«La Fundación Francis Naranjo es un proyecto de intercambio cultural que gira alrededor de la experimentación y el dinamismo manteniendo un vínculo importante con Sudamérica, por nuestra cercanía social como cultural». Son las palabras del artista grancanario Francis Naranjo, que da nombre a la fundación, sobre el objetivo de la nueva sede que, bajo un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (España), se inaugura este sábado 4 de junio, a las 19.00 horas, en la Avenida Primero de Mayo Nº 63.

Este acto inaugural será con la exposición Black que incluye una nómina de 17 artistas internacionales de ocho países y cuatro continentes y en la que se materializa esa intención de vínculos con Latinoamérica y África a través de la creación contemporánea en diversos formatos como la fotografía, la pintura, la escultura, el audiovisual, o la performance. Lecuona y Hernández, Mamadou Gomis, Teresa Correa, Liliana Zapata o Dado Nadi Jessica son algunos de los autores. La exposición estará abierta hasta el 29 de agosto con horarios de lunes a viernes de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.30 horas y los sábados de 11.00 a 14.00 horas.

«Aquí trataremos de generar exposiciones temporales con vínculos a estos dos continentes básicamente», añade el artista. Esto ya se había materializado en las exposiciones que Naranjo habían realizado en el Museo Castillo de Mata con anterioridad, por lo que el objetivo actual «es seguir ahondando con una sede propia y que podamos comprometernos a otras circunstancias que antes nos eran complejas o ajenas». El motivo por el que se abre ahora es porque «generar un proyecto cultural es complejo, lo llevamos años desarrollando, y ahora se ha dado el momento para poder adentrarnos en esta circunstancia de tener espacio físico. Ha sido un proceso de años que culmina ahora con esta alternativa». En la actual exposición se reflexiona sobre las circunstancias políticas y sanitarias actuales «y desde ese lado oscuro mostrar esas heridas para procurar sanarlas». El nexo que conexión entre todas las piezas es el negro y todas dialogan sobre ese lado oscuro, que en realidad son «esas circunstancias que muchas veces nos aniquilan como violencia de género, identidad, desaparecidos de la guerra civil, educación infantil y adolescente, situación en los países del primer Mundo donde los jóvenes se relacionan de manera distinta, el ecosistema, paisaje o ritual», añade. Por tanto, «se puede entender como un bloque único desde una sola reflexión».

Cada pieza tiene una densidad conceptual y una narrativa «que considero interesante valorarla mejor con el diálogo con el resto de las obras», añade Naranjo. «Y tenemos tres espacios diferenciados por lo que las piezas se han distribuido por las distintas salas generando un recorrido de tal manera que una pieza va complementando a otra de forma que el espectador saca una conclusión de la exposición en su conjunto y no de forma anecdótica alrededor de piezas concretas». Aunque ocasionalmente «vamos a visibilizar trabajos míos, lo fundamental será la programación de otros artistas».

Así, en la siguiente exposición vendrán dos artistas de Chile que están trabajando exprofeso para estos espacios. «En este momento voy a comisariar una exposición amplia en el Museo del Barro en Paraguay y el año próximo tenemos una exposición de artistas de este país. La actitud es con mis contactos generar vínculos con los que podamos materializarlos en contextos expositivos. Y que artistas canarios puedan irse desplazando a otros contextos ya que tenemos convenios de colaboración con otras instituciones».