Nadie se perdió ni se confundió de zona. Cine+Food arranca en su nueva ubicación, el casco histórico de Vegueta, con colas para entrar en los actos programados en la Casa de Colón, con una Plaza del Pilar Nuevo abarrotada de padres con niños viendo las aventuras de la Familia Addams y con bastante público desde media tarde, disfrutando de los aromas de café y de la receta de un sancocho frío, a la espera de la proyección de las 20.30 con la película Coda.
Rodeando el escenario, veinte puestos de venta de comidas, dulces, frutos secos a granel, «para entretenerte como cuando vas al cine durante el año pero, en lugar de bolsas de papas, aquí te ofrecemos frutos secos a granel en cucuruchos de papel», explica el propietario de Cero, alimentación a granel que ha sido invitado al evento.
Junto a él, el puesto de productos de Gran Canaria me gusta, sobre todo cargado de fruta de temporada y enfrente unos patés veganos de casi todos los sabores.
A la entrada de la Plaza de Santa Ana, sobre un pequeño escenario, el barista Víctor Nuez, explica las excelencias de los diferentes cafés para dar paso, inmediatamente después, a Braulio Rodríguez, chef del Restaurante Majuga.
«Vamos a intentar enseñar lo que yo llamo un sancocho frío», explica contento por poder mostrar al público presente, que abarrotaba las sillas enfrente del escenario, «lo bueno que es el producto canario y las muchas cosas que se pueden hacer con frutas, pescado y especias propias de esta tierra».
Acompañado de su hijo y de una de sus ayudantes, Braulio Rodríguez, explicó al público cómo iba a preparar un mojo y un pescado salado, «muy parecido al ceviche peruano», pero con ingredientes propios del archipiélago, «manga, cilantro, millo escachado para recordarle al paladar el gusto del gofio y una extraordinaria corbina que le compro a Adrián, su pescadero de toda la vida en el Mercado de Vegueta.
La Playa del Pilar Nuevo, repleta de niños, proyectó las aventuras de la familia Addams
El chef del Majuga asegura que «la carta del restaurante es el mercado, compramos producto de temporada y la dejamos muy abierta para que elija el cliente».
Un poquito más abajo no se repartían precisamente platos de alto maridaje sino perritos calientes para un público mucho más joven, con parking de cochecitos de bebé incluido, en la Plaza del Pilar Nuevo que ayer era el territorios infantil de este festival de Cine+Food.
Y en los alrededores de la Casa de Colón, colas de personas mayores que esperaban a que terminara la primera proyección programada en este espacio, iniciada con un pequeño retraso, para entrar en la siguiente, de Alcarrás a Ama. En el piso de arriba, un taller de cocina coreana, bajo la dirección de Leah Pérez, con diez plazas para el público, tampoco tenía ni un hueco libre.
La 14 edición de este festival, que se ha tenido que trasladar de su sede original, el Parque de Santa Catalina, al barrio de Vegueta por obras de la metroguagua, parecía en la tarde de ayer mantener a todos sus fieles que buscan una actividad de esparcimiento para toda la familia.
Tampoco hay que olvidar que el público que asista a los tres día de duración del mismo, hasta el próximo domingo, 28 de septiembre, también podrán disfrutar de los mejores platos en los establecimientos de restauración en la Calle Mendizábal, la Pelota, Obispo Codina, Armas y Montesdeoca, muchos de los cuales ofrecen menús Cine+Food a precios más económicos, tras cerrar un acuerdo de colaboración con la asociación de empresarios Avor que se han mostrado muy satisfecho por la atracción de público que significa este festival para la zona.
También es la primera vez que este evento cultural y de ocio crea dos espacios de cine de verano al aire libre, en ubicaciones cercanas que se ha demostrado una iniciativa respaldada por los visitantes que ayer empezaron a disfrutar.
