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In memorian

Y Totoyo donde él quiera

Imagen del reencuentro entre José Antonio Ramos y Totoyo Millares en Tejeda el 9 de septiembre de 2005.

En el año 2004, la Mancomunidad de Municipios de Medianías de Gran Canaria inició un proyecto que pretendía expandir las áreas de trabajo de esa entidad hacia el ámbito cultural. Medianías del Timple era la expresión de una necesaria sublimación del instrumento más señero de la cultura canaria y de sus intérpretes más destacados en una comarca que había tenido tímidos escarceos con proyectos culturales de cierta enjundia.

En esa primera edición participaron Domingo Rodríguez El Colorao, Benito Cabrera y José Antonio Ramos que, además, impartieron talleres en cada uno de los municipios (Villa de Santa Brígida, Vega de San Mateo, Valsequillo de Gran Canaria y Tejeda). Sin embargo, y a pesar del éxito del evento, habíamos cometido una injusticia propia del olvido que caracteriza, en demasiadas ocasiones, nuestro carácter y que se manifiesta en la dinámica de ningunear o minusvalorar a personas e instituciones que merecen por su vida y trayectoria, el más destacado reconocimiento.

Totoyo Millares era, hasta el traslado a su deseada playa de Las Canteras, vecino de la Villa de Santa Brígida y con la prudencia y el respeto que el personaje merecía, aderezados con la fama de un carácter complejo, don Miguel Hidalgo, en aquel momento alcalde de la Vega de San Mateo y presidente de la Mancomunidad, y el que suscribe nos aventuramos a visitarlo en su casa y proponerle ser homenajeado en la edición de 2005 para hacer definitiva justicia. El trato exquisito que nos dispensó (y que mantuvo siempre) y las anécdotas sobre su trayectoria, vida y timples nos confirmó que era la primera vez que una institución de las islas se dirigía a él en un acto de reconocimiento.

Reivindicó apasionadamente su papel como fundador de Los Gofiones, quizás porque otros habían empañado tamaño mérito, y nos habló con admiración y orgullo de su laureada familia, del tránsito sufrido después de la guerra civil y de la represión a que fue sometida.

Aunque siempre pensamos que nuestro evento no era lo suficientemente importante para lo que el intérprete merecía, Totoyo nunca olvidó que la edición 2005 de Medianías del Timple fue su primer homenaje y el punto de partida que marcaría una segunda oportunidad para recomenzar un camino interrumpido por la ingratitud, el desprecio e injusto olvido de los que, por su apellido y compromiso, creía de su lado y a los que nunca perdonó.

El primer concierto homenaje a Totoyo se celebró en un repleto Parque Municipal de la Villa de Santa Brígida y participaron Domingo Rodríguez El Colorao, Juan Carlos Pérez Brito, Héctor González, Patricia Muñoz, Abelardo García El Tormento y Yeray Rodríguez. En el centro, en primera fila, Totoyo presidía y protagonizaba con gran parte de su familia una noche de inusitada emoción. Abelardo García El Tormento dedicó una estrofa de una isa que describía lo que Totoyo proyectaba personal y profesionalmente:

El mirlo canta en el monte,

el capirote en la higuera,

el gorrión en los trigales

y Totoyo donde él quiera.

Yeray Rodríguez, además, repentizó un punto cubano dedicado a Totoyo que rezaba de la siguiente manera y que expresaba igualmente el espíritu del concierto:

En una tarde como esta debajo de estos laureles

se reúnen muchos fieles de la parranda y la fiesta.

Una deuda manifiesta hoy se libra de su escollo

ya que hoy tiene desarrollo el timple en las medianías,

el mismo que en otros días acariciara Totoyo.

Como ves no soy capaz de tener tu virtuosismo,

ni siquiera hago lo mismo con 7 cuerdas de más,

pero el laúd trajo las doce cuerdas para honrarte

porque debo comentarte que son las 7 añadidas;

las 7 islas reunidas que hoy vienen a homenajearte.

El viernes 2 de septiembre Domingo Rodríguez El Colorao participó en el homenaje que se realizó en La Barrera (Valsequillo de Gran Canaria) y Totoyo participó tímidamente en el taller que impartió en ese municipio el propio Domingo. También se reencontraba Totoyo con la docencia, después de haber emprendido la primera academia de timple en 1945 y formado a más de cincuenta mil alumnos en una gesta irrepetible en Canarias.

El 9 de septiembre, pasamos a recoger por su casa a Totoyo para ir al concierto homenaje en Tejeda. Totoyo vivió el viaje hasta el Centro Cultural del pueblo con una mezcla de nervios, expectación e inquietud por reencontrarse después de demasiados años de desencuentro (originado por un premio no concedido) con quien siempre manifestó ser su alumno más destacado: José Antonio Ramos, quien no dejó de mostrar el afecto y admiración por su maestro ese día. Para Totoyo ese encuentro supondría después, con la participación decidida e imprescindible de Manuel González Ortega, el reencuentro con los escenarios, el público y los estudios de grabación.

El último concierto, con la Alameda de Santa Ana repleta, se celebró en la Vega de San Mateo y decidimos maridar el timple de Benito Cabrera con la trikitixa vasca de manos del virtuoso Kepa Junkera. El concierto fue un éxito y Totoyo lo vivió con extrema gratitud. Ese éxtasis artístico nos invitó a organizar una osada y azarosa comida entre Kepa, Totoyo, Benito y algunos representantes del Ayuntamiento de la Vega de San Mateo. Totoyo discrepaba del músico asentado en la isla de Tenerife y esa discrepancia trascendió en la comida, siempre en un tono educado pero firme, con Kepa de testigo y cómplice, quien tuvo que blandir un pañuelo blanco en un momento determinado para calmar los ánimos de la sobremesa.

Ese mismo año se reeditó por la Mancomunidad la Antología del Timple, que era un deseo expreso de Totoyo y cuya limitada edición fue supervisada por él mismo. En el año 2006 se editó el cd-dvd Las Manos del Maestro en los propios estudios Irina Records de José Antonio Ramos, una producción jalonada de numerosos artistas que después recorrería los escenarios de las islas acompañado de Olga Cerpa y Mestisay. En diciembre del año 2008 llegó el homenaje Totoyo Millares, la Leyenda del Timple en el Auditorio Alfredo Kraus en un espectáculo con la presencia de más de 100 artistas y de atronador éxito, también con González Ortega de muñidor.

En el año 2015 Totoyo fue galardonado con el Premio Canarias de Cultura Popular después de un intento anterior de la Mancomunidad, que parecía agrandar la leyenda de ingratitud sobre el excelso personaje.

Totoyo estaba y vivió como y donde quería y tocaba y componía como quería. El legado que deja es inmarcesible e inconmensurable. Su carácter, seguramente marcado por su vida y la de su familia, era necesario para construir una personalidad genial, un autor e intérprete irrepetible y a pesar de los sinsabores que fueron marcando sus días, estamos convencidos que en esos años últimos tuvo momentos de felicidad que le reconciliaron con la vida, con su tierra y con los suyos.

Se fue con la necesaria despedida que le permitió calmar su ánimo junto a quien quiso y a partir de ahora estará, indefectiblemente, en la cultura, la memoria y la vida de nuestra tierra.

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