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Arte

Aborigen Millares, el reencuentro entre el artista y el Museo Canario

El Museo Canario conmemora el 50º aniversario del fallecimiento del artista Manolo Millares | Archivos y pinturas artistas de la época componen el recorrido

Museo Canario: Aborigen Millares

Museo Canario: Aborigen Millares

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Museo Canario: Aborigen Millares Carla Rivero

Un joven pasa las páginas de Historia general de las islas Canarias. Lo lee con curiosidad, con cierta fascinación, pues no son personajes inanimados o frutos de su imaginación, sino navegantes, comerciales, habitantes y contextos convulsos que su antepasado dejó para la posteridad. En la recopilación encontró algo más que un interés genuino por resignificar su pasado, también el camino a indagar entre las salas de El Museo Canario. Aquel pintor no era otro que Manolo Millares, a cuya figura le dedica en esta ocasión la institución científica el recorrido Manolo Millares. Del arraigo, del desgarro, con motivo del 50º aniversario del fallecimiento del artista, la cual estará disponible hasta el 14 de septiembre.  

En la década de los 40 y 50, la vanguardia artística se reunía alrededor del ente como principal escaparate de su actividad, llenos del regocijo y la energía juvenil de quienes reescriben la historia en forcejeo continuo con la censura y los odios de un tiempo marcado por el franquismo. Aquellos fondos y colecciones que estudió la generación que vino a proponer un nuevo discurso, procedentes del Centro de Documentación, toman protagonismo junto a las pinturas de Alberto Manrique, Felo Monzón, Martín Chirino, José Julio Rodríguez, Elvireta Escobio, pintora y viuda de Millares, y el propio Millares. La veintena de cuadros que recorren las paredes de la sala expositiva traen a escena El Personaje, Homúnculo, Mosaico o Pictografía, entre otras, donde se aprecia la mixtura de texturas y colores primarios que luego despuntarían en la madurez que caracterizó la etapa final con un Cuadro 40 que encoge bajo el negro de la arpillera su poética, mientras una momia incorporada a la demostración es testigo de su herencia.

La comisaria Laura Teresa García Morales destacó la conformación de un hilo conductor que hiciera entender al espectador el vínculo familiar e íntimo en el que transitó Millares en la época. La relación con El Museo Canario venía de lejos puesto que, ya en el año 1948, Millares presentó 18 acuarelas en el salón, dando por iniciada una relación fructífera que sería testigo de la exposición colectiva Arte Contemporáneo, un hito que dio lugar al grupo de vanguardia LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo).

Con Juego aborigen, Pintura guanche y Composición aborigen, reflejó el imaginario que, en aquellos momentos, indagaban en las cerámicas y los restos arqueológicos de los aborígenes que tanto a él como a sus congéneres le habían hecho reivindicar la huella del pasado en su concepción del arte. "Ellos empiezan a poner en marcha esas ideas rupturistas que conllevaba su labor artística", subrayó la investigadora, "luego, se observa el modo en que Millares asimiló la modernidad sin abandonar jamás la cuestión identitaria", llevándola consigo en su periplo interior y posterior traslado a Madrid.

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Museo Canario 'Manolo Millares, del arraigo, del desgarro' La Provincia

Nuevos Arqueros, hijos de Millares

Además, el audiovisual de la cineasta canaria Dácil Manrique de Lara Millares fue un regalo más para esta exposición que, en palabras de Diego López, presidente de la institución, recompone la historia decisiva del siglo XX en el que la ampliación de las instalaciones y la adscripción del Museo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) condujeron a que esta fuera "una plataforma para desarrollar sus inquietudes", como relata el artista en sus memorias. Así, "el reencuentro de Millares Sall con esta casa" ya no solo está hecho de desgarros, sino de arraigos inquebrantables.  

La inauguración reunió ayer a Sebastián López García, el director de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, a Juan Márquez, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, con un apoyo firme a la incorporación de la actividad museística en la transmisión de valores, y José Juan González Salmah, consejero delegado de Canaragua. Por supuesto, su hija, Coro Millares volvió a la isla de su padre para expresar la gratitud que sienten ante estas conmemoraciones a las que se han sumado tanto el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) como la Fundación la Caja de Canarias.

"Este es el homenaje más emotivo por el estrecho vínculo entre mis padres y este museo que perdura en la actualidad", comentó al recordar la fascinación por la cultura aborigen que sentía su padre y que enmarcó en la síntesis de pinturas isleñas antes de su marcha. "No dudo en que le hubiera encantado estar en esta sala histórica, rodeada de la obra de los amigos de entonces", tal vez, a la espera de una nueva generación de Arqueros.  

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