Carme Riera descubrió con cariño a Benito Pérez Galdós mientras su abuela leía los Episodios Nacionales en unas ediciones que recuerda cubiertas con los colores de la bandera española. No sabía leer y tardó bastante con respecto a las niñas de su clase, pero desde que aprendió a juntar letras ya el grancanario nunca la abandonó. La académica de la Real Academia de la Lengua Española y escritora mallorquina analizará la perspectiva femenina y la relación del autor con intelectuales como Emilia Pardo Bazán o Almudena Grandes en su Casa-Museo el martes 24 de mayo, a las 19.00 horas, con la charla Queremos tanto a Galdós, dentro del ciclo Escritoras que hablan de Galdós.

Cuando se publicó Miquiño Mío. Cartas a Galdós, una recopilación de las 92 misivas que se conservan entre la gallega y el canario, explosionó la conversación alrededor de la relación que mantuvieron en la distancia y que las letras apaciguaba. Riera, estudiosa del creador de Misericordia, analiza el intercambio como "una relación extraordinaria, de igual a igual, algo muy raro en la época. Lástima que no tengamos más que una carta de Galdós a Pardo Bazán. Las de ella son estupendas. Le quiso mucho y le admiró siempre". La intensa vida social y política del erudito le permitió no solo retratar unos personajes complejos y contradictorios, sino adscritos a su contexto, un compromiso que mantuvo a lo largo de su vida y al que incluso pedía que se adscribieran los colegas de la época. Así, la literatura que emanaba de los volúmenes publicados se convirtió en una radiografía de un siglo imperecedero en relatos como El abuelo, Fortunata y Jacinta, Miau o Doña Perfecta. Esta simbiosis entre lo imaginario y la extrapolación realista la ha hecho suya la propia Riera en títulos al estilo de La mitad del alma o Vengaré tu muerte, afirmando que aporta "una mayor pluralidad, un enfoque más poliédrico".

Almudena Grandes y Galdós, unidos

A la pregunta de si, realmente, queremos a Galdós, Riera contesta que si bien la Casa Museo difunde con acierto su obra, "me temo que habría que quererlo más". "La literatura ha desaparecido del bachillerato y eso es una barbaridad que va en detrimento de nuestros grandes escritores, como Galdós o Pardo Bazán, grandes desconocidos del público actual", señala ante las distintas reformas que ha sufrido el sistema educativo que hace y rehace por el patrimonio literario español.

Entre los escritores que nunca han de olvidarse ya está Almudena Grandes. Recientemente fallecida, la madrileña fue admiradora de sus escritos y Riera destaca cómo prosiguió con el legado galdosiano en Nuevos Episodios Nacionales, además de utilizar su falsilla. De aquel hombre que viajó a la capital española dice convencida que hay tanto que aprender todavía: "Una enseñanza es la honestidad. Galdós es un escritor honesto que trata de ofrecernos una imagen de la vida con sus novelas, tal y como recordó en su discurso de entrada en la RAE. Sin su literatura nos hubiéramos perdido poder conocer la sociedad de la época y hacerlo a través de las distintas clases sociales que el describe con tanta exactitud".

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Sin embargo, nunca fue reconocido con el Nobel de Literatura y su patrimonio tardó tiempo en reivindicarse. Las mujeres, las escritoras que hablan en este ciclo y en este siglo, como la propia Riera, mientras han conquistado sus derechos. Ella ahora ocupa la letra n de la RAE desde 2012 junto a la lexicógrafa canaria Dolores Corbella, quien ingresó en febrero y de la que tuvo el gusto de firmar su candidatura. Un espacio copado por hombres, donde las diez mujeres presentes «es un número escaso, pero habrá más incorporaciones. Estoy segura». 

Este ánimo la acompañó para escribir la biografía Traficante de palabras de «una mujer excepcional»: la editora Carmen Balcells. «Con ella se rompió el molde y, como decía Gerald Martin, el gran biógrafo de García Márquez, solo había conocido tres personas extraordinarias, su biografiado, Fidel Castro y Balcells». Después de ese periplo que imprime una mirada amplia al mundo femenino, Carme Riera ahora está embarcada en la revisión de La paz de los sueños felices, «trata de la historia de una sirena que tiene alas, como, al parecer, tenían las primitivas sirenas en vez de cola de pez, y de su ilusión por convertirse en mujer». Espejismos, recuerdos, vivencias quen retrató Galdós.