suicida. En el mundo del jazz las grandes escuelas han sustituido a los clubes. Los circuitos son los festivales, que están muy bien, pero son una cosa esporádica y de famoseo. Pero en un club tocabas una semana o dos meses todas las noches con el mismo grupo y esto acercaba la música y la relación con el público. Pero ahora las escuelas del jazz han sustituido esto, y con internet las herramientas han crecido y hay muy buena salud en el jazz. Y me interesa encontrar algo relevante en este momento sociopolítico.

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